SALUD PSICOLÓGICA

Carmen Linares: “El intrusismo es problema, hoy en día todo el mundo se considera terapeuta”

Carmen Linares.

Carmen Linares. / El Día

Hablamos con Carmen Linares sobre la salud psicológica de la población, la necesidad de contar con psicólogos en la Sanidad Pública y la Educación, y sobre la importancia de acudir a un psicólogo colegiado y no a otros profesionales con formación no habilitada.

Parece que la pandemia dejó consecuencias más allá del aspecto físico. ¿Cómo está la salud psicológica de la población canaria en estos momentos?

En el COP no tenemos ningún estudio reciente que confirme esto. Sin embargo, tenemos conocimiento certero de la cantidad de llamadas que recibimos diariamente en el COP solicitando profesionales, o los datos que nos reportan nuestros compañeros sobre cómo se ha incrementado la asistencia a las consultas privadas. Estos dos asuntos son un indicador claro de que la población no lo está pasando bien, y es que desde el confinamiento venimos arrastrando un malestar para el que no se nos han aportado herramientas suficientes. Todo sumado a una situación actual en las que las noticias que nos rodean generan un ambiente derrotista y de poca esperanza.

¿Cuáles son los obstáculos que encuentran los psicólogos y psicólogas para mejorar esta salud entre la población del Archipiélago?

Uno de los principales obstáculos que nuestros profesionales se encuentran actualmente en Canarias es el enorme intrusismo que vive nuestra profesión. Hoy en día todo el mundo se considera terapeuta y vemos como en redes sociales hasta conocidos influencers se creen con potestad para dar consejos sobre salud mental. A esta situación se le suma la falta de profesionales en las unidades de salud mental y en los centros de atención primaria. Es imprescindible que en estos centros se incluya la figura del psicólogo colegiado, atendiendo así las necesidades y problemas cotidianos de la población sin necesidad de recurrir a la medicación como vía de escape. Y es que lo sencillo es recurrir a recetar una pastilla que simplemente reduce los síntomas, pero no trata un problema desde la base.

Los jóvenes y niños se enfrentan, además, al acoso escolar y demás abusos que se expanden a través de redes ¿cómo combatir esta lacra?

La lucha contra el acoso escolar debe comenzar por la concienciación y la educación. Tanto en las aulas como en las familias se debería dar visibilidad a las posibles repercusiones que el acoso puede tener a corto y largo plazo en la vida de quien lo sufre. Es necesario que se insista en la necesidad de promover una educación basada en los valores. Además, desde el COP consideramos que es importante que las familias puedan tener acceso a profesionales que les proporcionen apoyo y acompañamiento en este tipo de situaciones. Se vuelve clave que los afectados y sus familiares puedan tener a su disposición diferentes herramientas que los ayuden a enfrentar estas situaciones en cualquier etapa del desarrollo. Por ello, entre otros motivos, insistimos tanto en la inclusión del psicólogo educativo.

¿Qué mueve a un acosador/a a serlo?

De manera muy general, en ocasiones nos encontramos con que estas personas adoptan ese rol con el fin de contrarrestar sus carencias de liderazgo, con las ganas de sentir poder frente a un grupo de iguales. Podemos decir que de manera común estas personas tienen un perfil en el que las carencias son un factor dominante que muchas veces desencadena conductas no funcionales y, en ocasiones, hasta agresivas.

¿Hay herramientas en los centros educativos para abordarlo de forma razonable?

En los últimos años hemos visto que se han ido implementando algunas, pero siempre insuficientes. En un sistema que sobrecarga al profesorado. Para ahorrarse el contratar al psicólogo colegiado, tratan de solventar el problema creando ciertas figuras que endosan a los profesores competencias que no les corresponden, y los sobrecargan aún más.

¿Desde el abordaje psicológico, qué deben hacer las familias que crean que sus hijos o hijas están sufriendo un episodio de bullying?

Lo primero a tener en cuenta es que es muy importante no normalizar esa actitud ni dejar que sean los propios menores quienes las resuelvan. Una vez se tenga eso claro hay que acudir de manera inmediata a un profesional para pedir ayuda y tener así las claves y la hoja de ruta para plantar cara a esta situación.

¿Deben las familias acudir a los servicios psicológicos para sobrellevar también este dolor que se inflige sobre sus hijos/as?

Por supuesto, por desgracia esta situación no afecta únicamente a quién la sufre sino que, en menor medida, los familiares también pueden sufrir secuelas de los casos de acoso. El apoyo profesional debe ser tanto para los afectados como para su entorno, generando así un círculo seguro en el que todos sean escuchados y acompañados. Además, de esta ayuda obtendrán las herramientas necesarias para acompañar a sus hijos/as y poder sobreponerse a la situación. Son situaciones dolorosas que a veces hacen que la familia se sienta culpable al pensar que no se han sabido resolver de forma adecuada.