Voleibol

El Cisneros que nunca se fue

El equipo de Finca España presenta sus intenciones de cara a la disputa de la Superliga, una competición de la que lleva alejado casi 30 años, el tiempo para renacer de sus cenizas como el ave fenix

El Cisneros Alter ya está de regreso y es que el sábado debuta en la Superliga masculina de voleibol después de una travesía en el desierto de 29 años, que se dice pronto, un periodo en el que los colegiales, de la mano de Tomy López han vuelto para competir en lo alto "con muchísima ilusión" de poder llevar a buen puerto la nave cisneristas y después de hacer escala en 11 ciudades distintas de la geografía nacional. Se trata del equipo que nunca se fue y que como el ave fenix renace en la máxima competición voleibolista.

Lógicamente, la permanencia es el objetivo primario del proyecto de la 23/24, aunque el conjunto rojillo quiere mirar de reojo a las "22 finales" que tiene por delante una vez que salte a la pista del Colegio para enfrentarse al Arenal Emevé el sábado, a partir de las 19:00 horas. "La tarea no es fácil", eso es evidente, pero el optimismo es máximo en absolutamente todos los jugadores del club, que este miércoles estuvieron arropados por las escuelas, equipos inferiores y parte del filial que disputa esta temporada la Superliga 2. Un proyecto grande y continuista para seguir sacando jugadores para el primer equipo, el germen de un club singular.

Un encuentro presentación que sirvió de Media Day para dar a conocer el proyecto y las inquietudes de un club que crece, que es fiable y que tiene en su ADN luchar hasta el último punto del campeonato cuando se pone en modo familia, que lo son de una manera u otra.

La interacción de los grandes con los más pequeños inundó el coqueto pabellón cisnerita, el espacio ideal para que sea una encerrona para cualquier equipo que lo visite. Lo importante, en cualquier caso, es el trabajo diario que dará ese plus en cualquiera de las pistas en las que juegue.

El máximo responsable de la sección, el exjugador Tomy López, hombre que suele rehuir de ser foco de la atención, se muestra orgulloso del equipo conformado y de lo que puede dar "gracias al trabajo que realizan los jugadores todos los días", ejemplo para la prolífica cantera colegial, no solo en el ámbito del voleibol, sino en el fútbol sala y otras especialidades que se desarrollan en el colegio. Es la familia Cisneros en su más extenso significado.

El técnico Matías Guidolín reconoce que "hay una ilusión grande en cuanto a lo que será la competición después de muchos años después de haber competido en Superliga 2 y otras categorías. Debemos atar el trabajo a los resultados, que en ningún caso será una tarea fácil", advierte.

Sobre su plantilla destaca que "está bien conformada entre nacionales y cupos extranjeros y apostamos a salvar la categoría" y a medida de que nos vayan dando los resultados, "pues tratar de posicionarnos mejor. Tenemos una primera final el sábado (Arenal Emevé) y necesitamos empezar bien contra un rival que podemos asumir que tiene experiencia. Será un rival directo. De maneras,todas las fechas serán finales".

Adrián Oliva, jugador de la cantera que debuta en Superliga, destaca que "esperamos este inicio con muchas ganas, ansias y mucho trabajo en el cuerpo. Tenemos que empezar con buena cara para que todo el mundo vea nuestras intenciones desde el primer partido".

El central afirma que "aquí nadie te va a regalar nada y nosotros tampoco. La clave será luchar muerte como si fuera el último en cada uno de los partidos para tener resultados", asegura para recordar que el ejemplo de lucha fue el Santa Cruz Cuesta Piedra en su estreno ante el Kiele. Por último, pone en valor el potencial del grupo, del que dice que "tenemos gente con bastante experiencia en la categoría y luego nuevos en la liga como yo que tenemos muchas ganas de empezar y demostrar cosas".