Denuncian la desaparición de una joven en Madrid al volver de un viaje de trabajo con su expareja

La Asociación SOS Desaparecidos ha denunciado la desaparición desde el pasado lunes en Madrid de Rosaura Diana de la Coba, una joven de 19 años que acababa de volver de Galicia, donde había estado trabajando durante varios meses en el sector hostelero.

La joven mide 1,67 metros, es de complexión delgada, cabello castaño, ojos verdes, usa gafas y en el momento de su desaparición estaba acompañada por un perro, una mezcla de pitbull con american stanford negro y marrón, ha informado la organización.

El abogado Juan Manuel Medina, colaborador de SOS Desaparecidos, ha incidido en que se trata de un caso de "alto riesgo" debido a que realizó el viaje con su expareja, quien tenía una orden de alejamiento por violencia machista.

La desaparición fue denunciada el viernes ante la Policía Nacional, que ha localizado a su expareja, quien asegura que no posee información sobre la chica, según los familiares.

"Él jura y perjura que no sabe nada de ella. Yo hablé personalmente con él y todo", ha lamentado Ana López, la cuñada de Rosi, como la conocen en su familia.

La chica se fue este verano a Galicia con la que entonces era su pareja, también de 19 años, para trabajar. Habían encontrado un empleo como camareros en el que, además, les facilitaban un sitio en el que vivir.

"No encontraban trabajo en Madrid y con 19 añitos que tienen se piensan que se pueden comer el mundo", ha recordado a EFE su cuñada, esposa del hermano mayor de la joven y quien ejerce como portavoz de la familia.

Durante su estancia en el norte, él le pegó una paliza, ella denunció por primera vez después de tres años de maltrato y le pusieron una orden de alejamiento, relata la mujer.

El pasado domingo, Rosi avisó a sus familiares de su regreso a Madrid, pero no dio demasiados detalles. Al día siguiente intercambió un mensaje con su hermano pequeño, de quien es inseparable.

"¿Cómo estás?", le preguntó su hermano. "Mal", contestó ella. Eran las 16:00 horas y desde entonces ningún miembro de la familia ha vuelto a tener noticias de ella.

"Con mi marido y conmigo puede estar una semana o dos sin hablar, pero con su hermano pequeño lo máximo eran dos días, son inseparables. Es por lo que hemos dado la alarma. Se la ha tragado la tierra", ha explicado Ana.