Donde la base es protagonista

Tras el fallecimiento del presidente Armenio Amador al año siguiente de la fundación de la UD Longuera Toscal (1982), un grupo de directivos encabezados por Alfonso Fernández, conscientes de la importancia de mantener vivo el equipo para el barrio Toscal Longuera, asumieron el desafío de continuar su legado. Así, desde la temporada 83/84, bajo una nueva dirección liderada por este grupo, se estableció una visión clara: nutrir a los futbolistas de la zona no solo de actividades deportivas, sino también de valores firmes.

Esta idea se materializó en la búsqueda de entrenadores que no solo fueran competentes en lo técnico, sino que también compartieran la pasión por formar a los jugadores. La influencia de la figura de Antonio Oliva, con su experiencia previa y su inspiración en el enfoque de cantera del Athletic Club, sentó las bases para un plan de desarrollo en el Toscal Longuera, barrio de Los Realejos. La incorporación de entrenadores que tuvieron pasado en el club, en su mayoría jóvenes, también ha permitido mantener el espíritu del barrio en la institución. Además, el reciente apoyo constante de la peña La Neverita, durante sus tres años de existencia, ha sido fundamental para respaldar las iniciativas de la entidad en todas las áreas.

Alfonso Fernández, que continúa como presidente del Longuera Toscal, cuenta que la remodelación del estadio Antonio Yeoward, y el uso del campo Iván Ramallo por parte del Juvenil Provincial han sido factores con los que la institución realejera ha afianzado su éxito en el balompié formativo. Estas mejoras han permitido atraer a más futbolistas a la entidad. En su oficina, Alfonso ya «recibe llamadas» de padres interesados en inscribir a sus hijos para la próxima temporada, lo que indica que, según él, se esté realizando «una buena labor».

Ese conjunto juvenil está muy cerca de ascender a División de Honor. Según el dirigente, este es el resultado «de un gran trabajo realizado desde las categorías inferiores». «En ese equipo contamos con un grupo de cinco personas dedicadas al equipo: un preparador físico, un entrenador, un segundo entrenador y dos delegados», comenta. Desde su descenso a Provincial hace seis años, el Longuera Toscal se ha quedado a las puertas de su regreso a la máxima competición juvenil en Canarias en los últimos dos cursos.

Ese equipo es el máximo exponente de una cadena formativa que cuenta con 447 fichas. Ningún otro club de la Isla cuenta con tantas como los realejeros, que además disponen de la escuelita, un grupo de niños de cuatro y cinco años. Dado que aún no pueden obtener sus licencias federativas para participar en competiciones, y en la zona norte no existe la categoría de Iniciación, esta escuela se constituyó «para que los más pequeños puedan empezar su contacto con el fútbol» según afirma el presidente de la institución. «Los niños asisten dos veces por semana, lo que les permite empezar a familiarizarse con el deporte», apunta.

A menuda los clubes se centran demasiado en el equipo regional y descuidan la base

Alfonso Fernández

— Presidente de la UD Longuera

La UD Longuera Toscal también organiza campus durante las vacaciones de Navidad y de verano como parte de sus actividades. Álvaro Yanes, director deportivo del club y entrenador del juvenil provincial, señala que este pasado año el campus de Navidad atrajo a 90 niños, mientras que el de verano, que cumple esta campaña su decimocuarta edición, contó con 180 inscripciones la temporada pasada.

Según Yanes, la ubicación del club en una zona céntrica y cercana a varios colegios ha facilitado la acogida de tantos niños. Además, «la atención y el cuidado dedicados a la base, en contraste con el posible descuido de otros equipos del territorio en este aspecto», han permitido al Longuera Toscal diferenciarse en la formación de jugadores desde edades tempranas. El director deportivo de la entidad revela que, al final de cada temporada se lleva a cabo una reunión con los entrenadores para realizar un «análisis detallado» del desempeño durante la campaña donde identifican «áreas de mejora».

Un ejemplo de este proceso data de finales de 2022, cuando la UD Longuera Toscal se vio envuelta en un incidente extradeportivo. Durante un partido de juveniles contra el CD Laguna en el estadio Antonio Yeoward, algunos jugadores del equipo visitante fueron «agredidos» por un aficionado que utilizó una «pistola eléctrica» y recibieron «insultos racistas», según informó la entidad lagunera a través de sus redes sociales. A raíz de ese episodio, el Longuera Toscal ha modificado mucha de su estructura para que este tipo de sucesos no vuelva a repetirse. «Hemos tenido nuestra mala fama y hemos trabajado por cambiarla», comenta Yanes. Desde entonces, «no se ha vuelto a escuchar ningún incidente relacionado con el equipo». «Las personas problemáticas involucradas en estos incidentes están fuera y hemos modificado el horario de los partidos de los viernes, que solían atraer a personas conflictivas, trasladándolos a las seis de la tarde», añade Yanes.

Los siguientes planes del club

Uno de los mayores desafíos que afronta el Longuera Toscal con sus 30 equipos base es la coordinación de horarios, crucial para asegurar el funcionamiento fluido de su estructura. No obstante, el club cuenta con Álvaro Yanes, una «pieza fundamental» para gestionar este aspecto según el principal dirigente de la entidad. Esta estructura incluye 28 equipos que van desde juveniles hasta prebenjamines, además de un conjunto de féminas y otro de veteranos. «Nuestra agenda de partidos abarca desde los viernes hasta los domingos», comenta Yanes. La institución sigue buscando áreas de mejora. El presidente revela que el nuevo plan de la entidad es «crear un equipo junior de féminas para el próximo curso».

Hemos tenido nuestra mala fama y estamos trabajando por cambiarla

Álvaro Yanes

— Coordinador de la UD Longuera

Ante la posible queja de otros equipos de la zona norte sobre la cantidad de jugadores que aglutina el Longuera Toscal, Alfonso Fernández reconoce que «ha habido épocas en las que equipos como el Puerto de la Cruz o el Realejos han tenido una mayor presencia en la base». Sin embargo, la postura del club es clara: «No podemos negar la oportunidad a ningún niño que desee unirse a la institución». En lugar de limitar la participación, la entidad opta por fomentar una relación colaborativa con los demás clubes. «Por ejemplo, con el Realejos, les animamos a observar el desarrollo de nuestros jugadores. De hecho, muchos de nuestros futbolistas que completan su etapa juvenil continúan su trayectoria en el equipo Regional del Realejos», comenta el presidente.

El Longuera Toscal nunca ha formado un equipo regional. Alfonso Fernández siempre ha sido firme en este aspecto: «Si quieren hacerlo, adelante, pero yo no participaré». El dirigente, que ha tenido experiencia como secretario de la UD Realejos, ha observado que «a menudo las instituciones se centran demasiado en el regional y descuidan la base».

En un contexto donde el fútbol regional suele eclipsar la base, la UD Longuera Toscal mantiene su firmeza en el compromiso con el desarrollo de sus jugadores desde las categorías más inferiores, asegurando que cada paso hacia el éxito esté respaldado por los valores del barrio.

Una base consolidada

El Club Deportivo Sobradillo se constituye como otra de las instituciones más destacadas en la formación de jóvenes futbolistas en Tenerife, gracias a una estrategia dedicada exclusivamente al balompié formativo. Bajo la presidencia de Manuel Jara, la entidad ha optado por un enfoque que privilegia el desarrollo y la construcción de talentos de la zona santacrucera, lo que se refleja en la cifra de 13 equipos en su estructura base y un total de 280 licencias federativas, incluyendo las de su escuelita.

Jara, quien lleva varios años al mando de la institución capitalina, explica el éxito del club en base a una decisión crucial tomada hace tiempo: «Eliminar el equipo regional para concentrar todos los esfuerzos en la base». Esta medida ha permitido al CD Sobradillo invertir más recursos en el desarrollo de su cadena formativa. «Llevamos 16 temporadas en la División de Honor y este año también nos hemos salvado», destaca Jara. Además, el equipo cadete compite en la categoría Autonómica.

La escuelita del club constituye otro pilar esencial de la estrategia de formación del Sobradillo. Desde los tres años los niños tienen la oportunidad de comenzar su vida deportiva, aprendiendo los principios del fútbol y adoptando los valores del deporte desde una edad más temprana de lo habitual. «Organizamos una liga con alrededor de ocho equipos en Santa Cruz, donde los más pequeños comienzan a jugar», explica Manuel Jara, quien además destaca como «una ventaja» el hecho de que los niños de la escuela lleguen más preparados a la categoría prebenjamín.

Al ser preguntado sobre las posibles quejas de los clubes cercanos por la capacidad de aglutinamiento de jugadores por parte del Sobradillo, el presidente de la entidad capitalina contesta de manera tajante: «El que se queja soy yo, que mis mejores jugadores me los quita el Tenerife». Además, el máximo dirigente del equipo defiende el derecho de los futbolistas a elegir dónde jugar, señalando que «son libres de decidir», pero destaca que la presencia del club en las categorías más altas es «un aliciente para los chicos».

Con 280 fichas en su fútbol base, cifra que refleja el compromiso de la entidad en su labor de formación deportiva en la Isla, el CD Sobradillo se sitúa como el quinto club con mayor cantidad de jugadores en Tenerife. Así, su campo municipal se convierte en el escenario donde se alimentan los sueños de futuras generaciones de futbolistas.

Líder en Santa Cruz después de solo una década de trabajo

Desde su fundación en 2012, el Esférico Fútbol Club se ha erigido como uno de los pilares del fútbol base en Tenerife, y en concreto en la zona capitalina. El club ha experimentado un crecimiento notable, y ha pasado de tener inicialmente siete equipos a contar actualmente con 19. La directiva que fundó la entidad pertenecía a la cadena de filiales del ya desaparecido UD Victoria. Su actual presidente, José Pablo Afonso, atribuye el éxito de la institución a varios factores esenciales. «Hemos logrado que el Esférico FC sea una marca reconocida en Santa Cruz», afirma. La estructura organizativa del club incluye desde director deportivo hasta enfermeros, pasando por una psicóloga deportiva y entrenadores específicos, como los de portero, lo que garantiza una gestión profesional.

En cuanto a las actividades, el Esférico FC no solo participa en competiciones regulares, sino que también organiza campus de verano y de Navidad. Además, la colaboración con el CD Tenerife enriquece la experiencia de los niños con actividades como la asistencia a partidos del primer equipo del máximo representativo. Un ejemplo reciente fue el encuentro de hace dos semanas entre el Tenerife y el Leganés en el Heliodoro, al cual asistieron los 440 miembros que forman el Esférico gracias a una invitación especial del club.

Los equipos juvenil y cadete de la institución también son una muestra de ambición, ya que luchan por ascender a categorías superiores como la Provincial y la Autonómica, respectivamente. La entidad cuenta con 360 fichas de menores de 18 años, además de la escuela de tecnificación que acoge a 45 niños.

Hemos logrado que nuestro club sea una marca reconocida en Santa Cruz

José Pablo Afonso

— Presidente del Esférico FC

Este año, el Esférico, cuyo estadio Juan Santamaría se encuentra en obras lo que le obliga a jugar sus partidos como local en el campo Juan Padrón, ha establecido un convenio con el CD Bahía de Santiago de La Gomera, que compite en el Grupo Dos de la Preferente tinerfeña. Gracias a esta colaboración, varios jóvenes del equipo juvenil del Esférico han tenido la oportunidad de debutar en el fútbol regional con el club gomero. Mirando hacia el futuro, el plan de la entidad santacrucera es claro: «Expandir su calidad sin necesariamente aumentar la cantidad de equipos», revela el dirigente.

Con estas iniciativas y una visión serena sobre el porvenir en el balompié isleño, el Esférico FC no solo se perfila como un club de referencia en Tenerife, sino también como un modelo de cómo fomentar el talento y la pasión por el fútbol en las generaciones venideras.