Las tres versiones del Espanyol

Lo tienen difícil Asier Garitano y su estrecho equipo de colaboradores para hacer el trabajo de scouting para el próximo partido (Stage Front Stadium, 20:00 horas). Hay coincidencia generalizada en considerar el RCD Espanyol como el club con mejor plantilla de la categoría, pero no saben bien el técnico tinerfeñista y los suyos cuál será la versión que vean de los periquitos. Con su actual jefe de banquillo, Manolo González, han jugado tan solo un partido. Y es el más reciente: 0-1 en La Romareda. Frente al inmovilismo y la paciencia infinita con Asier en el representativo, la historia del cuadro catalán es la de un equipo propenso a los vaivenes, con hasta tres timoneles distintos en apenas 30 jornadas.

Gran favorito al ascenso por la vía rápida y con Fran Garagarza (ex del Eibar) a los mandos de la dirección deportiva, el Espanyol inició su ruta por la categoría de plata con un apuesta llamativa: Luis García. El profesional asturiano había pasado a la historia por convertirse en el primer futbolista en anotar un gol en el actual feudo espanyolista de Cornellá-El Prat. Pero como técnico su curriculo era más bien exiguo. De hecho, su experiencia más conocida era al frente del juvenil Damm. Pues bien, apenas hasta noviembre duró en el cargo.

Cuentan en la acera espanyolista que una de las derrotas que más daño le hizo fue justamente contra el Tenerife en el Rodríguez López (1-0). Poco tiempo después, cayó en su feudo contra el líder Leganés, también en el campo del Sporting y además se dejó otra victoria en el descuento contra el Eibar. Fueron una serie de descalabros que le hicieron caer a la quinta plaza. Estaba en zona de playoff, pero no en aquellas que le exigían a los espanyolistas, recién caídos de la categoría de oro y con futbolistas en nómina de la talla de Puado, Braithwaite, Pacheco, Edu Expósito o Pere Milla.

La segunda etapa fue con Ramis. El propietario Mao Ye y el director deportivo Garagarza se fiaron del conocimiento excelso que tenía el tarraconense de la categoría de plata, que estuvo próxima a abandonar precisamente con el Tenerife. Se quedó a un paso, luego tuvo un curso más bien aciago y rechazó renovar con el representativo. Tras desechar alguna oferta laboral en verano, el catalán había decidido esperar. Pudo ir al Zaragoza, pero recaló en el Espanyol, un club por el que sentía un especial afecto, como así ha revelado en numerosas ocasiones. Tampoco cuajó.

Le salvó a Ramis un triunfo en un final de infarto contra el Eibar cuando los medios catalanes ya casi imprimían la noticia de su destitución, que parecía cantada. Pero el cese se produjo cuando menos se esperaba, tras dejarse dos puntos ante el Alcorcón que le privaron otra vez de instalarse en las dos primeras plazas. La etapa Ramis se saldó con siete triunfos, otros tantos empates y tres derrotas. Castigo grande para un entrenador que tenía el ascenso entre ceja y ceja; y que cedió el testigo al técnico del filial.

Luis García dirigió al Espanyol a lo largo del primer tercio de la competición. Clasificó a los barceloneses para la segunda ronda de la Copa (0-2 al Mensajero) y fue despedido tras un empate con el Eibar. Su equipo era quinto y el máximo goleador del campeonato, con 24 dianas, cuando fue destituido.

Su equipo se situaba primero con el gol que Braithwaite anotó en Alcorcón (0-1). Pero los alfareros empataron y la directiva espanyolista demostró otra vez su ínfima paciencia. Con Ramis, el equipo había cedido solo tres derrotas y se había ubicado tercero. Fue despedido contra todo pronóstico.

El lucense tuvo el debut soñado con triunfo por la mínima y puerta a cero en La Romareda, feudo siempre difícil. Manolo González había entrenado a clubes modestos como Ebro o Badalona antes de recalar en el filial del Espanyol. Su equipo comparece a la cita de hoy a un punto del ascenso directo.

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