Un macrohotel frente al Tajo levanta la oposición de ecologistas y asociaciones vecinales de Toledo: "Es un atentado contra el río”

Colectivos vecinales de la ciudad se oponen al proyecto al otro lado del Puente de la Cava por su daño ambiental y paisajístico y por la "gentrificación" del barrio de San Martín

Los impulsores del proyecto destacan que la zona está degradada y que la ciudad ganará 13.000 m2 de zonas verdes y paseos: "Será un lujo para Toledo"

Vista de la zona donde se construirá el macrohotel al lado del puente de La Cava.

Vista de la zona donde se construirá el macrohotel al lado del puente de La Cava.

Roberto Bécares

Una garza real aprovecha los vientos del Ciarán para cruzar el río Tajo en un suspiro. Viaje de ida y vuelta frente a una postal de cuento, la que se tiene desde el otro lado del Puente de la Cava de Toledo: la muralla, el monasterio San Juan de los Reyes, la Torre y el Baño de la Cava, la Ermita del Cristo de la Vega, el Hospital Tavera... Es sin duda una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad que, según los vecinos del barrio de San Martín, podría estar en peligro por el macrohotel que se plantea construir.

Se trata de una instalación hotelera de cinco plantas (dos de ellas bajo rasante), una longitud similar a la de un campo de fútbol, y más de cien habitaciones que está incluida dentro del Plan Especial de Reforma Interior de Mejora (PERIM) de la zona del Puente de la Cava, en una finca de uno de los márgenes del Tajo conocida como ‘La Solanilla’. Se trata de una frondosa propiedad de una entidad privada, la mercantil El Puente de La Cava, S.L. que ha presentado el proyecto para recuperar la zona, ahora en estado de degradación, según aseguran. Los terrenos cuentan con catalogación de uso terciario, lo que permite construir. 

El plan, que ahora está en fase de información pública, ha levantado una gran oposición vecinal. “No entendemos qué necesidad hay de cargarse una zona naturalizada con tanto valor ecológico”, explican durante un recorrido por la zona Carlos Gutiérrez y Gema López Briones, miembros de la asociación de vecinos de La Cava, y representantes de la plataforma No al Hotel de la Cava, que aglutina a asociaciones vecinales, culturales y de defensa del medio ambiente que están ultimando sus alegaciones mientras recogen firmas contra el planteamiento. 

Vistas que se tienen desde la finca La Solanilla de Toledo donde está prevista la actuación urbanística.

Vistas que se tienen desde la finca La Solanilla de Toledo donde está prevista la actuación urbanística. / EPE

Según aseguran, la zona tiene un alto valor ecológicoya que hay especies vegetales de especial interés y protección, como las olmedas blancas, los tayarales y los tamujos, entre otras, que ayudan a purificar el agua del río dentro de “un soto de ribera perfecto”. Además, en la zona y las proximidades -la llamada isla de las aves, situada en un cercano azud de retención del agua-, hay zonas de anidamiento de aves vulnerables como son el martín pescador, el martinete y el morito común. Incluso, aseguran, ha habido por la zona avistamientos de nutrias o de zorros. 

Ribera del río

“El diseño de las nuevas ciudades impulsado por Europa habla de plantar más árboles y cuidar los que hay. En Toledo sólo hay dos zonas naturalizadas con tanta diversidad, un pinar más adelante y la ribera del río. Las riberas de los ríos están protegidas, además”, advierten los portavoces de la plataforma, que creen que este entorno “mejora la calidad de vida de la ciudad, ya que tanto la vegetación como el propio suelo es un sumidero de CO2, es el único arma contra la sequía o el efecto isla de calor o las lluvias torrenciales”. “El proyecto es un atentado contra el río y uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad protegidos por la UE", añaden.

Desde la plataforma inciden, además, en que el proyecto meterá más presión hostelera a una zona ya de por sí gentrificada. De hecho, en este barrio, conocido como San Martín, donde viven cientos de personas, ya no hay comercio ni farmacia. Los precios se han disparado y piensan que van a subir más, expulsando a los vecinos de toda la vida. “La gente no se va a poder permitir estar aquí. Estamos rodeados de negocios de hostelería que se dedican a grandes eventos, con mucho tránsito y contaminación”, señalan. Y es que en esta zona, aparte de un hotel de cinco estrellas, están los famosos cigarrales que se dedican a organizar bodas y multitudinarias celebraciones.   

“Leíamos el otro día que el Ayuntamiento busca que no se siga vaciando el casco histórico, y me pregunto por qué sí quieren vaciar esta zona, que además está dentro del casco”, señala Gema. Según asegura la plataforma, el icono visual de Toledo, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, se podría romper con el proyecto. “El PERIM habla de un edificio de tres alturas según se acerca al puente para permitir la visibilidad, pero a la salida de Toledo lo cierto es que te vas a encontrar un hotel de cinco plantas”, asegura Carlos, que añade que el planteamiento provocará muchos más atascos de los que ya sufre la zona en horas punta. 

Carlos Gutiérrez y Gema López Briones, miembros de la asociación de vecinos de La Cava, en el puente que cruza hacia la parcela donde se realizará la actuación urbanística.

Carlos Gutiérrez y Gema López Briones, miembros de la asociación de vecinos de La Cava, en el puente que cruza hacia la parcela donde se realizará la actuación urbanística. / EPE

En total, la superficie de la actuación asciende a un total de 18.379,75 metros cuadrados, divididos en dos zonas separadas por el puente de la Cava. La porción de suelo al noroeste del puente tiene una superficie de 14.552,43 m2, mientras que el terreno situado al sureste del puente mide 3.827,32 m2s.

Comisión de Urbanismo

Desde la plataforma precisan que el Consistorio les ha transmitido que deben estudiar el proyecto, pero estiman, por circunstancias que han ocurrido, que el Ayuntamiento, gobernado en la actualidad por PP y Vox, “es partidario” de él, ya que les denegaron la ampliación del periodo de alegaciones “por el perjuicio que podía causar a terceros” y no entienden tampoco por qué no se ha convocado la Mesa del Tajo, un organismo consultivo.

Detrás del proyecto, que contempla también 220 plazas de aparcamiento y que tras el periodo de alegaciones será sometido a la comisión de Urbanismo, están el abogado Juan José Sánchez Colilla y el empresario hostelero Mariano Díaz-Chirón Salamanca, socios al 50% de la mercantil impulsora.

Los empresarios consideran que el plan urbanizador será “un lujo para la ciudad y para los toledanos”, ya que contempla que se cedan 13.000 metros cuadrados de zonas ajardinadas a la ciudad, donde se levantarán, a cargo de la mercantil, paseos peatonales, con "mobiliario y columpios para niños", además de alumbrar toda la zona, que ahora es un foco de "maleza" y de "okupas".

Según Sánchez Colilla, personas han ocupado las construcciones abandonadas del recinto que, en su día, “en los años 70, cuando la gente se bañaba en el río”, eran un restaurante, un almacén y una casa “donde vivían lo abuelos de mi mujer”. “Ahora es un vertedero de jeringuillas, latas, maderas...”, apunta a El Periódico de España, de Prensa Ibérica,el empresario, que responde que el planeamiento es respetuoso con el medio ambiente.

Respetar lo autóctono

“En la primera franja, que es la que da al Tajo, se va a respetar todo lo autóctono de la ribera, la flora y la fauna”, aprecia Sánchez Colilla, que asegura que ahora mismo la finca es “intransitable”, llena de maleza y “troncos caídos”, y un foco de posibles incendios en época de sequía. “La construcción en concreto son 4.000 metros cuadrados, menos de lo que se planteó en proyectos anteriores. Aunque la parcela urbana es de uso terciario/hostelero y podría construirse una residencia de mayores, por ejemplo, lo preferible sería un hotel de unas 110 habitaciones”, apunta el empresario, que recuerda que llevan desde el año 2003 realizando proyectos y anteproyectos para la finca para tratar de buscar el mejor diseño.

Sánchez Colilla defiende que el hotel “no tendrá ningún impacto visual”, ya que sobre la carretera serán “tres alturas, justo igual que lo que hay enfrente; después hay como un vacío para que cualquiera que pase pueda ver el río y las vistas”, añade el empresario, que asegura que ha dejado abiertas las puertas de 'La Solanilla' para que quien quiera pueda comprobar qué tipo de fauna y flora hay allí. “Yo el otro día fui a hacer fotos y sólo me encontré una liebre”, asegura el empresario, que afirma que el hotel, que será previsiblemente de cinco estrellas, generaá unos 150 empleos.  

Este periódico intentado sin éxito obtener la versión del Ayuntamiento, que no ha respondido a las preguntas formuladas.