Entrevista | Vic Echegoyen Escritora

«La novela negra se dedica a explorar el lado más sombrío del alma humana, lo mejor y lo peor»

Vic Echegoyen

Vic Echegoyen / ED

Michael Valdivia

La escritora española Vic Echegoyen (Madrid, 1969) regresa con la novela Sacamantecas después de haber publicado Resurrecta o La Voz y la Espada. Se trata de una trama que mezcla la crónica negra, el terror y el humor para formar un cóctel perfecto donde el crimen y el asesinato son los grandes protagonistas. Una niña, de apariencia afable, acaba con la vida de varias personas, convirtiéndose en una asesina sin remordimientos y de la que nadie sospecha.

‘Sacamantecas’ mezcla el terror, la crónica negra y el humor, ¿cómo consigue mezclar todos estos ingredientes y desembocar en un resultado tan sugerente?

Yo creo que la novela negra tiene eso de bueno. Como se dedica a explorar el lado más sombrío, lo mejor y lo peor del alma humana, lo que importa es el por qué, más que el cómo, el quién, el dónde o el cuándo porque se presta para dar a conocer muchos aspectos de la psicología humana, tales como la impulsividad de la improvisación. En resumen, los fantasmas que cada uno tenemos. Ahí interviene muchas veces el humor, reírse de uno mismo y reírse con otros. Creo que hay muchas cosas que solamente se pueden soportar si se enfocan un poco desde el humor.

La protagonista posee un instinto asesino innato pero que nadie conoce. ¿Cree que es algo que está más presente en la sociedad de lo que pensamos?

Sí, sin duda alguna. Primero porque el instinto de matar o defenderse, a veces matando, está presente en el ser humano desde la prehistoria. Somos unos seres que, a poco que rasques, salen los instintos primitivos y es difícil controlarlos, así que creo que sí, ese instinto está ahí. Si a eso le sumas una sociedad contemporánea de locos deshumanizadora que te arroya y que te tiene estresado de la mañana a la noche pues se añaden dos condiciones explosivas, el instinto y las circunstancias, que muchas veces te empujan a actuar de manera muy impulsiva.

¿Tiene algún significado ambientar la novela en un pueblo de la sierra norte de Madrid?

Es un sitio donde pasé parte de mi infancia y de mi adolescencia y guardo recuerdos bastante gratos. Para mí era ese pequeño refugio de tranquilidad, paz y seguridad donde todos nos conocíamos y nadie cerraba la puerta de noche. Nadie se preocupaba cuando los niños salían a jugar y gozábamos de mucha más libertad. Quise ponerle esa especie de pasado casi idílico en la sierra, que podría ser en cualquier otro pueblo de España. De esta manera, se consigue acentuar esa sensación de angustia y de sentirse perseguido en un entorno hostil que saca lo peor de cada persona.

¿En la obra se explica el cómo y cuándo se desarrolla el perfil de un asesino?

En parte sí porque no hay una respuesta universal. Todos somos distintos porque la gente que mata lo hace por sus propios motivos, traumas o afán de venganza.

¿Qué le inspiró para escribir esta novela negra?

Hoy, la maldad y el instinto de matar, creo que es lo peor que puede hacer un ser humano. Es algo que siempre me ha interesado. A todos los escritores nos atrae, no sólo a los que escriben novela negra, pero es que también ahí hay otros muchos factores que intervienen, como casos que lees en los periódicos. Por ejemplo, los casos de niños que matan a otros en la escuela y tú te preguntas cómo es posible que nadie lo viera venir. Para mí, el detonante principal fue algo que le oí decir a un médico. Me dijo que si todas las personas que han muerto por causas no naturales, es decir, asesinadas, pero que no se ha sabido nunca, tuvieran una vela en su tumba, los cementerios estarían iluminados día y noche. Por lo visto, es algo que pasa mucho más a menudo de lo que la gente piensa.

‘La voz y la espada’ o ‘Resurrecta’ son otras de sus obras. ¿Qué diferencia a ‘Sacamantecas’ de ellas?

Pues como de la noche al día. Las otras tres novelas que he publicado son todas históricas y están ambientadas en el Barroco. En concreto, a principios del siglo XVII y a mediados del XVIII. Algunas se centran en caracteres que ya quizá apuntan un poco la tendencia a la novela negra, como la familia del cardenal Richelieu, el famoso ministro de Luis XIII, el villano de Los tres mosqueteros. Otra de mis obras se basó en el gran terremoto de Lisboa que, para mí, es la mayor catástrofe natural ocurrida en la Edad Moderna. Me fascina ese aspecto lleno de contrastes de tragedia, locura y extremos. El paso a la novela negra fue algo que cada vez creo más que fue de forma natural.

Imagino que provenir de una familia de escritores y artistas motivó su pasión por este mundo, ¿no?

Sí, me temo que sí, como se suele decir, la cabra siempre tira al monte y eso fue lo que ocurrió. Ya tenía el virus en la familia y nací con ese daño congénito, por llamarlo así cariñosamente. Solo era cuestión de tiempo. Es como alguien que crece en una familia de médicos o abogados, en algún momento quieres hacer tus pinitos.

¿Cómo se siente al recibir el Premio Wilkie Collins 2023 por ‘Sacamantecas’?

Todavía tengo que digerirlo. Me siento emocionada y agradecida viendo todos los nombres ilustres que me han precedido en este premio. También tengo una sensación de aprensión por cómo acogerán los lectores ese cambio de registro y, en general, cómo me acogerá el entorno de la novela negra porque en España han dejado el listón muy alto. Los debutantes en este género siempre tenemos que dar la talla. Y no es nada fácil.

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