Denia Bravo y la vocación de ayudar

La receptora del Tenerife Libby's La Laguna (CV Haris) compagina la actividad deportiva con su formación como enfermera en la Universidad de La Laguna

Denia Bravo

Denia Bravo / CV Haris

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Desde septiembre de 2023, parte de la vida de Denia Bravo Culebras transcurre en el pabellón Pablos Abril y en las aulas de la Escuela de Enfermería de la Universidad de La Laguna. Y también en aviones, en hoteles, en minutos de competición dentro de la Liga Iberdrola... Ahí se concentran sus dos pasiones, el voleibol y una formación académica que está cada vez más cerca de terminar. La primera la descubrió en medio del ramillete de modalidades deportivas que practicaba siendo niña en Ajalvir, municipio madrileño al que se trasladó con su familia desde León, su lugar de nacimiento. La otra es una vocación que terminará siendo su profesión. «Es algo me gustó siempre, y la decisión de empezar la carrera fue difícil, porque, siendo jugadora de vóley, me convenía más estudiar a distancia y con Enfermería no era posible. Pero como realmente quiero ejercer, hice el esfuerzo. Y aunque vaya más lenta, no importa», revela.

Sin quedar desligada del todo del deporte, se imagina inmersa en el gremio sanitario dentro de unos años. «Siempre he querido ayudar a los más necesitados donde sea, y los voluntariados me han llamado mucho la atención, no solo con personas, también con animales; sinceramente, no me veo dentro de en un hospital», confiesa la receptora del Tenerife Libby’s La Laguna, es decir, del CVHaris.

A estas alturas de su recorrido universitario, Denia se ha dado cuenta que el de enfermera es «un trabajo muy duro en el plano mental». En su día se animó a tramitar la matrícula, a pesar de que la presencialidad iba a ser poco compatible con su agenda deportiva. «No está siendo nada fácil, porque tienes que entrenar mañana y tarde y apenas puedes ir a clase, pero, al final, todo se consigue con esfuerzo», apunta Bravo, que entiende a quienes optan por centrarse solo en el deporte, aunque ella es más partidaria de tener «unos estudios» para poder «aportar de otra forma a la sociedad».

La elección de un deporte

De momento, se esfuerza en completar su formación sin dejar a un lado una trayectoria en el voleibol que inició sin plantearse metas ambiciosas. Al principio, era jugar por jugar. Ahora es internacional por España. «Siendo niña hacía de todo en Ajalvir: tenis, gimnasia rítmica, judo, natación... Y también estaba el vóley. Una amiga del colegio me dijo que fuera a probar y me gustó mucho», recuerda Denia, que, en cierto modo, heredó el perfil de su padre, un profesor de Educación Física que llegó a trabajar para el Club Baloncesto León durante su etapa dorada en la Liga ACB, en la década de los 90.

«De niña lo pasaba mal cuando perdíamos partidos, lloraba mucho», rememora. «Y como mi padre pensaba que podía progresar, me dijo que si quería, podía salir del pueblo e ir a Torrejón de Ardoz, donde había un club que solía clasificarse para las fases finales de cadete y para los campeonatos de España. De esa manera me enganché definitivamente», continúa Bravo, a la que, sin embargo, le costó dar el paso de aproximarse al circuito profesional. «Para mi gusto, me llegó un poco tarde», admite. «Estaba bien en Torrejón, me sentía cómoda allí, y en ese momento no tenía la intención de probar en la Superliga 1. De hecho, tuve alguna oferta, pero no me veía con ese nivel», reconoce Denia, cuyo destino insistió en que siguiera evolucionando. En ese desarrollo tuvo un papel esencial una de sus compañeras de equipo. «Estaba con Carolina Watkinson en el Torrejón y ella fue la que me animó, me dijo que si quería, podía jugar en Liga Iberdrola. Así se fue plantando la semilla», señala.

Denia Bravo.

Denia Bravo. / CV Haris

El impulso de las sensaciones

La propuesta para salir del Torrejón fue irrechazable. Iba a poder ponerse a las órdenes de la emblemática Esther López en el Algar de Cartagena. Toda un referente para Denia. «Esther es la mejor líbero española de todos los tiempos, y estar con ella fue una gozada, algo muy enriquecedor», afirma Bravo sobre su fichaje por el club murciano en agosto de 2020. Tras esa etapa, se incorporó al Feel Alcobendas y se reencontró con Esther en el Haro Rioja, antes de firmar con el CVHaris en junio de 2023.

De la llamada del club tinerfeño, le sedujo la posibilidad de tener a Miguel Rivera como técnico. «Soy una persona que se mueve mucho por sensaciones, trato de prever dónde puedo estar mejor y me fijo también en el entrenador que está en el club que me hace una oferta, y me gustó la idea de estar con Rivera. En mi carrera, siempre he buscado que el entrenador sea muy bueno, porque ir a trabajar y que cada sesión valga la pena, es algo que me llena», expone la internacional, que en verano se comprometió por un año con otro opcional con el CVHaris.

Esa conexión con Rivera duró menos de lo esperado. El pasado 21 de enero, el club anunció la destitución del técnico. Los resultados y las sensaciones no estaban siendo las deseadas. Denia no oculta que la noticia de la salida del técnico fue «dura» para ella. «Los dirigentes quisieron tomar esa medida. Nos dijeron que le había tocado a Miguel, como le podía haber tocado a otra persona del equipo, pero querían cambiar la dinámica. Para mí fue duro, porque lo considero un muy buen entrenador y pude aprender mucho con él. De todos modos, son cosas que ocurren en el deporte. Es la otra cara, es algo que hay que pasar», reflexiona.

Una vez superado ese momento de crisis, y ya con el presidente David Martín en el cargo de técnico, el Tenerife Libby’s La Laguna encara el tramo final de la temporada dispuesto a acceder a las eliminatorias por el título en el puesto más alto posible, el tercero en su caso. Bravo destaca que «los objetivos» planteados se han ido cumpliendo. «Nos clasificamos para la Copa de la Reina –fueron semifinalistas– y también para el playoff por el título de la Liga Iberdrola. Todo este rodaje nos ha dado más cohesión», asegura Denia pensando en las opciones de un Haris que, como equipo, es «muy joven» y no renuncia a nada.

Experiencia como entrenadora

Durante su crecimiento como jugadora, aprovechó para conocer el deporte desde el otro lado, en los banquillos. «He sido entrenadora muchos años», indica Denia, que ya sabe lo que es tener a sus órdenes a niñas que se adentran en el mundo del voleibol. La ventaja de tener la titulación de Técnico Superior en Actividades Físicas y Deportivas, le sirvió para potenciar esa faceta. «Ahora que estoy más arriba, no puedo ser entrenadora, pero más adelante sí me gustaría», advierte Denia, que en abril cumplirá 26 años.

Su vida en Tenerife

Denia había visitado Tenerife para jugar partidos, pero no había residido en la Isla. Aunque la competición y sus estudios apenas le brindan un hueco para conocer lugares nuevos, sostiene que todo lo ha visto, le ha parecido«muy bonito». La receptora del Haris asegura que «no esperaba así» los paisajes de Tenerife. «Es preciosa», apunta. «Debo decir que me falla un poco el transporte, porque no tengo coche, pero con el tranvía y con las guaguas, te mueves sin problemas. No es que tenga mucho mucho tiempo para ver cosas, pero lo poco que he conocido, las playas y los paisajes, es muy bonito».

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