CD Tenerife

Un título que sabe a futuro

El cadete del Tenerife ya avista el alirón que romperá la hegemonía de Las Palmas en esta edad clave del proceso de formación

El próximo reto es evitar la fuga de talentos, con varios jugadores en el radar de importantes clubes de Primera División

Jugadores del cadete del CD Tenerife

Jugadores del cadete del CD Tenerife / Alexis Vella

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Este año se habla más que nunca del papel del cadete del CD Tenerife, equipo que compite en una categoría donde los niños viajan de los 15 a los 16, en pleno proceso de formación y cuando ya empiezan a vérseles hechuras de futbolista. Son varios los motivos que han puesto al conjunto que dirige David Molina (cumple su cuarto año en el representativo) en la primera hilera del escaparate.

Por un lado, la presencia de dos de sus componentes en los esquemas de la Federación Española, con lo difícil que resulta que los ojeadores nacionales se fijen en el producto local. Por el otro, el esfuerzo del club por atar a estos talentos y evitar la fuga de estos canteranos, libres para decidir su futuro porque los contratos que puedan haber rubricado antes de los 16 se consideran papel mojado.

De ahí las situaciones complejas que se han vivido con jugadores como Juan Sastre o Dani Fernández, el primero de ellos más fuera que dentro y el segundo ya integrado en el Juvenil B. No obstante, lo que realmente ha multiplicado la atención sobre el cadete es que está pulverizando registros. A lo grande.

Un título que sabe a futuro

Un título que sabe a futuro / Manoj Daswani

El cuadro blanquiazul está alcanzando un nivel de excelencia que acreditan sus números, sobresalientes. Llevan los de Molina 22 triunfos en 23 partidos, no pierden desde el año pasado, suman 70 goles a favor y solo 12 en contra; y ya es solo una cuestión de tiempo que canten el alirón y celebren su éxito por todo lo alto. Será un título histórico para el representativo, que romperá así la hegemonía amarilla en esta categoría y podrá llevarse a sus vitrinas el entorchado autonómico por vez primera desde que se instauró el actual formato de competición.

En las dos anteriores ediciones con el sistema actual, ganó Las Palmas. Arrasó en la primera con 93 puntos frente a los exiguos 76 del Tenerife, entonces subcampeón, con el Sobradillo como tercer clasificado. Más ajustada estuvo la tabla del año pasado, con solo dos puntos de margen entre los dos grandes del fútbol canario (92 a 90, con el Barranco Hondo en una meritoria plaza de bronce).

Ahora bien, el proyecto actual está en cifras de récord; y lo que se propone en las jornadas que faltan es acercarse a la centena de puntos y así quedar para la posteridad. Es un reto que no pasa desapercibido para los menudos blanquiazules.

Coinciden agentes, técnicos y periodistas especializados en fútbol base que la categoría cadete es crucial en la formación del deportista. Es el paso previo a debutar en juveniles, ahí donde los focos empiezan a estar sobre el jugador; pero sobre todo es un escalafón relevante en el proceso de maduración del futbolista. «Es donde empieza a tomar decisiones sobre su futuro», coinciden. Cuando el Tenerife firma a Jony Vega como nuevo jefe de captación, una de las prioridades que fijaron sus dirigentes fue hacer ganador al cadete. No en vano, apenas hay registros de triunfos blanquiazules como el que va a producirse este año.

En la hemeroteca figuran solo dos antecedentes en los que el Tenerife se impusiera a Las Palmas en estas edades. Si acaso puede tomarse como excepción 2017, en la llamada Copa Coca Cola. O el de 2019, si bien aquel fue un triunfo ficticio porque las crónicas de aquel tiempo reflejan que los blanquiazules ni siquiera ganaron la Cadete Preferente (acudieron al torneo final como segundos) y tampoco se impusieron en la final a Las Palmas, apeada con altas dosis de polémica en una controvertida semifinal contra el Marítima.

Sea como fuere, el mérito del equipo de este año es incontestable. Bajo la batuta de Molina, los arquitectos del proyecto se propusieron mantener la columna vertebral del año previo y apuntalar el plantel con algunos futbolistas que habían salido del club. Además, percibieron que tenía el Tenerife una plantilla corta, así que hicieron varios fichajes, hasta ocho. Dos del Marino, otro del Victoria. Y así, hasta completar un equipo solvente, unido y con talento.

Los nombres más mediáticos del equipo ya se conocen: Dani Fernández, Manu Montero, Sastre... Pero hay otros muchos más. Josito, Óliver, Carlos de la Fe, Raúl, Fernando, Duvan, Hugo Ruiz... Todos ellos conforman un equipo para la historia, de aquellos que habrá que revisitar en unos años para constatar cuántos han conseguido cumplir sus sueños y si alguno lo ha hecho vestido de blanquiazul. Esa es la idea de Vega, que se afana estos días en negociar con los padres de las presuntas estrellas del futuro.

«Nuestro plan es ofrecerles un proyecto deportivo y un plan de carrera donde se establezcan distintas etapas que irán quemando hasta llegar al fútbol profesional», decía en una de sus primeras entrevistas. Momento clave, pues, para convertir a este equipo campeón en parte del Tenerife que viene. El Tenerife del futuro.