Entrevista | Benito Cabrera Timplista, compositor y divulgador cultural

Benito Cabrera: «Cuando no hay caminos habrá que inventarlos; buscar una vereda»

El creador conejero desarrolla una nueva aventura cultural con 'Versos para una ciudad', un proyecto compartido con Árgel Campos, Bosco González y Tomás Fariña

Benito Cabrera (Venezuela, 1963).

Benito Cabrera (Venezuela, 1963). / THE GIRL PHOTO

Jorge Dávila

Benito Cabrera (Venezuela, 1963) es un tipo curioso. Un creador que lleva décadas transitando por el mundo de la cultura insular con proyectos y más proyectos. Anoche abrió en La Laguna una aventura compartida en la que poesía y música se anudan para dar forma a algo diferente. «Saber elegir buenos compañeros de viaje significa que algo he aprendido», asegura sobre Versos para una ciudad.

Otra aventura más...

Una más... Me encanta la poesía y aprovechar las voces de Bosco González y Árgel Campos es una oportunidad inmejorable. Si a eso le sumamos, además, el talento musical de Tomás Fariña la idea parece buena.

Elegir buenos compañeros de viaje termina siendo una habilidad, ¿no?

Sí que lo es. Estar rodeado de gente que sabe más que tú es una señal; poder elegir buenos compañeros de viaje significa que después de tanto tiempo algo he aprendido.

En Canarias a las personas desinquietas como usted las suelen llamar jiribillas o ‘culos inquietos’.

Y tanto [ríe]... El padre de Elfidio Alonso decía que esto es como andar en bicicleta, si te paras te caes. Lo importante es continuar pedaleando... Las cosas pueden salirte mejor o peor, pero nunca debes dejar de dar pedales.

¿Lo difícil es empezar a montar en bicicleta?

Eso es lo más complicado, pero una vez le coges el jeito todo es mucho más sencillo.

Una curiosidad: ¿Usted la manta esperancera la sigue teniendo a mano?

La tengo, la tengo [sonríe]. Formar parte de Los Sabandeños durante tantos años fue una experiencia que disfruté muchísimo en buena compañía: absorbente pero feliz. La manta siempre está lista para lo que haga falta...

El timple es el sonido de Canarias"

¿La tiene guardada con la intención de volver a tirar de ella algún día?

Ellos saben que sigo aquí, que pueden contar conmigo para lo que sea. Si necesitan una partitura o consultar algo, aquí estoy... Yo me siento cerca de un proyecto que ha sido importante para mí durante tantos años.

¿Siempre 'Con el timple a cuestas'?

En ese proyecto me siento un intruso, porque yo no soy periodista, pero intento comunicar o transmitir cosas... Dar a conocer algunas de las claves de nuestra identidad musical es ilusionante, sobre todo, cuando estás rodeado de un equipo joven que tiene ganas de trabajar. En principio hemos cubierto todas las temporadas que estaban programadas y veremos qué ocurre más adelante, pero la experiencia ha sido enriquecedora. ¡La he disfrutado!

¿Qué aprendió por esas rutas por las Islas?

Dos cosas... Una, no sé si la principal, es que por mucho que creas que lo sabes todo de la cultura canaria, ésta es un saco sin fondo. Siempre hay algo por saber. La otra está asociada con la idea apocalíptica de compartir un espacio con una juventud desganada que ya se ha rendido. Eso es mentira. Los jóvenes de las Islas viven cerca de la cultura, tienen una estrecha relación con una canariedad que va más allá de una folía o un timple. Soy consciente de que el concepto es complejo, pero hay muchos chicos que disfrutan al máximo la realidad cultural de este archipiélago.

¿Esa idea de canariedad de la que habla no es fácil de interpretar?

Eso es así porque la canariedad es algo que recibimos de una manera muy sencilla, pero es difícil de sentir. La parte asociada a su difusión se la vamos a dejar a los antropólogos, filósofos o sociólogos y la otra vamos a vivirla y, sobre todo, transmitirla. Ésa era una de las cuestiones básicas que nos planteamos cuando empezamos a planificar Con el timple a cuestas.

¿Todo esto sólo fruto de la curiosidad?

Todo lo que sea aprender y curiosear, lo que antes dijimos que era ser un culo inquieto, es una ayuda que cobra otra dimensión en el instante en el que te das cuenta de que estos conocimientos se los puedes llegar a transmitir a otras personas.

Usted cultivó la docencia en fases de su vida.

Ahora es una etapa que he «aparcado», pero durante un montón de años di clases en el Conservatorio y, sinceramente, me lo pasé bien mostrando a otras personas una parte de lo que había aprendido. La responsabilidad es grande pero, a su vez, divertida... Entonces el timple era un instrumento en pañales y lo que hicimos para conocerlo un poco mejor resultó ser positivo: el timple es el sonido de Canarias.

¿Cómo ‘respira’ el timple en estos momentos?

Creo que está en su mejor momento. Cuando yo empecé se habían juntado dos décadas de sequía –las grandes referencias eran Rojitas o Totoyo Millares– y el hecho de coincidir tres timplistas en el mismo espacio creó una expectación que se vio reforzada por una serie de cambios que fueron asumidos por las nuevas generaciones. Ahora hay tantos y tan buenos timplistas mostrando proyectos sorprendentes que lo único que podemos hacer es reconocer su valía...

¿Queda mucho camino por recorrer?

Por supuesto que quedan cosas por hacer y, sobre todo, hay que desterrar algún que otro comentario desafortunado como: ¡Ya está bien de tanto timple! o timplillo... En Canarias las cosas van un poquito más lentas, si lo comparamos con el arraigo cultural que se da en el País Vasco, pero creo que en poquitas décadas se han conquistado espacios impensables hace unos años.

¿Hay algo que aún le falte por probar?

Siempre quedará algo por descubrir. El secreto es sentirte joven para seguir curioseando. Cuando no hay caminos habrá que inventarlos;buscar una vereda por la que seguir avanzando.

¿Seguir probando cosas nuevas como ‘Versos para una ciudad’?

Lo de corren malos tiempos para la lírica no es una frase hecha, es una realidad asociada al rechazo que provoca la poesía. Versos para una ciudad [Benito Cabrera, Bosco González, Árgel Campos y Tomás Fariña] rescata la obra de grandes poetas canarios a través de la música. Lo de menos es si un poema te lo dan por escrito o en un rap, lo importante es que se escuche y que provoque una sensación de identidad.