Canarias lidera las rupturas de parejas en España con quince casos cada día

En 2023 hubo 5.473 demandas de separación, lo que implica 247,3 lances por 100.000 habitantes

En muchas situaciones, afrontar la situación requiere ayuda psicológica

Imagen simbólica de la firma de un expediente de divorcio.

Imagen simbólica de la firma de un expediente de divorcio. / E. D.

Los juzgados de Canarias registraron a 31 de diciembre de 2023 la tasa más alta del país de demandas de disolución matrimonial por cada 100.000 habitantes, como sucede de forma ininterrumpida desde diciembre de 2019. Lo confirman los datos recabados por el servicio de estadística del Consejo General del Poder Judicial. Entre enero y diciembre del año pasado, los juzgados civiles del Archipiélago computaron 5.473 demandas de separaciones, divorcios o nulidades matrimoniales, un 1,4% más que en 2022. Ello supone una tasa de 247,3 rupturas de matrimonio por cada 100.000 habitantes, la más alta de España en dicho periodo.

La segunda fue la de la comunidad de Baleares (219,9), y la tercera, la de Murcia (204,3). La media nacional fue de 192,1 rupturas matrimoniales por cada 100.000 habitantes, es decir, 55,2 puntos por debajo de la media canaria. Por el contrario, las tasas más bajas se dieron en País Vasco, con 157,1; Castilla y León, con 158,2; y Madrid, con 160,9.

La psicóloga sanitaria Azucena Duque, integrante de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, explica que las rupturas de pareja motivan un número muy importante de las visitas a las consultas de los profesionales de la Psicología, junto a problemas como la depresión, la ansiedad o las adicciones.

La afección emocional a las personas por dicha realidad dependen de las circunstancias en las que ocurra la separación y de los factores personales, según Duque. Esta especialista señala, en muchos casos, representa «una brecha importante» en el proceso vital de una persona, que está acostumbrada a un determinado estilo de vida, a un tratamiento íntimo con su pareja.

Y, desde luego, no es lo mismo que esa interrupción ocurra cuando hay hijos que si no; o bien si se produce de forma brusca o si existe un deterioro progresivo de la relación en la que el final se ve venir; o bien si hay situaciones previas de malos tratos o de infidelidades.

Y muchos ciudadanos deben aplicar una nueva estrategia de vida, así como «reconstruirse» a nivel físico, emocional, de autoestima y del «concepto de sí mismo», señala Duque. Para esta psicóloga sanitaria, «muchas personas acuden a terapia, aunque muchas no lo reconozcan, porque todavía existe cierto estigma».

Comenta que hay diversas fases en estos procesos, de forma general. La primera es la negación de la realidad, para pasar después a «la rabia, la ira, el llanto, para seguir con el duelo, que puede tardar desde pocos meses a un año y medio, en la mayoría de los casos». Y después vendrán las etapas de aceptación y superación.

«Pero hay mucha gente que no es capaz de superarlo y viven en situación de soledad, aislamiento, ansiedad o depresión», señala Duque. Y estas circunstancias también afectan a otros aspectos, como la alimentación. En otros casos, las personas afectadas acuden a su médico de cabecera para que les recete ansiolíticos y así poder dormir o asumirlo de mejor manera.

Pero también hay mayor riesgo de padecer «enfermedades físicas». Apunta la psicóloga que «el gran malestar genera neurotransmisores, que, a su vez, producen hormonas, como adrenalina o cortisol, que hace que la persona tenga mayor propensión a una patología física o psíquica».

Más datos del CGPJ

Por provincias, fue mayor el número de rupturas matrimoniales judicializadas en Las Palmas (2.754) que en Santa Cruz de Tenerife (2.719). Las demandas de disolución matrimonial presentadas en el año 2023 registran una disminución que, en conjunto, se ha situado en el 3 por ciento respecto a las registradas en 2022, según los datos recogidos por el Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial.

Si bien la reducción afecta a todos los tipos de demanda, las cifras varían de unas a otras: en 2023 se registraron 52.803 divorcios consensuados, un 4,2 por ciento menos que el año anterior; los divorcios no consensuados, 36.082, apenas variaron, siendo la reducción del 0,5 por ciento; las separaciones consensuadas, 2.369, bajaron un 8,2% y las separaciones no consensuadas, 1.039, un 11,5 por ciento. Las nulidades pasaron de ser 65 en 2022 a 50 en 2023. Poniendo en relación las demandas de disolución matrimonial del total del año con la población a 1 de enero de 2023, el número de demandas de disolución por cada 100.000 habitantes en España fue de 192,1.

Las tasas más altas, por encima de la media nacional, se dieron en Canarias, con 247,3 demandas de disolución matrimonial por cada 100.000 habitantes; Comunidad Valenciana, con 223,1; Baleares, con 213,9; Murcia, con 204,3; Andalucía, con 198,9; Castilla–La Mancha, con 195,7 y Cataluña, con 194,9. Por el contrario, las tasas más bajas, se dieron en el País Vasco, con 157,3 demandas por cada 100.000 habitantes; Castilla y León, con 158,2; Madrid, con 160,9; Extremadura, con 179,4 y Cantabria, con 184,7.

En 2023 se presentaron 12.485 demandas de modificación de medidas consensuadas, un 1,6 por ciento menos que en el año anterior.

También se redujo el número de demandas de modificación de medidas no consensuadas, que alcanzaron la cifra de 31.548, un 2,2 por ciento inferior al dato de 2022.

Por el contrario, las demandas de guarda, custodia y alimentos de hijos no matrimoniales consensuadas fueron 22.273, cifra que representa un ligero incremento, situado en el 0,9 por ciento, y las no consensuadas, que sumaron 27.280, aumentaron un 3,1 por ciento respecto a 2022.