El factor Bodiger

Todas las titularidades ligueras del francés se han saldado con resultados adversos para el representativo

Ayer fue sustituido al descanso tras una aciaga primera mitad

Bodiger, junto a Febas en el partido disputado ayer.

Bodiger, junto a Febas en el partido disputado ayer. / MARÍA PISACA

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Yann Bodiger sigue sin hallar la regularidad que ansiaba. Ayer firmó su tercera titularidad consecutiva pero se alejó del nivel aseado que ofreció ante Leganés y Las Palmas; y fue sustituido al descanso. Con su presencia en el once, daba la impresión de que el último de los fichajes del verano empezaba ahora a cobrar trascendencia en los planes del Asier.

El punto de inflexión parecía haberlo marcado el convincente partido que hizo en Butarque, en la casa del líder, donde el trabajo de contención y el sacrificio en la medular –a la vera de Aitor Sanz– condujo al Tenerife a una de sus actuaciones más aseadas fuera de casa. A punto estuvo de ganar el cuadro insular al primer clasificado de la Hypermotion y la victoria se escapó por milímetros, pero Garitano quedó muy conforme con las prestaciones de Bodiger. Tanto fue así, que repitió idéntica pareja de pivotes en el duelo que abrió el año contra Las Palmas.

Frente a los amarillos, Yann fue el mejor. Su papel fue providencial para minimizar a la UD y para dar orden y criterio a la sala de máquinas blanquiazul, otra vez junto a un Aitor inconmensurable, que se erigió en líder y capitán en medio del delirio. La presencia de ambos centrocampistas en la alineación de ayer certificaba cuál era la intención del entrenador, que quería darles continuidad y confianza. Ahora bien, el jugado ante el Elche no fue su día más feliz y tras un nacimiento aciago de la contienda, Garitano optó por reemplazar a los dos. Hasta la fecha, los dígitos del ex del Granada y Cartagena, entre otros clubes, están muy lejos de lo deseado y esperado cuando se produjo su fichaje.

Bodiger había debutado en la quinta jornada –poco después de formalizarse su fichaje en propiedad– y había sido partícipe de la mayoría de compromisos ligueros, pero sin apenas titularidades. El caso es que todas han venido aparejadas de sonoras decepciones (la goleada encajada en Eibar, la derrota en Pucela o la pifia en casa frente al Cartagena). Tampoco se ganó en Butarque, ni ayer. Con él, no hay manera.