El herreño Luciano Armas publica un estudio sobre quién mató a Kennedy

El autor señala que el asesinato fue un crimen de estado orquestado por Lyndon B. Johnson

Luciano Armas Morales. | | ANDRÉS CRUZ

Luciano Armas Morales. | | ANDRÉS CRUZ

«El asesinato de Kennedy fue un crimen de Estado en el que estuvieron implicados cuatro presidentes estadounidenses, pero la manipulación para que no se sepa sigue siendo hoy en día tremenda porque es algo que los americanos no pueden reconocer». Son las palabras del herreño Luciano Armas Moreno que acaba de publicar el libro El asesinato del presidente Kennedy. De hipótesis a tesis (Círculo Rojo Editorial). Este banquero jubilado, de 75 años, señala que su pasión sobre todo lo que rodea a la familia Kennedy le vino desde muy joven «con las clases del padre Martín Sarmiento en el colegio Claret», recuerda. 

«He visto películas, he visto documentales, ha sido un proceso de investigación de tres años con acceso a actas de declaraciones de testigos, a miles de documentos y testimonios nuevos que han ido saliendo poco a poco. Esto realmente ha sido como un puzzle donde al principio veía piezas sueltas que no sabía dónde encajaban hasta que al final todo se explicaba perfectamente». Para Armas el asesinato de John Kennedy fue un crimen de estado orquestado principalmente por su vicepresidente, Lyndon B. Johnson, que se encontraba involucrado en tres procesos judiciales que le podían llevar a la cárcel con cosas relacionadas con la corrupción desde antes de ocupar ese cargo.

«Él tenía eso como una espada de Damocles, pero como estaba muy vinculado con los grandes empresarios del sur, que eran los enemigos naturales de los demócratas, Kennedy lo puso de vicepresidente» desoyendo los consejos de su familia y asesores. Pero cuando la popularidad del presidente se extendía por todos los estados, Kennedy ya no lo necesitaba y tenía pensado sustituirlo para las próximas elecciones que se celebrarían en menos de un año, lo que hubiera supuesto la ruina total para Lyndon y por eso él fue el que dio el visto bueno a su asesinato».

Entramado

Pero para Armas otro factor también decisivo en todo este entramado fue el propio complejo militar industrial norteamericano. «Eisenhower incluso le avisó en la toma de posesión de Kennedy como nuevo presidente, le dijo públicamente ‘ten cuidado con el complejo militar industrial». El autor recuerda en este punto cómo Estados Unidos se convirtió en el principal proveedor de armamentos desde la II Guerra Mundial para los aliados en Europa, fabricando barcos, aviones, tanques, municiones y todo tipo de pertenencias militares que afectó a su economía.

«Había cuatro millones y pico de trabajadores en la industria militar del país en cuando terminó la guerra, eran grandes empresas privadas que fabricaban toda esa maquinaria bélica, pero cuando se acaba la guerra se produce un colapso económico y había que seguir produciendo y para seguir produciendo tenemos que justificarlo con una guerra». Por eso luego llegó Corea y Vietnam y más recientemente Irak, Libia o Ucrania.

«La guerra de Vietnam fue heredada de Eisenhower, pero Kennedy quiso retirar las tropas y aunque aumentó el número de tropas luego propuso planes al Pentágono para que la retirada se hiciera efectiva». Según Armas, el asesinato sería preparado por la Cia con la colaboración de la mafia. «Cuando llegó Castro al poder echó a patadas a toda la mafia de los casinos en La Habana que luego querían recuperar sus privilegios y parte del operativo que se utilizó para matar a Castro se aplicó luego para Kennedy. Fue, por tanto, un magnicidio diseñado por la Cia, en colaboración con la mafia y el complejo armamentístico industrial y encubierto por el FBI haciendo desaparecer testigos. 

"Soy inocente"

«Cuando asesinan a Keneddy él estaba en Dallas en campaña electoral porque había elecciones al año siguiente. Ya había decidido que Johnson no fuese su vicepresidente porque su popularidad había crecido muchísimo y ya no aportaba a los demócratas los votos del sur. Cuando a Lee Harvey Oswald lo detienen, lo tienen dos días en la comisaría de la ciudad, pero no existe ni un solo documento del interrogatorio que le hicieron. Lo único que se atrevió a decir fue ‘soy inocente, no he matado a nadie, soy un cabeza de turco’ cuando lo llevaba detenido».

Para el autor hay cuatro presidentes implicados en el asesinato por encubrimiento. El primero sería Lyndon B. Johson que dio el visto bueno. El segundo Richard Nixon porque protegía a Jack Ruby, el mafioso que mató a Oswald, y medió a favor suyo. El tercero fue Gerald Ford, que estaba en la Comisión Warren, que fue el más activo predicador de la teoría oficial del asesinato por parte de Oswald. Y el cuarto George Bush padre que el 22 de noviembre de 1963, cuando se produce el asesinato, estaba en Dallas como agente de la Cia y luego fue el jefe de la organización. 

La teoría de que Lee Harvey Oswald fuera un comunista se desmonta desde todos los puntos de vista. «Oswald era un agente de inteligencia del servicio naval de EEUU. Al que presentaron falsamente como comunista. Fue un chico que a los 17 años entra en la marina donde le hacen una serie de test en los que demuestra que tiene una inteligencia superior a la normal y que era un mal tirador», recuerda Armas. «Lo mandaron a una base secreta en el Pacífico donde se controlaban los vuelos de los U2 que eran los aviones espías de los americanos sobre Rusia y China. Cuando estaba en esa base Oswald y realizó acciones de espionaje en Rusia, se infiltra en grupos castristas, y finalmente le manda meterse en un grupo para desestabilizar el intento de atentado de Kennedy al que cogieron como chivo expiatorio».

Algo parecido a lo que sucedió con su asesino Jack Ruby que le dijo a uno de los policías que lo detuvo ‘ustedes no podían hacerlo'». Ruby moriría en prisión de cáncer, aunque «lo del envenenamiento con plutonio ya se empleaba en EEUU en los años sesenta», subraya Armas. Por otro lado, la conclusión de la investigación de la Comisión Warren «la montó Johnson llegando a una serie de conclusiones que incluía que lo mató Oswald con un rifle que ya estaba retirado». Luego, en la morgue, entraron agentes de la CIA con un rifle en la mano para que dicho rifle tuviera la única huella dactilar de Oswald».