Al CD Tenerife empieza a dársele mejor jugar fuera que en el Heliodoro. Ayer logró su segunda victoria de la temporada (ya ha ganado más veces que en toda la anterior) tirando de un arma inusual: la efectividad. Lo hizo con un once y un guión muy parecidos a los de Albacete. Como entonces, atinó en las dos primeras ocasiones que tuvo y allanó el camino para llevarse los tres puntos del Anxo Carro. El VAR le echó luego una mano para evitar el 2-2 y ayudarle a conseguir el 1-3, lo que resultó definitivo.

Quiso olvidar Aritz López Garai el tropiezo ante el Fuenlabrada desde el arranque y, para ello, revolucionó su once volviendo al plan A. Tres cambios en la zaga, con Álex Muñoz como único superviviente, y Alberto adelantado al doble pivote desplazando a Luis Milla al banquillo. Regresó también Álex Bermejo a la banda izquierda del centro del campo. Y fue él quien protagonizó los primeros compases, con un disparo blando en el primer minuto y un gol antes del diez. Fue a la salida de un córner y tras una dejada de cabeza de Isma. Le pegó a puerta y Varo, en buena posición, cantó permitiendo el 0-1 (9').

El efecto fue demoledor para los locales, que se vieron de repente por detrás en el marcador sin que el cuadro insular tuviera el balón ni asustara. Sin llegar a disponer de la posesión, no sufrían los visitantes. Además, comenzaron (ahora sí) a disponer de opciones de contragolpe y, en una de ellas, ajustició Malbasic sin piedad (21'). Fue tras una combinación muy bonita de Lasso y Álex Muñoz, que se vistió de asistente.

Tardó en reaccionar el Lugo, que seguía manejando la posesión. Pero quizás se sintió demasiado cómodo el Tenerife, que dio un paso atrás y lo pagó. Primero, Álex Muñoz cometió penalti y Manu Barreiro acortó distancias (30'). Luego avisaron Borja Domínguez en una falta lateral (32') y Gerard, tras una pared con Cristian Herrera, al que le tapó Ortolá su remate (35'). El empate se veía venir. Y llegó, en otra acción a balón parado, pero intervino el VAR para enmendar lo que no vieron Milla Alvendiz y sus asistentes. Carlos Pita se quedó sin diana.

El descanso, por consiguiente con el 1-2, le vino a los de López Garai como agua de mayo. De un gran comienzo a una recta final en la que fueron completamente desarbolados por el Lugo. Sin balón, sin pausa para respirar. A merced de los blanquirrojos.

El VAR, que había evitado el empate local, echó otra mano nada más reanudarse la segunda mitad al observar penalti por mano de Pita. Malbasic, de disparo raso y pegado al poste derecho, convirtió el 1-3 (52'). No iba a quedar ahí el asunto. Como en la primera parte, el Tenerife iba a repetir el doble golpe. Aitor Sanz, Borja Lasso, Luis Pérez, Malbasic y Bermejo tocaron el balón en una jugada de tiralíneas que convirtió el último de ellos en gol (60'). La diferencia debía ser suficiente para respirar, eliminando la sensación de inferioridad del tramo final de la primera parte. Y así fue. Le duró más el balón al Tenerife en algunos tramos, pero el Lugo no dio su brazo a torcer, como queriendo repetir también la reacción anterior al descanso. Barreiro probó a Ortolá con un duro disparo abajo que este repelió como pudo (63'). Poco después, Barreiro cabeceó una falta colgada al área para que de nuevo se empleara a fondo el meta alicantino (67').

Obligado a arriesgar, Eloy Jiménez movió ficha dando entrada aYanis y Carlos Castro. Más desequilibrado, su equipo empezó a partirse. Algo tuvo que ver el paso de los minutos, que iba alejando la esperanza de la remontada. El final fue plácido para el equipo tinerfeño, aunque Ortolá todavía tuvo tiempo de evitar un gol cantado de Barreiro (88').