Los escarabajos que susurraban a la Vía Láctea

Recreación de un escarabajo pelotero bajo la Vía Láctea, por la Dra. Emily Baird, una de las coautoras del artículo.

Recreación de un escarabajo pelotero bajo la Vía Láctea, por la Dra. Emily Baird, una de las coautoras del artículo. / Dra. Emily Baird

Aurelio Carnero Rosell

Hace unos días, viendo la tele y mientras pensaba qué escribiría para la Gaveta de Astrofísica, vi un documental de naturaleza donde dieron un dato que me cautivó. Entonces pensé: “esto es maravilloso, ¡tengo que contarlo en la Gaveta!”

Normalmente escribo sobre cosmología, pero hoy el asunto va sobre unos animalitos chiquititos, bien conocidos, que resulta que tienen una habilidad sorprendente. Estoy hablando de los escarabajos peloteros, en particular de una especie sudafricana. Y se preguntarán ¿qué hacen unos escarabajos peloteros en una sección sobre Astronomía? En un interesantísimo artículo publicado en 2013 en la revista Current Biology descubrieron que una especie de escarabajos de Sudáfrica tiene la habilidad de guiarse, nada más y nada menos, ¡que por la Vía Láctea! Como lo oyen.

Estos animalitos nocturnos tienen el hábito de, una vez creadas sus pelotitas de estiércol, llevárselas cuanto antes del lugar de recogida a un lugar seguro, donde no se las roben y poder degustarlas tranquilamente. En este contexto, ir en línea recta constituye una ventaja. Los escarabajos que viajen en línea recta podrán recorrer más distancia en menos tiempo. Para ir en línea recta generalmente se guían por la luz de la Luna. Pero en este estudio descubrieron que, en noches de Luna nueva, utilizan la luz difusa de la Vía Láctea como sustituta para orientarse y así poder caminar en línea recta.

Para poder comprobar esta hipótesis, los y las investigadoras montaron un terrario artificial dentro de un planetario, teniendo las condiciones de estudio bajo control. Allí crearon varias condiciones celestes diferentes y midieron el tiempo que los escarabajos tardaban en transportar la pelota de estiércol hasta un lugar seguro. Crearon cinco condiciones celestes diferentes: la primera, con el cielo completamente estrellado (con más de 4000 estrellas más la Vía Láctea); la segunda, una condición donde solo estaba la Vía Láctea; la tercera, una condición solo con estrellas débiles; la cuarta, una condición con las dieciocho estrellas más brillantes del firmamento; y por último, en la oscuridad total. 

Lo que descubrieron en el estudio es que en las dos primeras condiciones, en las que la Vía Láctea estaba presente, el tiempo para orientarse fue igual y más rápido que en todas las otras condiciones, mientras que en las otras tres, incluyendo la oscuridad total, el tiempo fue el mismo, mostrando la misma dificultad de orientación. Con esto concluían que los escarabajos peloteros de Sudáfrica usan el brillo de la Vía Láctea como guía para sus desplazamientos cuando no hay Luna. Pero ¿no les resultaría más fácil guiarse por las estrellas? La respuesta se encuentra en la propia fisionomía de los escarabajos. Resulta que estos tienen unos ojos muy pequeños, tan pequeños que no son capaces de distinguir la luz puntual de las estrellas. Sin embargo, al ser la Vía Láctea una fuente extensa, aunque difusa, su tamaño sí permitiría su observación, como demuestra el estudio. 

Recordemos que la Vía Láctea es la proyección de nuestra Galaxia en el cielo, con su centro situado a veintiseis mil años-luz de distancia y donde encontramos una gran densidad de estrellas que orbitan el gran agujero negro central de nuestra Galaxia, Sagitario A*. Me parece increíble pensar que unos seres tan pequeñitos como los escarabajos usen una estructura astronómica tan colosal para guiarse.

Este descubrimiento convierte a los escarabajos peloteros en los únicos animales (aparte del Homo Sapiens, quizás) que usan la luz de la Vía Láctea para su orientación. Y aquí los humanos, guiándonos por Mercurio retrógrado y la posición del Sol. ¡Toma horóscopo!. Escarabajos 1, humanos 0.

Esto nos debería hacer reflexionar sobre la importancia de reducir la contaminación lumínica y exigir políticas de protección del cielo nocturno. Poder observar el cielo nocturno no es solo una experiencia estética, es una condición de vida para millones de animales. Porque, aunque esta sea la única especie conocida que se guía por la Vía Láctea, existen otras especies que se guían por la posición de las estrellas. Entre estas encontramos, por ejemplo, a la foca común, una especie de pájaro americano, el azulejo índigo (Passerina Cyanea), la rana Acris gryllus y la polilla Noctua Pronuba (presente en Canarias). Estoy seguro de que estas investigaciones no son más que la punta del iceberg sobre la relación que existe entre la naturaleza y el Cosmos

Biografía

Aurelio Carnero Rosell nació en Santa Cruz de Tenerife. Su formación académica incluye la Licenciatura en Física por la Universidad de La Laguna y el Doctorado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid. Tras seis años en el Observatorio Nacional de Río de Janeiro (Brasil) y otros dos años en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) en Madrid, volvió a Tenerife como investigador postdoctoral en el Instituto de Astrofísica de Canarias. Actualmente continúa su investigación sobre Cosmología y Física Extragaláctica en el marco del proyecto "Capacitación Tecnológica del IACTEC", financiado por el Cabildo de Tenerife.

*Sección coordinada por Adriana de Lorenzo-Cáceres Rodríguez