Entre los cuatro primeros de la Liga Endesa por la puerta grande. El Lenovo Tenerife se ha metido en las semifinales de la ACB tras eliminar al San Pablo Burgos, al que ha derrotado de nuevo (tras haberlo hecho ya el martes), esta vez con una exhibición ofensiva (68-92) manifestada especialmente en un tercer cuarto de fábula (11-31) y en medio de un parcial que llegó a ser de 0-29 (52-77). El acierto en el tiro de tres tras el descanso, con 10/11 (6/6 de Doornekamp) hasta los dos últimos errores, fue la principal arma de los de Txus Vidorreta.

Al margen de los 18 puntos desde el arco de Doornekamp, en el Lenovo destacó de nuevo Huertas, que se fue hasta los 20 puntos y las nueve asistencias para 28 de valoración. A ellos se sumaron Fitipaldo, con 13 tantos, y Shermadini, que pese a estar casi siempre bien sujetos, acabó con 21 de valoración.

Pese al 4-0 inicial, el Lenovo no titubeó gracias a la clase de Huertas, que resolvió en ataque tres veces consecutivas (triple, a media distancia en el 2x2 y en penetración). Al brasileño se le unió Shermadini con un par de continuaciones (11-12) para equilibrar, como en el primer duelo de la serie, la aportación interior de Kravic. Sin embargo, los primeros problemas para el cuadro lagunero llegaron con algún que otro rebote defensivo no cerrado (palmeo de Salvó), pero sobre todo desde el perímetro, ya que fue incapaz de contener la impronta de un Thad McFadden que entró en la pista desatado.

Así, tras golpear primero Salash, el de Flint enlazó tres triples seguidos, dos de ellos desde más de ocho metros, para disparar a los locales hasta el 25-18. Desde el perímetro respondieron Cavanaugh y Salin, pero insuficiente para los isleños, toda vez que Huertas desperdició, hasta en tres ocasiones, lanzamientos liberados mientras su defensor pasó por detrás el bloqueo. Solo la puesta en escena de Sulejmanovic, dotando de más intensidad bajos los aros a los tinerfeños, permitió a los de Vidorreta agarrarse al choque (26-23, 10').

Pareció mantener el Canarias la tendencia alcista en el arranque del segundo acto con dos puntos de Jenkins (26-25). Pero ahí el Lenovo repitió uno de sus errores más habituales, al regalar algunos rebotes que su rival penalizó con canastas en segunda oportunidad. Como añadido, los aurinegros se empeñaron en enlazar seis ataques para olvidar, con tres pérdidas y otros tantos tiros liberados errados. Con Shermadini desquiciado al apenas poder recibir balones dentro (solo un tiro y cinco puntos al descanso), el Canarias volvió a acercarse al colapso y la renta local creció de nuevo hasta los siete puntos (34-27).

Más de cuatro minutos estuvo el cuadro lagunero sin anotar un solo punto, aunque pudo salir de entre las cuerdas gracias a un par de buenas defensas, dos acciones seguidas en ataque de Fitipaldo (cinco puntos) y un triple de Jenkins para el 37-35. Superado el delicado trance, el Lenovo tuvo incluso tiro para adelantarse (pero Cavanaugh falló de tres dentro del discreto 5/17 canarista de la primera parte), pero ahí volvió a reeditar pecados. Y es que sin la solidez necesaria atrás, los de Vidorreta permitieron algunas canastas sencillas, bien de forma directa o bien de segunda opción. Y es que en los dos primeros cuartos el Canarias concedió seis rebotes en su aro, factor de peso para que los locales se fueran seis arriba al intermedio.

Con Shermadini de nuevo aislado (43-35) fue Fitipaldo el que se echó al equipo lagunero a sus espaldas. Primero penetrando (con las dos manos) y luego asistiendo para que Doornekamp se desquitara, en dos ocasiones seguidas, de su 0/4 en triples hasta el descanso (46-45). Pese a seguir concediendo algún que otro rebote en su aro (alguno que otro incluso por estorbarse) y no terminar de controlar las continuaciones de Kravic, el Canarias alargó su soberbio momento ofensivo con la aparición, por fin, de Shermadini.

El georgiano invirtió el balón para otro triple de Cavanaugh, sacó más tarde un 2+1 y también anotó en continuación. En medio, los laguneros siguieron certeros desde el arco con triples de Doornekamp y Huertas, que además aportó otras dos canastas de su sello. El estado de gracia fue tal, que los aurinegros anotaron los doce primeros tiros del tercer acto: 6/6 en lanzamientos de dos, 5/5 en triples y 1/1 libres para el 52-63. Números soberbios que mandaron a la lona a un Burgos totalmente descolocado ante el bofetón aurinegro y que empezó a ser presa de la desesperación.

Solo un par de errores, minimizados ante la nulidad ofensiva del Burgos, evitaron un cuarto inmaculado de los canaristas, que eso sí, cerraron el acto de forma magistral, con un triple desde la esquina de Jenkins, que rubricó un parcial global de 11-31 para el 52-66. En apenas cinco minutos el Lenovo no solo se sacudió todos los problemas y dudas de los minutos previos, pero es que lejos de conformarse, los laguneros dieron continuidad a sus minutos de trance con otro sublime arranque de último periodo. De nuevo con Doornekamp como protagonista, ya que el canadiense añadió a su estadística otros tres triples (6/6 tras el descanso) para un parcial que llegó a ser de 0-29 (52-77).

Con el partido ya resuelto y sellado el histórico pase a semifinales, el Lenovo Tenerife levantó el pie del acelerador, pero nunca más de lo debido, toda vez que el Burgos estuvo más de 10 minutos sin anotar una sola canasta en juego (55-79). Todo antes de un final plácido que le permite a los laguneros no solo alcanzar un nuevo hito particular, sino hacerlo sin exprimirse al máximo sobre la cancha (Yusta y López tuvieron minutos en el epílogo) ni necesidad de recurrir a un tercer partido de desempate, lo que le permitirá tener más días para preparar su histórica semifinal.