¿Dónde el origen?

Elvireta Escobio: la mujer de su vida. Con el título ‘Elvireta Escobio, bajo la piel de la arpillera. Conversaciones sobre Manolo Millares’ (Mercurio ed.), el escritor y periodista Antonio Puente resume un año de diálogos con la viuda del artista, durante 2022, en coincidencia con su 90 cumpleaños y el medio siglo transcurrido desde la muerte de Millares. Es autora de sendos libros poemas y de una nutrida colección de aforismos, que se publican por primera vez en este volumen.

Elvireta Escobio posando con su autorretrato (1951).

Elvireta Escobio posando con su autorretrato (1951). / El Día

A. Puente

Vivaces ojos de miel expresionista, y rostro de elegantes ángulos de cine italiano, Elvireta Escobio (La Puntilla, playa de Las Canteras, L.P.G.C.,1932) tiene también una voz contundente y veloz, enérgica, declamatoria. De ella dijo Fernando Zóbel, el director fundacional del Museo de Arte Abstracto de Cuenca: «Es mujer de carácter fuerte e inteligente. [A Manolo Millares] Le sirve de timón. Es evidente».

Ahora nadie diría que, apenas unas cuantas semanas atrás [del inicio de las conversaciones], en marzo de 2022, ha cumplido 90 años. Sigue siendo plenamente autónoma, y se sirve a sí misma de timón. Confiesa vivir la soledad -»el silencio y la paz que ésta conlleva»- como un privilegio de la edad avanzada, en que aún conserva su sempiterno sentido del humor; el que le lleva a vivirse de la risa cada vez que observa alguna salida de tono, como cuando algunos sectores bienpensantes le siguen espetando: «Si haciendo esos garabatos, Millares logró triunfar, imagínate que lejos habría llegado de haber persistido con los paisajes de las acuarelas…». 

[…] Ya antes de la marcha Madrid, siendo una veinteañera, ella pintaba, y fue pionera en ofrecer una muestra individual, en el Museo Canario, y una de las escasísimas arqueras del grupo LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo), cofundado, entre otros, con el propio Millares. […] Y, de «una forma natural» -«la vida son etapas”, expresa-, cambió esa disciplina por la literatura. Una actividad, por cierto, que también cultivaría Manolo Millares, acaso el pintor español mejor dotado para combinar letras y artes plásticas. 

«Uno de los mayores privilegios de que he disfrutado es poder decir en cada momento exactamente lo que pienso»

Elvireta Escobio

«Uno de los mayores privilegios de que he disfrutado es poder decir en cada momento exactamente lo que pienso», afirma Escobio con su proverbial contundencia. […] Desde el recuento de que, una vez desaparecidos también -junto a Millares (1926 - 1972) - Manuel Padorno (1933 - 2002), Alejandro Reino (1935 - 2018) y Martín Chirino (1925 - 2019), Elvireta Escobio es la única superviviente (además de que fue la única mujer) de la fértil expedición de artistas canarios a Madrid a bordo del Alcántara, en septiembre de 1955. […]

Sus orígenes fueron muy movidos. Tras nacer y pasar sus primerísimos años de vida en La Puntilla, a un extremo de su venerada playa de Las Canteras, donde su abuelo paterno -asturiano, al igual que su padre- había fundado la famosa fábrica de conservas de pescado de los Escobio, pionera en el sector en las Islas, su infancia transcurrirá primero en Vigo y luego en un internado madrileño. Meses después de retornar a Las Palmas, con tan sólo 14 años, inicia su noviazgo con Manolo Millares, seis años mayor que ella, y con quien contraerá matrimonio en 1953. En la actualidad, su biografía puede ser diseccionada, grosso modo, en 20 más 20 más 50, es decir, los años transcurridos hasta su matrimonio, los que vivió junto al artista, y el medio siglo desde el fallecimiento de Millares. 

Si en De un espacio sin tiempo (1995), su primer poemario, habla de dibujar esa “interna geometría” en que confluyen arte y existencia, en De una herencia en el tiempo (2017), la sitúa en un origen incierto, múltiple, tal vez millares de orígenes imposible de escrutar: «Yo soy el silencio del otro. (...) Y en la isla perdida / Tras una noche de estrellas / Me sigo preguntando una vez más / ¿dónde el origen?».