Sanidad

Un 'marcapasos' cerebral para mejorar la vida de los pacientes con párkinson durante 15 años

El Hospital La Fe de Valencia es el primer centro español que implanta el DEP, una tecnología que sustituye a la dopamina y permite realizar una adaptación personalizada a cada paciente

Cerca de 40 personas se someterán a la intervención cada año

Un 'marcapasos' cerebral para mejorar la vida de los pacientes con párkinson durante 15 años.

Un 'marcapasos' cerebral para mejorar la vida de los pacientes con párkinson durante 15 años. / JM LÓPEZ

Lluís Pérez

Lleva por nombre DEP, deep brain simulationy mide apenas 4x5 cm, un tamaño similar a un pequeño estuche de colorete o a la caja de unos Airpods, pero mucho más estrecha. Se trata de un pequeño dispositivo electrónico, cuya implantación promete cambiar la vida de los pacientes de párkinson incrementando su calidad de vida durante los 10 o 15 años posteriores a su puesta en funcionamiento. Menores temblores, menor rigidez de las extremidades y mayor control del sistema motor gracias a una estimulación cerebral focalizada y adaptada gracias a la información recogida por el dispositivo, una especie de marcapasos de ondas cerebrales, que sustituye la dopamina -la medicación habitual para los pacientes con esta patología- y, por tanto, elimina sus posibles efectos secundarios. Se comenzó a implantar en Japón y Estados Unidos; pero ahora, se implantará también en el Hospital La Fe de Valencia.

Un equipo de cirugía de 20 profesionales liderado por el jefe de la Sección de la Unidad de Neurocirugía Funcional, el Dr. Antonio Gutiérrez, y la médica adjunta en Neurogía Funcional, la Dra. Rebeca Conde, realizó la primera cirugía de implantación de esta revolucionaria tecnología a una mujer de 57 años hace 10 días. No será la única puesto que, en cuanto la Consellería de Sanidad, cierre los detalles del procedimiento, se implantará de forma rutinaria. Al año, cambiará la vida de más de 40 personas con párkinson.

La estimulación cerebral provocada por campos eléctricos se viene realizando desde que, en los años 90, el francés Alim-Louis Benabid, comenzó a estimular el núcleo subtalámico. ¿Cuál es la novedad revolucionaria entonces? "La principal diferencia es que los electrodos implantados pueden registrar la actividad cerebral durante el periodo que queramos", explica el Dr. Gutiérrez. Unido a la experiencia de 30 años y el conocimiento actual sobre la enfermedad, permitirán eliminar el método de prueba y error actual y reemplazarlo por una metodología basada en los datos y el estado del paciente en cada momento.

El Dr. Antonio Gutiérrez explica el procedimiento de implantación del dispositivo DEP contra el párkinson.

El Dr. Antonio Gutiérrez explica el procedimiento de implantación del dispositivo DEP contra el párkinson. / JM LÓPEZ

Los impulsos eléctricos del dispositivo se utilizan para contrarrestar las ondas beta, las responsables de generar los síntomas del párkinson; las personas sin la enfermedad no las generan. A mayor número de ondas beta, más intensos son los síntomas de la patología que evidencia el paciente; pero éstas no son persistentes. "Por ejemplo, cuando están dormidos, los pacientes con párkinson no tienen más síntomas -, relata la Dra. Conde -. Esta tecnología permitirá una adaptación personalizada a la situación neuropsicológica del paciente en cada momento y no estimular al paciente cuando no lo necesita". En realidad, estimular el cerebro cuando no hay ondas beta no es perjudicial, pero si se consigue ajustar la emisión de impulsos se "ahorra energía".

El uso de esta tecnología permite también eliminar la dopamina como tratamiento y evitar los efectos secundarios que ésta puede provocar. Tras la intervención, se da un periodo en el que se combina la estimulación cerebral con la dopamina; la primera se va incrementando a medida que se reduce la segunda. Esta proporción la ajustan los neurólogos de La Fe a través del "marcapasos cerebral" en las visitas rutinarias, aunque la tecnología -la inteligencia artificial- abre la puerta a que el dispositivo pueda autorregularse en el futuro. En Japón ya se está haciendo, pero en Europa los controles pertinentes son más estrictos que en el país nipón.

Una década con mejor calidad de vida

La intervención quirúrgica para implantar el dispositivo DEP tiene una duración aproximada de dos horas, en la que el equipo del hospital La Fe implanta los electrodos cerebrales: "Se instalan en el subtálamo o el globo pálido a través de dos trépanos o agujeros en el cerebro", relata el Dr. Gutiérrez. Éstos se conectan a través de una tunelización subcutánea con el aparato que, generalmente, se ubica debajo de la clavícula, aunque también es posible que se implante en la tripa. Según comenta el Dr. Gutiérrez, es un "implante definitivo" porque, aunque la pila tiene una durabilidad de 15 años y se reemplaza, los electrodos "son los mismos".

Tras la observación durante las 48 horas siguientes a la cirugía, el paciente regresa a casa y comienza el proceso para ajustar la emisión de los estímulos. A cambio, el paciente de párkinson mejora su calidad de vida entre diez y 15 años; con la dopamina el periodo es menor, de entre seis y ocho años. "Les da una vida muy buena, como al inicio de la enfermedad -, evidencia la Dra. Conde- especialmente, en las actividades de la vida diaria". Se da tanto en los pacientes recién diagnosticados, como en los que llevan ya años conviviendo con la misma. Es posible por la mejora experimentada básicamente en la mejoría en el control de los temblores, de la rigidez de las extremidades, el control de los impulsos y la reversión de la lentitud de sus movimientos, la bradicinesia.

Más de tres millares de nuevos casos cada año

En la actualidad, la Comunitat Valenciana cuenta con más de 20.000 personas diagnosticadas de párkinson, según los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y del Instituto Nacional de Estadística (INE). En esas cifras, se mueven también las cifras de la Conselleria de Sanidad, cuyo último informó -data de abril del pasado año- situaba la cifra total en 20.459 personas diagnosticadas. Por sexos, el 52,61 % (10.763) de pacientes son mujeres y el 47,39% (9.696) hombres. Por grupos de edad, los casos más frecuentes son de personas con edades comprendidas entre 75 y 79 años. Además, durante el año 2022, el último del que se tienen registros, se diagnosticaron 3.408 nuevos casos

En el conjunto nacional, el informe de la SEN cifra en 150.000 el número de personas diagnosticadas en España, con 10.000 nuevos casos cada año. En el mundo, lo padecen 5,8 millones de personas, unas cifras que se han duplicado en los últimos 25 años.

Suscríbete para seguir leyendo