Los rostros de la tragedia
El conserje que se revistió de héroe en el incendio mortal de Valencia
Julián se jugó la vida para alertar a los vecinos para que salieran de sus viviendas y bajaran a la calle lo más rápido posible
Jaime Roch
En toda tragedia hay algún héroe. Y en el fulminante y devastador incendio en un edificio de viviendas de catorce plantas en València, que se ha propagó a otro anexo, y causó este jueves cuatro muertos y se busca a otras diecinueve personas que están desaparecidas y a quienes sus familiares no han logrado localizar desde que comenzó el fuego, el conserje se revistió de héroe. En esa zona de viviendas de nueva construcción en un barrio, el de Nou Campanar, de grandes avenidas y zonas comerciales y de ocio, al noroeste de la ciudad, se vio azotada por el incendio más grave que ha sufrido la historia de la ciudad de València.
Justo en el momento en que el siniestro comenzó, sobre las cinco y media de la tarde en un inmueble que terminó de construirse en 2009 en la esquina de las calles General Avilés con Maestro Rodrigo, Julián, conserje de la finca calcinada, fue piso por piso alertando a las personas que vivían en las 138 viviendas. Julián se jugó la vida para alertar a los vecinos para que salieran de sus viviendas y bajaran a la calle lo más rápido posible con el objetivo de salvar numerosas vidas: "Ha ido puerta por puerta sacando a los vecinos", relataban varios testigos del fuego.
Medio incendio
Por el momento se desconoce el origen del incendio aunque los bomberos apuntan que comenzó en la quinta planta y se propagó rápidamente a las plantas superiores; en apenas media hora prácticamente todo el edificio estaba en llamas o sumido en una densa humareda.
No fue hasta pasada la media noche cuando los responsables de emergencias de la Generalitatconfirmaron las peores hipótesis. Cuatro personas fallecidas localizadas por drones aéreos y 19 desaparecidas a las que los bomberos no esperan encontrar con vida.
Tráfico cortado
Durante toda la madrugada los servicios de emergencias han estado trabajando en las labores de extinción. A primera hora de esta mañana ya no se veía llama en la zona, que sigue acordonada y cortada al tráfico, y donde los bomberos trabajan por relevos en el objetivo de enfriar la parte exterior del edificio, dado que por el momento no se puede acceder al interior de la estructura, y en la búsqueda de posibles víctimas.
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