Como si supiera que desconectándolo a él se desenchufa a medio Lenovo, el Barça viene insistiendo en apretar de lo lindo a Marce Huertas. El brasileño no está cómodo, baja sus porcentajes de tiro, casi no asiste y además pierde muchos balones.

Ni los calurosos aplausos recibidos por la afición del Palau en su presentación previa al choque hicieron que Marcelinho Huertas se sacudiera lo que va camino de convertirse en una especie de tortura para el, y por extensión para su equipo. Ayer, el paulista se vio ahogado en todo momento por sus pares, desde de Nick Calathes hasta Bolmaro, e incluso en numerosos 2x1 que le obligaron a quitarse el balón de encima como mejor pudo.

Esa incomodidad manifiesta se tradujo luego en números, ya que Huertas apenas pudo asistir, al repartir únicamente un pase de canasta. Hace dos semanas se quedó en tres y en la primera vuelta en cinco. En total nueve en tres duelos. Guarismo muy por debajo de su media. A eso añade el base aurinegro varios balones que acabó perdiendo, en total cuatro. Sumados los nueve del choque de la segunda vuelta y los tres de su anterior visita al Palau, este año los regalos al Barça aumentan a 16.

Pero donde realmente se puso de manifiesto una vez más la incomodidad de Huertas – más allá de su lenguaje gestual y de buscar continuamente a los colegiados para que atendieran sus, seguramente razonables, quejas– fue en los lanzamientos a canasta. Pese a animarse al final del tercer cuarto, el brasileño acabó con un pobre 6/16 en tiros de campo, muchas de ellas situaciones forzadas. Sus precedentes contra el Barça: 5/13 en el Santiago Martín y 2/11 en su visita anterior al Palau. En total, el cuadro azulgrana ha hecho que Marce solo anote, en sus duelos directos, 14 de sus 40 lanzamientos. En la temporada de su carrera en la que más viene anotando. Mañana tiene la ocasión perfecta para desquitarse.