Incendio de Vigo

Los supervivientes del incendio de Vigo: "Si no saltamos, nos quemábamos”

Una vecina escapó por la ventana con su hijo de 12 años: “No podíamos salir, todo estaba envuelto en llamas”

Policías municipales junto al edificio incendiado.

Policías municipales junto al edificio incendiado.

M. F. / E. V.

Olegario, su mujer y su hijo Álex eran tres de las personas que residían en el número 6 de la calle Alfonso X de Vigo, que se incendio este miércoles causando cuatro muertos. Precisamente fue el insomnio del padre el que evitó una tragedia mayor al ser consciente del fuego justo en el momento en el que todavía fueron capaces de reaccionar para salvar su vida. Padre e hijo fueron dados de alta del Hospital Álvaro Cunqueiro a media mañana mientras que la madre todavía continuaba ayer ingresada en Povisa aunque se encontraba “estable y fuera de peligro”.

“Yo estaba despierto, mi hijo y mi mujer sí que dormían, y de repente empecé a darme cuenta de que olía mucho a humo, sentí un olor muy fuerte, como a gasolina”, confiesa este vecino del cuarto piso.

Tras el fuerte olor, salió a la puerta y ya comprobó cómo el humo invadía su casa. “Me acerqué a la puerta y estaba ya todo lleno de humo, muy negro, no se veía nada de nada. Fui a despertar a mi mujer corriendo y también al chaval y cogimos toallas para protegernos del humo”, explicó Olegario, todavía algo noqueado por la rapidez de los acontecimientos.

“Intenté salir pero vi que el fuego estaba abajo y también arriba de mi piso; si bajabas te tiraba para arriba, si subías te tiraba para abajo. Me volví a meter para adentro y me fijé que en una de las ventanas había una cañería y les dijes: seguidme sin miedo ninguno. Si se rompe al menos no nos vamos a quemar.

Olegario

— Vecino del edificio incendiado

En cuanto se armaron los tres con las toallas intentaron salir, sin éxito, por las escaleras de la vivienda. “Intenté salir pero vi que el fuego estaba abajo y también arriba de mi piso; si bajabas te tiraba para arriba, si subías te tiraba para abajo. Me volví a meter para adentro y me fijé que en una de las ventanas había una cañería y les dijes: seguidme sin miedo ninguno. Si se rompe al menos no nos vamos a quemar.

Y nos fuimos descolgando, pero a la altura del primero se me clavó un pincho, no podía subir ni bajar, me tiré. Mi hijo también cayó, me puse debajo y cayó medio encima de mí. Pasamos un miedo horrible, luego me di cuenta de lo que habíamos hecho, de cómo nos descolgamos, sangrando, quemados... no sé cómo lo hicimos; solo sé que si nos quedábamos, nos quemábamos”, sentencia Olegario.

"Estamos desgraciadas de por vida"

No corrieron la misma suerte Emilio, Rosana y sus cuatro hijos. La madre del primero y abuela de los menores, Carmen, relata cómo les transmitieron la noticia. “Ellos escucharon las sirenas ya; no sé ni cómo pudo salir mi hijo. La niña tenía que estar en braguitas o no sé, porque se quemó toda. Estamos desgraciadas de por vida, alguien me llamó a las 4 de la mañana y ya me dijo que se está quemando el edificio, nosotros vivimos en Navia, y al llegar ya no pudimos hacer nada. Vinimos para el hospital, mi hijo está en peligro pero esperamos que pueda salir adelante y a la niña, Yuni, de 8 años se la llevaron a A Coruña”, contaba Carmen arropada por todos sus familiares.

Otra de las residentes en el edificio pudo salir también por su propio pie y sin necesidad de ser trasladada a un centro médico, al igual que el resto de su familia. Ella auxilió a otros dos inquilinos mucho más afectados por el fuego. “Los vimos al abrir la puerta para salir, estaban todos negros, y tenían quemaduras, los metimos dentro y los ayudamos”, explica esta vecina. “Vivimos en el segundo; estábamos los seis en casa cuando empezamos a ver el humo. Nos fuimos corriendo todos a mi habitación que es la que tenía ventanas y con los colchones nos fuimos protegiendo del humo”, relata.

Un joven que vive con su madre en el tercero relató también lo sucedido: “Si no la despierto estaría muerta. Gritamos que estábamos encerrados en una habitación, nos ayudaron los bomberos. Los fallecidos son tres primos míos pequeños. No sé cómo se originó el incendio, si fue un chispazo o echaron gasolina. Yo creo que fue provocado”.

Nerea Láinez, del primero, huyó con su hijo mayor por una ventana, mientras que su hija pequeña estaba con la abuela. “No podíamos salir, todo estaba envuelto en llamas. Yo hui por la ventana de una vecina”. “Nos prendieron fuego, fue intencionado. Había fuego en el portal y arriba, fue claramente provocado”, incidió Láinez

Suscríbete para seguir leyendo