La Tahonilla recupera y devuelve al mar una media de cien tortugas cada año

El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo es un referente en la atención a estos animales | Dos ejemplares fueron liberados en marzo en la playa de La Nea

Uno de los ejemplares de tortuga devuelto al mar en la playa de La Nea, en El Rosario, tras recuperarse en La Tahonilla.

Uno de los ejemplares de tortuga devuelto al mar en la playa de La Nea, en El Rosario, tras recuperarse en La Tahonilla. / E. D.

El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla, gestionado por el Cabildo de Tenerife, recibe cada año una media de cien ejemplares de diferentes especies de tortugas silvestres, no domésticas. Suelen ser encontradas en la geografía tinerfeña, heridas o con algún problema, tanto por ciudadanos particulares como por organismos públicos. Entre estos destacan los cuerpos policiales, así como otras entidades colaboradoras, caso de clubes de buceo, muelles deportivos y cofradías de pescadores. Los últimos ejemplos, en marzo pasado, fueron dos tortugas devueltas al mar en la playa de La Nea, en El Rosario, tras ingresar con diferentes patologías. Durante el pasado año, La Tahonilla recibió 107 ejemplares durante 2022, 104 pertenecientes a la especie Caretta caretta y tres a la de tortuga verde (Chelonia mydas).

La tortuga, en el camino de vuelta hacia su hábitat natural, el mar. | | E.D.

La tortuga, en el camino de vuelta hacia su hábitat natural, el mar. | | E.D. / José Domingo Méndez

Los animales recuperados se cuidan y alimentan hasta que llega el punto en el que son capaces de nadar y cazar de manera autónoma. En ese momento están preparadas para ser liberadas de nuevo en el Atlántico. Aproximadamente pasan unas tres semanas de media en el centro.

La primera Caretta caretta fue localizada el pasado 7 de marzo, mientras nadaba a varias millas de Puerto Colón, en Costa Adeje. El animal se encontraba en dificultades y con evidentes síntomas de agotamiento. Además, mostraba la visible presencia de hongos en el caparazón. Esta tortuga fue recuperada por un grupo de particulares y entregada a la Policía Local de Adeje para su posterior traslado a La Tahonilla.

En la primera valoración se determinó que los hongos no sólo afectaban al caparazón, sino también a las aletas y al plastrón de la tortuga. Durante su periodo de recuperación se le administró antifúngico de uso tópico y por vía oral. Asimismo, recibió una terapia específica basada en sesiones de láser y rayos ultravioletas para completar el tratamiento. Por último, al superarse la enfermedad a lo largo dos semanas, la tortuga fue devuelta al mar para que prosiga su proceso evolutivo.

La otra tortuga fue localizada el pasado 11 de marzo cerca de la costa de Los Gigantes, en Santiago del Teide. El animal se encontraba enganchado en una red de pesca por la aleta delantera derecha. Tras ser rescatada, el Centro recibió al animal para comenzar su proceso de recuperación y rehabilitación.

Tras la primera inspección se determinó que la aleta enredada debía ser amputada debido a los claros síntomas de necrosis y ante el riesgo de que la enfermedad se expandiera por el resto del cuerpo. Por tanto, la aleta fue amputada y, a continuación, comenzó su proceso de recuperación. Después de aproximadamente tres semanas la tortuga superó el periodo de rehabilitación y recuperación y fue devuelta al mar para que prosiga su correcto desarrollo.

Un centro modélico

El Centro de Recuperación de Fauna ocupa dos hectáreas de las 26 de la finca La Tahonilla, donde además el Cabildo tiene la sede de uno de los viveros insulares y también de los equipos de extinción y control de incendios forestales de la Isla. Constituye una importante herramienta para la conservación de la fauna silvestre y la educación ambiental de la biodiversidad insular. En las instalaciones está activo un servicio de 12 horas diarias durante los 365 días. Allí se recogen unos 1.500 animales al año, más 2.500 pardelas en la campaña de levantamiento del vuelo de esta especie amenazada.

El Cabildo de Tenerife puso en marcha en abril del año pasado unas nuevas instalaciones destinadas de manera específica a la rehabilitación de las tortugas marinas recuperadas en las aguas de la Isla que, tras la atención clínica necesaria, son devueltas a su hábitat. Se añadieron varios grandes tanques de agua salada y un canal de nado contracorriente que se utiliza para la readaptación de las tortugas antes de devolverlas al mar. Su hábitat natural.

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La tortuga Caretta caretta es una especie de reptil marino que recibe el apelativo de boba por la facilidad con la que, antiguamente, los pescadores la capturaban mientras se encontraba cerca de la superficie. Pero no es tan boba. Al contrario, se trata de un animal migratorio y de gran orientación. Su presencia concentra en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, en especial en mares templados. En Canarias se trata de la tortuga marina con mayores índices de avistamiento. Su estancia en las aguas del Archipiélago se prolonga prácticamente durante todo el año, en especial durante los meses de primavera-verano. Su dieta es sobre todo carnívora y se trata del depredador natural de las medusas. Es frecuente que las propias tortugas las confundan con las bolsas de plástico e ingieran grandes cantidades.

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