La Isla utilizará tecnología big data para analizar qué hábitos tienen los tinerfeños a la hora de deshacerse de su big databasura Gracias al nuevo contrato de gestión de residuos, que se está licitando en la actualidad, la empresa que resulte adjudicataria del servicio deberá emplear esta herramienta para recopilar información acerca de cómo tiran los ciudadanos sus desechos. De esta manera, se podrá conocer, por ejemplo, en qué momento del año o de la semana se genera más basuraCon esta información se pretende mejorar el servicio y adaptarlo a la realidad de los habitantes de la Isla.

Esta es una de las grandes novedades que se pondrá en marcha después de la adjudicación de este contrato, el mayor que ha sacado a concurso el Cabildo tinerfeño y que está dotado con un presupuesto de 715 millones de euros, que se gestionarán a lo largo de 19 años. La Institución insular prevé que la nueva empresa pueda comenzar a trabajar a mediados del año que viene y el consejero responsable del área de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático, Javier Rodríguez, asegura que será "todo un cambio en el paradigma de la gestión de residuos en la Isla".

Rodríguez explica que la utilización de esta tecnología permitirá "tener información a tiempo real de cómo nos comportamos a la hora de retirar nuestros residuos, para así poder adaptar el servicio a los ciudadanos". El responsable explica que esto es algo habitual en otro tipo de sectores como el energético, donde la producción se adapta a la demanda, una situación que quiere emular el nuevo servicio de gestión de residuos de la Isla y que de esta manera "se acomode a los hábitos de los tinerfeños".

Para ello, además de la tecnología big data se utilizará el blockchain, una herramienta informática que garantizará la seguridad de los datos, actuando como un notario digital.

La empresa adjudicataria podrá realizar este análisis gracias a los sensores que se instalarán en todas las plantas de transferencia, que recopilarán los datos de los camiones que llegan desde todos los puntos de la Isla.

Rodríguez reconoce que lo que se ha estado haciendo hasta ahora "es mover los residuos de un lado a otro de una manera eficaz, pero esto es un cambio de filosofía, que supone un salto de gigante".

Una vez se hayan recopilado los datos y se tenga un estudio pormenorizado de los hábitos de los ciudadanos en lo que a la gestión de los residuos se refiere, el Cabildo espera trasladar la información a los Ayuntamientos con la intención de que se pueda adaptar el servicio de recogida de basura y los contenedores. "Todo este trabajo debe estar vinculado al que realicen los municipios", explica Rodríguez, ya que son los consistorios los que tienen la competencia de la retirada de los residuos de la vía pública.

En la actualidad, la mayor parte de las ordenanzas municipales que regulan esta cuestión están anticuadas y no siguen la filosofía que persigue el nuevo contrato de gestión de residuos. Por eso, el Cabildo elaborará una ordenanza tipo que después podrá adaptar cada ayuntamiento a sus necesidades, en las que se tratará de fomentar el reciclaje y penalizar a quienes no separen sus desechos.

Otra de las novedades que se incorporarán tras la adjudicación del nuevo contrato será la colaboración con la Universidad de La Laguna (ULL) para la realización de investigaciones sobre la gestión de los residuos en la Isla. "El nuevo pliego incluye la obligatoriedad de que se lleven a cabo estos estudios, para seguir mejorando el sistema", señala Rodríguez. Además, se apuesta por la internacionalización del modelo, divulgando la experiencia tinerfeña en la gestión de residuos.

Otra modificación que se hará efectiva será el cambio en el sistema de pago a la empresa adjudicataria. Hasta ahora, se pagaba a la compañía en función del volumen de residuos que entran en la planta, mientras que con el nuevo contrato se abonará una tasa extra si consigue mejorar el reciclaje y reduce los desechos que van a parar al vertedero. Para ello, la empresa deberá invertir en la recuperación de materiales que lleguen a planta, pero que puedan ser después reciclados. En la actualidad el porcentaje de elementos recuperados en la instalación es de apenas el 5% y la intención de esta medida es incrementarlo de manera significativa. "Con esta fórmula además se intenta que llegue menos cantidad de residuos a las celdas de vertido y de esta manera aumentar su vida útil", añade Rodríguez.

El nuevo contrato también incluye la realización de muchas inversiones que incidirán notablemente en las cuatro plantas de transferencia que están localizadas en diferentes partes de la Isla. Es allí donde los municipios llevan sus residuos para que sean compactados y reducir así su volumen. De esta manera, se consigue trasladar los residuos hasta el Complejo Ambiental de Arico utilizando menos camiones, lo que reduce la huella ecológica. "La filosofía de las plantas va a cambiar y allí se podrán realizar tratamientos que hasta ahora no pueden efectuarse", recalca el responsable insular. Además, también está prevista la apertura de nuevas plantas en otras localizaciones.