Entrevista | Yeray Barroso Poeta

«Soy un escritor de impulsos, de búsquedas y de obsesiones»

«Siempre me resultó llamativo que el libro de poesía fuera un libro negro con letras blancas», confiesa el poeta

El joven tinerfeño Yeray Barroso.

El joven tinerfeño Yeray Barroso. / Tayri Muñiz

Almudena Cruz

Almudena Cruz

Yeray Barroso (Tenerife, 1992) vuelve a la carga con un nuevo poemario: La tarde será roja cuando. De la mano de Libero Editorial, el libro verá la luz en un mes aproximadamente. El joven, que se confiesa «muy narrativo» en su forma de concebir la poesía, habla en esta entrevista de la atmósfera mística de su nuevo proyecto y de su forma de afrontar la escritura.

Han pasado cerca de dos años desde que publicó Nunca seré mi madre y no pariré a mi hermana y anuncia un nuevo poemario...

Se titula La tarde será roja cuando y sería mi cuarto libro. El libro lo escribí entre principios de 2020, el anterior se publicó en 2021 pero se terminó de escribir a finales de 2019. A veces, incluso, se mezclan escrituras simultáneas de dos proyectos a la vez. Estuve trabajando en él, por tanto, desde 2020 hasta casi ahora mismo. Cuando vas revisando lo que se va a publicar de alguna manera también lo vas reescribiendo.

Sin tener todavía el poemario, que no ha salido aún, ¿qué nos puede adelantar sobre las diferencias respecto al anterior libro?

Creo que es un libro bastante diferente en el contenido y en las búsquedas pero sí es verdad que creo que en mi escritura es una línea reconocible de estilo de lo que quiero expresar con la poesía. Creo, sin embargo, que es muy diferente en cuanto contenido. En este nuevo libro hay un cierto misticismo que no apunta tanto hacia lo religioso sino a la forma de entender la vida. Se centra en el mal de ojo como una especie de enfermedad colectiva que no permite una felicidad plena. Es como una maldición de un pueblo que nace con ese estigma del mal de ojo, que se intenta curar todo el tiempo pero que todo el tiempo permanece así. La primera parte del libro tiene una estructura casi de diario porque se suceden días. Esto es un poco cómo van pasando los días y a la vez no pasa nada, la cotidianeidad, y a la vez cómo se intenta tener una plenitud pero siempre hay algo que impide que llegue. No es un libro sobre el mal de ojo pero eso está conectando toda la atmósfera del libro.

De ahí lo de los rezos de vieja...

De hecho, tiene tres pausas: una entrada, una pausa y un final. Son como audios o mensajes de voz de una vieja que sería el que reza el mal de ojo. Al principio es como un poema que mezcla rezados del mal de ojo. Después, en el centro, hace una recopilación de todo lo que ha pasado en los días. Y después, la segunda parte del libro es más mística. Por eso el rojo del color del libro aunque es también es bastante marrón en el sentido de lo terrenal. Al final, cerrando, como una coda, hay un cierre con otro de esos mensajes de la vieja.

Qué interesante es esto de la poesía que permite cambios de ritmos y estructuras. Facilita estos juegos...

Por eso es el lenguaje en el que a mí me gusta moverme porque me permite hacer lo que quiero. En la narrativa también se puede pero vas a tener a alguien, normalmente, que lo que espera es una historia. De todas maneras, creo que soy bastante narrativo cuando escribo poesía pero te permite incluir un poema que rompe la narración, sin ningún problema.

A propósito de esto que comenta. Precisamente y muy recientemente otra poeta canaria, Aida González Rossi, ha anunciado el lanzamiento de su primera novela. ¿Se ha planteado usted dar ese paso?

Creo que soy bastante narrativo. No escribo libros de poemas sueltos, escribo con un hilo conductor. Me gusta que tenga una atmósfera y haya unas búsquedas. Sí que es verdad que hay algo que yo no tengo, o por lo menos no lo he tenido hasta ahora, que es el oficio de sentarme todos los días a escribir. Eso es lo que requiere una novela. Soy un escritor más de impulsos, de búsquedas, de obsesiones. Puedo tener dos meses en los que no escribo y un mes en el que no puedo salir de la escritura. Creo que la novela te lleva más a obligarte aunque no sientas que estás en el momento de la escritura. No me muevo así.

¿Qué papel tiene la figura del editor en su caso?

La verdad es que estoy muy contento con Libero Editorial porque ha apostado por mí. Sentir que tienes una casa donde publicar y que eso no se convierta en una preocupación es bueno. No he tenido problemas en ese sentido y el acompañamiento que hace la editora, Inés, durante toda la obra –las lecturas que hacemos, nos llamamos muchas veces– ayuda mucho. Se preocupa por tus textos y eso ayuda mucho. Eso en el resultado se nota. No tanto quizás en los poemas, que son míos, pero sí en el libro como objeto.

Por lo que cuenta, la imagen del libro es muy importante para usted. ¿Cierto?

Siempre me resultó llamativo que el libro de poesía fuera un libro negro con letras blancas donde no se explotaba la imagen como objeto. Igual que pasa en un libro de narrativa, me gusta que mis libros funcionen como objeto, más allá de los textos.

¿Cuáles son los plazos de este poemario?

Está programado para que salga a finales de enero pero esos plazos pueden variar. Creo que ya en febrero estará aquí seguro. Lo que todavía no tenemos previsto es la presentación.

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