La Laguna se entrega a las procesiones en el Miércoles Santo

La Verónica y la Santa Faz, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de la Soledad y el Señor de la Cañita recorren el centro histórico

D. Ramos

La Semana Santa continúa y entra ya en sus días grandes. En el casco histórico lagunero, el Miércoles Santo dejó una mejora del tiempo y una mayor afluencia de público. Cuatro pasos y tres cofradías ofrecieron una nueva jornada de devoción y arte sacro en la calle. Pero también mostró un desfile roto y las escenas de cada hermandad y sus respectivos tronos en un punto distinto de la ciudad antigua.

El casco histórico de La Laguna vivió en la tarde-noche de este miércoles la antesala de los días grandes de la Semana Santa. Tras unos días de mal tiempo y escaso público en las calles de la ciudad, el Miércoles Santo vino a mejorar el ambiente. Cuatro pasos recorrieron la antigua Aguere: la Verónica y la Santa Faz, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de la Soledad y el Ecce Homo, conocido popularmente como el Señor de la Cañita.

Los actos comenzaron en la parroquia de San Benito, donde a las 18:30 horas estaba prevista una celebración eucarística con la bendición de los hábitos de los nuevos miembros de la Cofradía de la Santa Faz. Le siguió la procesión de la Verónica y la Santa Faz con dirección a la Catedral.

En ese último templo hubo otra misa en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad, también con bendición de los hábitos de los integrantes de más reciente incorporación. Una vez finalizada, se desarrolló la procesión de las anteriores imágenes, que estuvieron acompañadas de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad, así como del Señor de la Cañita, junto a la Muy Antigua y Venerable Hermandad de la Sangre de Cristo y de la Santa Cruz. El paso del Ecce Homo estuvo escoltado por militares.

El Miércoles Santo también dejó tarea pendiente para la Junta de Hermandades y Cofradías, el Obispado de Tenerife o cualquier otro actor con capacidad de lograr un mejor desarrollo de las procesiones. Y es que se repitió la escena del Martes Santo, cuando un desfile de apenas dos cofradías iba roto, con una amplia distancia entre las hermandades.

Este miércoles, y si bien hace unos años había una procesión conjunta, hubo dos (por un lado, los pasos de la Catedral; por otro, el de San Benito). Y, a su vez, la primera acabó fragmentada en otras dos. Al menos en la calle San Agustín había más de 200 metros entre cofradías, para sorpresa de los espectadores. Pablo Reyes, el presidente de la Asociación de Vecinos Casco Histórico, no salía de su asombro (y cierto malestar). Otro conocido cofrade lagunero tampoco estaba cómodo. «¿Dónde es el encuentro?», le preguntó un joven. «No, aquí no hay encuentro; esto es el desencuentro», le respondió.