Mapa de la masturbación

Nueve de cada diez personas afirman que es un hábito que tiene efecto positivo en su vida

Las personas con pene usan más la pornografía y las que tienen vulva, la imaginación

Un fotograma de la escena de la bañera de la película Átame (1989), de Pedro Almodovar. | ELD

Un fotograma de la escena de la bañera de la película Átame (1989), de Pedro Almodovar. | ELD / maría g. san narciso

María G. San Narciso

Estimular los órganos genitales o las zonas erógenas con la mano o por otro medio para conseguir placer sexual es una práctica que se viene haciendo, por lo menos, desde los siglos I y II d.C. Presuponemos que antes. Investigadores de la Universidad de Cambridge identificaron la talla de un falo de madera. Como por su forma exacta, podría haber sido utilizado como un «juguete sexual», clasificaron el artilugio de «consolador romano». Aunque matizaron que en aquella época los falos también se utilizaban como símbolos de poder y de prestigio, el hallazgo daba a entender que las mujeres romanas ya se masturbaban utilizando juguetes eróticos y seguramente no los escondían. Veinte siglos más tarde, ese significado ha cambiado, pero ahí sigue la práctica.

Según un estudio sobre la masturbación en España realizado por la web Diversual, con una muestra de 5.124 personas, segmentadas geográficamente, las personas con pene se masturban de media unas 3,73 veces por semana, siendo el periodo más intenso entre los 18 y los 24 años. Ahí se alcanza una media de 4,76 veces. Por su parte, las personas con vulva se masturban 2,89 veces, siendo el periodo más intenso también el que va de los 18 a los 24 años, con una media de 2,92.

Más de un 6% de los hombres utiliza recursos de sus ex

Hay algunas diferencias entre las personas que tienen pene o vulva. En el primer grupo, la edad media para empezar a masturbarse es en un 90% de los casos a los 16 años, mientras que solo el 57,4% del segundo grupo ya lo hace a esa edad. Para ponerse al tema, ellas suelen tirar de imaginación (82,9%) y ellos de pornografía (81%). «Igualmente, el 50,8% de las personas con vulva recurre a la pornografía, por lo que el mito de que la mayoría no consume este tipo de contenido queda derribado», apuntan en Diversual, que no matizan qué tipo de porno ven. Llama también la atención que más de un 6% de las personas con pene tiran de fotografías o vídeos de sus ex para hacerlo.

Los asturianos, los que más se tocan

Otro dato que deja esta encuesta es que no todo el país se toca con la misma frecuencia. «Con una muestra tan amplia de personas participando en el estudio, hemos podido determinar que en la mayoría de provincias se superan las tres masturbaciones por habitante de media semanal. ¿Cuáles son las provincias que más y menos se masturban? Guadalajara está cabeza con una media de 3,96 veces semanales, seguida de Asturias y Huelva, mientras que Soria es la provincia con un menor número de masturbaciones, con 2,75 veces de media», aseguran. Por comunidades autónomas, los asturianos son los que tienen más práctica: lo hacen hasta 3,88 veces por semana, seguida de Extremadura y Castilla y León. Por contra, la comunidad que menos se masturba es País Vasco, con una media de 2,86 veces, seguida de Cantabria (2,98).

¿Por qué lo hacen?

No es de extrañar que entre las principales razones para masturbarse se encuentre el deseo de experimentar placer (91,6%), seguido por la necesidad de relajarse (58,5%) y satisfacer necesidades (51,1%), siendo el aburrimiento (16,6%) y el no tener una pareja (5,2%) los motivos menos repetidos.

Los beneficios, así en general, «son muchísimos». Lo asegura la sexóloga Rosa Sanz, que va más allá de los respondidos por los encuestados. «Nos permite conocernos mejor y, cuando eso ocurre, podemos transmitírselo a nuestras parejas sexuales», afirma. De hecho, más de un 80% de la población cree que tocándose se produce una mejora de su autoconocimiento sexual.

Mejora la autoestima y la seguridad; fortalece el suelo pélvico, favorece los orgasmos y que no haya problemas como la disfunción eréctil

Y mejora la autoestima y la seguridad; fortalece el suelo pélvico, lo que favorece los orgasmos y que no haya disfunciones sexuales como la anorgasmia y la disfunción eréctil; libera oxitocina, que es la hormona del apego, así que nos sentimos más cerca de la pareja; y se libera melatonina, que para irse a dormir va perfecto. Y ojo, porque además refuerza el sistema inmunitario.

Ellas lo hacen igual

A Sanz también le llama la atención que, cada vez, la frecuencia de masturbación entre hombres y mujeres sea, por lo general, más parecida. Entre las personas con pene, los minutos dedicados a esta práctica de media son 4’54, mientras que las personas con vulva dedican un poco más de tiempo, unos 5’38 minutos de media, por lo que sí hay diferencias en el tiempo que se dedica a la masturbación.

«Afortunadamente, las cosas están cambiando», reconoce la sexóloga, que también cree que, teniendo en cuenta que la muestra de edad de esta encuesta oscila entre los 18 y más de 60 años, puede que el dato se obtenga por la cantidad de gente joven que ha respondido. Para muchas personas de cierta edad, matiza, la masturbación ha estado mal vista durante décadas.

«Durante los últimos años se ha producido un gran avance en torno al placer femenino, gracias, entre otras cosas, al boom del Satisfyer, a la conversación en redes sociales, etc. Cada vez son más las mujeres que se sienten cómodas hablando de su sexualidad, sin reparos ni tabús», apunta Cristóbal Icaza, CEO de Amantis. Para este experto, «no es una cuestión de que las mujeres se masturben más que antes, sino de que ahora es más visible, se sienten más libres para hablar de ello, igual que han hecho los hombres durante muchos años».

¿Qué papel juegan los juguetes sexuales?

Los juguetes sexuales en esta encuesta tuvieron un papel clave en la vulva y bastante más anecdótico en los penes, sobre todo porque les ayuda a llegar al orgasmo más fácilmente. «Siempre se han usado, como pone de manifiesto el hallazgo de un pene romano tallado en madera de hace unos 2.000 años. Sin embargo, durante muchos siglos el placer femenino ha estado silenciado, tanto en lo referente a sus relaciones en pareja como en lo relativo a la autoestimulación y el uso de juguetes para disfrutar de su placer. Por suerte, cada vez se habla más del tema y, en este caso, también se utilizan más los juguetes eróticos. En parte porque cada vez hay más opciones, diseños, etc. y en parte porque se van rompiendo tabús o la vergüenza de entrar a una tienda erótica. En los últimos años hemos visto un aumento de las ventas bastante considerable, sobre todo de succionadores de clítoris», apunta el CEO de Amantis.

En este sentido, recuerda que, como en el caso de la masturbación en general, los juguetes eróticos se utilizan pa ra masturbarse y darse placer, pero también para experimentar con la propia sexualidad.

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