Los ‘ojos’ del Grantecan observan la estrella más diminuta del universo

El telescopio ubicado en La Palma ha sido un elemento clave en este hallazgo

El astro forma parte de un sistema binario y su masa es apenas un tercio el tamaño del Sol

El Gran Telescopio de Canarias ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma).

El Gran Telescopio de Canarias ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma). / E. D.

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Los ojos de Gran Telescopio de Canarias (GTC) han sido testigo del inusual hallazgo de la estrella más diminuta del universo conocido. Un grupo de científicos internacional ha detectado este pequeño astro en un sistema binario exótico, con un tamaño solo 7 veces superior al de la Tierra y menor que el de Saturno, y el telescopio canario ha sido fundamental para ratificar su existencia.

La pequeña estrella es una subenana caliente, es decir una estrella que se encuentra en una etapa tardía de su evolución, en un periodo comprendido desde que una gigante roja pierde sus capas exteriores de hidrógeno y los momentos antes de que en su núcleo comience la fusión del helio.

Esta estrella se encuenta a unos 2.760 años luz de la Tierra, según un artículo publicado en la revista científica Nature Astronomy y que firman el equipo de investigadores que ha realizado dichas observaciones. El equipo de investigación liderado por expertos chinos lo componen científicos de Estados Unidos, Australia y Europa.

Bautizada con el nombre TMTS J0526B, el astro tiene una masa equivalente a un tercio del tamaño de nuestro Sol y quema helio a unos 2.225 grados centígrados. El Sol por su parte, lo hace a 15 millones de grados centígrados.

Según el estudio, la estrella y su compañera, J0526A, que es demasiado tenue para ser observada directamente, orbitan la una alrededor la otra en un periodo de apenas 20 minutos.

Como han explicado los investigadores en una entrevista en el diario hongkonés South China Morning Post, «J0526A es invisible para el telescopio», pero los científicos saben que existe porque, entre otras cosas, «es tan densa que su atracción gravitatoria ha llegado a deformar a J0526B» causando que adquiera una peculiar forma de huevo.

La investigación ha requerido el uso de varios telescopios para poder detectar esta pequeña pieza del puzle cosmológico en la inmensidad del universo.

Hasta el momento los expertos creían que las enanas rojas eran las más pequeñas del cosmos

En este sentido, el Telescopio de Tsinghua-Ma Huateng (TMTS, por su siglas en inglés) se encargó de obtener los datos fotométricos de más de 27 millones de estrellas hasta el año 2023, buscando continuamente objetos transitorios en una o dos zonas del cielo cada noche.

Pese a realizar observaciones continuas, los investigadores tuvieron que confirmar los datos obtenidos por el Telescopio de Tsinghua-Ma Huateng con telescopios de mayor envergadura tales como el Keck-I en Hawái (Estados Unidos) y el Gran Telescopio Canarias.

El telescopio palmero, a través de su instrumento científico OSIRIS, obtuvo una docena de observaciones espectroscópicas a finales de enero. Dichas observaciones fueron fundamentales para ratificar algunos de los parámetros físicos fundamentales del objeto J0526 tales como la temperatura efectiva, la gravedad superficial y la abundancia de Helio. "Estos parametros permiten, usando modelos teóricos, definir la masa y el radio de la estrella", explica David García, investigador de operaciones científicas del GTC. Las observaciones espectroscópicas realizadas en el telescopio canario también han sido usadas para crear la curva de luz del objeto, confirmando así otro de los datos más importantes de este descubrimiento: el periodo orbital de 20,5 minutos del sistema binario.

Este estudio ha puesto patas arriba el conocimiento que los astrofísicos tenían sobre el cosmos. Y es que, hasta el momento, los expertos creían que las enanas rojas –el tipo de estrella más común en la Vía Láctea– eran las estrellas más pequeñas del universo. Las enanas rojas son estrellas de muy baja masa –inferior al 40 % de la masa del Sol– con una temperatura interior es relativamente baja y con una energía que se genera a un ritmo muy lento. Por consiguiente, estas estrellas emiten poca luz.

De hecho, un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, hallaron en 2017 la EBLM J0555-57Ab, la enana roja más pequeña jamás observada y situada a 600 años luz de distancia, con un tamaño levemente superior al de Saturno. Sin embargo, este hallazgo confirma que en la inmensidad del cosmos se pueden hallar otro tipo de elementos aún más pequeños que las archiconocidas enanas rojas.