Cerca del 19% del territorio canario se encuentra en riesgo alto por radón

Tenerife y Gran Canaria son las islas más expuestas al gas radiactivo de origen natural, según el último informe del CSN y los estudios de la ULL y la ULPGC

El investigador Jesús García Rubiano.

El investigador Jesús García Rubiano. / ED

El último informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), revela que cerca del 19% del territorio canario se encuentra en alto riesgo por radón, frente al 17% de media nacional, siendo Gran Canaria y Tenerife las islas más afectadas, y en éstas, los municipios de Las Palmas de Gran Canaria, Ingenio, Valsequillo, San Mateo, Tejeda, Guía, Teror y Valleseco; así como Santa Cruz de Tenerife, El Rosario, Granadilla de Abona, San Miguel de Abona, Arona, Santiago del Teide, La Orotava, La Victoria de Acentejo, La Matanza de Acentejo, El Sauzal y Tacoronte en la isla vecina. En todos ellos, el 75% de la población reside en zonas de actuación prioritaria, según avanza el citado estudio.

El radón es un gas radiactivo de origen natural, incoloro e inodoro, que se produce por la desintegración radiactiva natural del uranio presente en suelos y rocas, sobre todo en suelos de granito, que no existen en el Archipiélago, de ahí que haya comunidades como Galicia, donde el 70% del territorio está en riesgo alto por radón, al predominar el suelo de granito, o Extremadura con un 47%. En las islas está presente, aunque en menor medida, en las denominadas rocas intermedias o acidas. La importancia de medir los niveles de radón radica en que, según advierte la OMS, estar expuesto a altas concentraciones -a partir de 300 Bq/m3-, eleva el riesgo de cáncer de pulmón.

Los datos del último informe del CSN coinciden, en su mayoría, con los obtenidos por investigadores de las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y de La Laguna (ULL), encargados junto al Gobierno Autónomo a través de la Consejería de Obras Públicas, de la elaboración del mapa de riesgo de radón en Canarias, publicado en 2023, aunque las últimas mediciones realizadas aportan cifras más positivas, sobre todo en los municipios grancanarios, más cercanos a la costa.

Menos riesgo en zonas basálticas

«Nuestros estudios indican que las zonas más basálticas tienen poco riesgo de radón. En concreto, nosotros, a diferencia de los datos del CSN, en el municipio de Ingenio hemos encontrado que tiene poco riesgo de radón, dado que su casco está en basalto. Coinciden, sin embargo, los datos de Valsequillo, Guía, Teror, Valleseco y Las Palmas de Gran Canaria.

Tejeda, por su parte, es un caso curioso porque aunque está en zona de riesgo, la mayor parte de casco está en suelo de basalto y entonces no salen resultados muy altos», indicó el catedrático de la ULPGC Jesús García Rubiano, uno de los coordinadores del proyecto regional IC-Radón, y miembro del grupo de investigación de Radiactividad Ambiental del Departamento de Física de la ULPGC.

Aunque los datos obtenidos en las campañas de medición científicas en Canarias son similares a los publicados por el Consejo de Seguridad Nuclear, existen discrepancias que, posiblemente se incrementen de cara a futuros cambios en la clasificación de los mapas de riesgo municipales.

5% del tejido urbano

Como ejemplo, García Rubiano señaló la zona de Telde, con un casco que concentra a la mayor parte de la población, y una zona de caseríos más cercanas al centro de la isla.

«La zona de caserío tiene más riesgo de radón porque está más cerca de San Mateo, mientras que los 100.000 habitantes de Telde viven en el casco». Un dato importante teniendo en cuenta que la clasificación nacional para diseñar los mapas de riesgo municipales calcula primero el riesgo del municipio y después pone encima dónde están las viviendas, y si un 5% del tejido urbano cae en zona de riesgo, entonces todo el municipios se declara zona de riesgo. «Si la zona de caseríos de Telde, por ejemplo, que tiene otro tipo de rocas diferentes a las del casco, y donde no hay tantas casas y probablemente sean segundas viviendas, tiene un 5% del tejido urbano, ya todo el municipio queda declarado zona de riesgo».

Cambios en la clasificación

Al variar la clasificación, los investigadores de las dos universidades públicas canarias están obteniendo datos preliminares que apuntan a que algunos municipios podrían cambiar de estatus, de forma que algunos pasan a menos riesgo y otros a más. «Estamos refinando los mapas con una clasificación más adecuada para las Islas Canarias que la municipal, lo que se traducirá en datos más exactos.

Si bien en gran parte de los municipios es coincidente con los datos del CSN, en algunos municipios de Gran Canaria estamos encontrando diferencias y, en su conjunto, registra menor riesgo, mientas que en Tenerife es al revés», apuntó García Rubiano aunque matizó que dichos datos son preliminares y serán difundidos, una vez culmine el estudio, por las autoridades autonómicas competentes.

No obstante, el investigador de la ULPGC matizó que el hecho de vivir en una zona de bajo o cero riesgo, no significa que la casa en la que se vive no pueda tener radón, de ahí la importancia de medir los niveles de este gas noble en las viviendas. Las personas interesadas en medir los niveles de radón de sus hogares pueden solicitarlo en la página web www.ic-radon.org.

Tabaco y radón, mala combinación

Tabaco y radón son las dos principales causas de cáncer de pulmón y, si actúan a la vez, para un fumador las posibilidades de enfermar aumenta en 25 veces. Se estima que entre un 3 y un 15% de los casos de cáncer de pulmón están relacionados con este elemento. Al ser un gas químicamente inerte, no se metaboliza y la peligrosidad radiológica del radón radica en la emisión de partículas por parte de sus descendientes de vida corta, elementos metálicos que interactúan con la materia circundante, pudiendo adherirse al tejido del tracto respiratorio cuando son inhalados. Las partículas irradian las células cercanas, causando mutaciones en el ADN que pueden derivar en cáncer. Aunque se habla de la implicación del radón en otras patologías, hasta ahora sólo se ha demostrado científicamente en el cáncer de pulmón. | M. J. H.