La acuicultura: una larga tradición en Canarias que la une al mar

El 70% de los alimentos de origen acuático que se consumen en la Unión Europea son de importación

Jaulas acuáticas en Canarias

Jaulas acuáticas en Canarias / E. D.

El Día

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La acuicultura en el Archipiélago canario comienza en la década de los 80 del siglo XX en la isla de Tenerife, pero no es hasta finales de de noventa cuando se establece este sistema productivo como industria, empezando a implantarse instalaciones no solo en Tenerife y Gran Canaria, sino también posteriormente, en Lanzarote y La Palma.

El 70% de los alimentos de origen acuático que se consumen en la Unión Europea son de importación. Como consecuencia, hay un déficit comercial de 21.000 millones de euros al año.

Para encaminar a sus países miembros a revertir este escenario, el Parlamento Europeo aprobó un informe sobre acuicultura sostenible. En el documento destaca el gran potencial de esta actividad, que supera desde hace más de un lustro a la pesca en el ámbito global, pero representa tan solo el 10% de todo el autoabastecimiento de productos del mar en la UE.

En el Archipiélago, se realiza la última fase del cultivo, que es el engorde de las especies en el medio marino, importándose los alevines, generalmente con un peso de entre 5-15 gr de Península o de otros países europeos. Sólo hay una empresa que tiene instalación en tierra y que lleva a cabo todo el ciclo vital de las especies que produce, aunque su producción es prácticamente de autoconsumo. El sistema de cultivo más utilizado para el engorde de peces en Canarias son las jaulas marinas flotantes.

Hasta julio de 2016, las especies autorizadas para el engorde en estas instalaciones acuícolas en el mar son tres, la dorada (Sparus autara), la lubina (Dicentrarchus labrax) y el atún (Thunnus obesus y Thunnus albacares) en Lanzarote.

A diferencia de las especies cultivadas en el resto de Europa hay que destacar que gracias a la calidad y temperatura de nuestras aguas las especies pueden alcanzar la talla comercial en un tiempo inferior permitiendo a las empresas ofrecer sus productos durante todo el año y disponer de una gran variedad de tallas en función de la demanda del mercado.

Desde hace años se están llevando a cabo por diferentes instituciones científicas, como el Centro Oceanográfico de Canarias (C.O.C. - I.E.O), varios estudios a nivel experimental para diversificar las especies de cultivo, tanto de peces como de moluscos pero aún sin los resultados deseados.

Algunas de estas especies son el bocinegro (Pagrus pagrus), el medregal (Seriola dumerili) o el pulpo (Octopus vulgaris).

La acuicultura en Tenerife es una actividad económica relativamente reciente y de ámbito territorial principalmente marino. En la Isla, actualmente, sólo se cultivan doradas (Sparus aurata) y lubinas (Dicentrarchus labrax) aunque existen proyectos de investigación para cultivar nuevas especies locales como el bocinegro, los sargos o medregales, entre otros.

El número de explotaciones acuícolas existentes en Tenerife es de 23, las cuales ocupan un área de 1,45 kilómetros cuadrados (km2), siendo su producción autorizada máxima de 4.800 toneladas. Si desglosamos los datos anteriores por frente geográfico, se aprecia que en el frente oeste existen 20 concesiones autorizadas, siendo su área de 1,16 km2 y su producción máxima autorizada de 3.220 toneladas.

En el frente este, el número de concesiones autorizadas es de 3, su área de 0,28 km2 y su producción máxima autorizada de 1.580 toneladas. En el frente norte, no existe ninguna concesión acuícola ni tampoco proyectos para su ubicación en un futuro próximo. España se sitúa en segunda posición, por detrás de Grecia, y sumó en 2020 casi 42.000 toneladas.

En este apartado, Canarias es la segunda autonomía que más produce, solo por detrás de la Comunitat Valenciana, con alrededor de 7.000 toneladas de lubina y dorada. Las Islas tienen unas condiciones idóneas para la acuicultura, pudiendo alcanzar hasta 37.118 toneladas anuales. El último proyecto que está sobre la mesa es la granja de pulpos que prevé instalar Nueva Pescanova en el Puerto de la Luz y de Las Palmas. La empresa prevé invertir 65 millones de euros para producir unas 3.000 toneladas al año destinadas a la exportación.