“Te voy a reventar cuando salgas”: las agresiones a sanitarios canarios se disparan y aumenta la virulencia de los amenazas

Canarias registra 430 denuncias entre el personal sanitario

Los ataques a enfermeras son las que más crecen: casi un 78% en un año

Un sanitario mira su teléfono móvil en un descanso de quirófano.

Un sanitario mira su teléfono móvil en un descanso de quirófano. / Andrés Gutiérrez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

"Sé dónde vives", "te voy a reventar cuando salgas". Amenazas como estas, dirigidas al personal sanitario, se han convertido, en este último año, en la tónica habitual de muchos servicios del Servicio Canario de Salud (SCS), especialmente en las áreas de urgencias. La creciente agresividad de pacientes y familiares ha quedado patente en un aumento sin precedentes de las agresiones verbales (como amenazas, insultos o descalificaciones) y físicas (como empujones y puñetazos) a los sanitarios y, en concreto, a los enfermeros.

En total los sanitarios del Archipiélago denunciaron 431 agresiones verbales, físicas y mixtas durante 2023, un 45% más que en 2022, cuando se registraron 296 denuncias, según ha podido comprobar el sindicato de enfermería Satse. Pero si hay un colectivo que ha sufrido más la cólera e irritabilidad de la población es el de los enfermeros.

En un solo año, las agresiones entre estos profesionales han crecido un 78%, pasando de las 86 registradas en 2022 a 153 en 2023. "Es una auténtica barbaridad", asevera el portavoz de Satse, Leopoldo Cejas, que lamenta no haber encontrado "una razón específica que pueda justificar este volumen tan grande de agresiones"

Este aumento de las agresiones se vive tanto en los centros de salud como en los hospitales, y cada vez va a peor. "Los servicios más afectados son los de urgencias", explica Cejas. De hecho, más de la mitad de las denuncias se han registrado en las urgencias de los hospitales de Canarias.

No en vano, estas áreas son las que arrastran una mayor saturación y son las que sufren mayores complicaciones para poder dar cobertura a todos los pacientes que llegan. Los profesionales se han quejado en diversas ocasiones de la falta de espacio y de camas en el servicio, así como la escasa capacidad para drenar pacientes al área de hospitalización.

Los servicios más afectados por este fenómeno son los de urgencias

Un 34% de estas denuncias se han registrado en Atención Primaria. "La mayoría de las que se producen en centros de salud también lo hacen en urgencias extrahospitalarias", lamenta el portavoz de Satse. Este crecimiento tiene su origen, según el sindicato, en el aumento de la afluencia de los pacientes, que tratan de seguir el protocolo sanitario a rajatabla, es decir, acudir primero a sus urgencias más cercanas antes que al hospital.

Sin embargo, la falta de recursos humanos y materiales y el aumento del tiempo de derivación de los pacientes a los centros hospitalarios, conlleva situaciones de desesperación y enfado de los pacientes y sus familiares que acaban teniendo un impacto directo en los sanitarios. 

De ahí que el sindicato defienda que cada centro de salud cuente con seguridad privada y el establecimiento de canales de información rápida. "En el caso de Atención Primaria este fenómeno aún más duro, porque no hay herramientas para evitar un nuevo encuentro con el agresor", replica Cejas, que recuerda que, incluso aunque se cambie al agresor de cupo, "siempre hay posibilidades de encontrarlo en la consulta de al lado".

Los sanitarios apenas denuncian un 15% de las agresiones que sufren

Este miedo al reencuentro es lo que lastra también la notificación de este tipo de circunstancias. "En realidad esto solo es la punta del iceberg", resume el portavoz sindical, que advierte que los sanitarios apenas denuncian un 15% de las agresiones que sufren en realidad. "Mucha gente se echa para atrás, porque no hay una aplicación clara de las penas", relata Cejas.

Asimismo, ha recordado que cada vez hay más casos de enfermeras que están de baja laboral por las lesiones físicas sufridas por la agresión de pacientes o familiares y por el impacto emocional que supone trabajar con miedo y ansiedad después de una agresión, ya que pueden temer que ocurra otra en el futuro. 

Pese a estos datos, que muestran que los conflictos en la sanidad son un problema que se enquista, Satse denuncia que la Administración no está tomando cartas en el asunto con eficaces que eviten este tipo de situaciones.

Campaña

El Sindicato de Enfermería mantiene una campaña permanente de información y sensibilización bajo el lema "stop agresiones" y seguirá trabajando y presionando al conjunto de administraciones públicas y partidos políticos para lograr acabar con un problema que, en lugar de ir a menos, se ha incrementado en los últimos años.

En este sentido, el año pasado, con motivo del Día Internacional de la Enfermera, Satse repartió miles alarmas individuales entre los profesionales sanitarios. Se trata de un llavero que al activarse suena de manera estridente y sirve como elemento disuasorio frente a un intento de agresión.