La ULPGC confirma la baja presencia de contaminantes en la pesca canaria

El iUNAT y la Universitat Rovira I Virgili comparan la existencia de tóxicos en pescados de Canarias y Cataluña | Concluyen que no existe riesgo para la salud

Laboratorio de Análisis Químico Medioambiental del IUNAT en Tafira. | | E.D.

Laboratorio de Análisis Químico Medioambiental del IUNAT en Tafira. | | E.D. / María Jesús Hernández.

Los niveles de contaminantes en los pescados canarios no suponen un riesgo para la salud de los consumidores. Esta es la principal conclusión del estudio comparativo sobre la toxicidad de especies canarias y de Cataluña, realizado por investigadores del Instituto Universitario de Estudios Ambientales y Recursos Naturales (i-UNAT) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y del Departamento de Química Analítica de la Universitat Rovira I Virgili en Tarragona. Un análisis, fruto de la estrecha relación que mantienen desde hace años ambos grupos de investigación, y que confirma la presencia de contaminantes en las muestras analizadas, pero en valores muy por debajo de los límites máximos establecidos por la United States Environmental Protection Agency (US EPA).

«Hemos llevado a cabo un análisis en los pescados más consumidos en Cataluña, que proceden del Mediterráneo, y los que consumimos aquí en Canarias, que vienen del Atlántico, para hacer una comparativa en cada una de las poblaciones, atendiendo a la diferencia de las dietas de cada región, y ver si existen diferencias respecto a la cantidad de contaminantes que presentan las especies de aquí y de allá. Y vimos que en Canarias los pescados presentan menos niveles de contaminación que los de Barcelona», indicó Sarah Montesdeoca Esponda, investigadora de la ULPGC y una de las autoras del artículo titulado El consumo de productos del mar como fuente de exposición al alto volumen de producción de productos químicos: una comparación entre Cataluña y Canarias, publicado en la revista Food and Chemical Toxicology -referente internacional en el control de contaminantes en productos de consumo-, junto con Sandra Gimeno, Zoraida Sosa y José Juan Santana, por parte del iUNAT; y Oscar Castro, Sílvia Borrull, Jordi Riu, Eva Pocurull y Francesc Borrull, de la Universidad tarraconense.

Analizaron la presencia de cuatro familias de compuestos que se encuentran de forma habitual en productos de uso cotidiano, como electrodomésticos, muebles o juguetes, y en sustancias como anticorrosivos o desinfectantes; algunos de ellos son disruptores endocrinos, neurotóxicos o carcinógenos. El estudio se centró en las especies más consumidas en Cataluña y en Canarias, y se determinó su exposición y la inseguridad asociados a su consumo.

«Lo primero que hicimos fue precisar qué cantidad de estos compuestos había en los diferentes peces, para luego comparar en función de la toxicidad de cada uno de ellos, el grado de exposición que podemos tener al comer esos pescados y el nivel de riesgo en base a dichas concentraciones. La conclusión es que, a pesar de que esos compuestos sí que se encuentran en los peces, realmente la exposición y el riesgo real que podríamos tener no es significativo, está por debajo de los umbrales que se consideran nocivos».

Especies

En el caso del Archipiélago, las especies estudiadas fueron la caballa (Scomber colias), la cabrilla (Serranus cabrilla), la breca (Pagellus belloti) y el bonito (Katsuwonus pelamis). Se trata de los pescados que más se consumen de forma habitual entre la población, de ahí la importancia de conocer los niveles de contaminantes que pueden bioacumular y evaluar el riesgo asociado a su consumo.

Aunque todos los contaminantes estudiados fueron detectados en las muestras de peces -dependiendo de la familia de compuestos, en entre un 31 y un 66% de las muestras-, los investigadores destacaron que no existe riesgo alguno porque ninguno de los valores obtenidos alcanzan los límites máximos establecidos por la United States Environmental Protection Agency (US EPA).

«El mensaje es de tranquilidad, porque, por un lado, tenemos concentraciones que son menores que las que están en los peces del Mediterráneo, probablemente porque el Atlántico tiene más circulación y menos vertidos, mientras que en Cataluña, por su actividad industrial, llegan más vertidos al mar. No obstante, en ambas regiones, los niveles de compuestos contaminantes están por debajo de los límites que podrían ser peligrosos por la ingesta de pescado», insistió la investigadora del iUNAT-ULPGC.

Respecto a si existen diferencias en la cantidad de tóxicos entre especies, la doctora Montesdeoca apuntó que, sin ser cantidades significativas, se detectaron más compuestos en el bonito. «Algo que, por otra parte, es lógico porque es un pescado más grande que los otros estudiados, con lo cual la cantidad de dichos compuestos que pueda acumular es mayor».

Al valor de las conclusiones del estudio realizado por los investigadores de la ULPGC y de la Universitat Rovira I Virgili, se suma la innovación metodológica, teniendo en cuenta que el análisis multirresiduo en matrices complejas como son, en este caso, peces u otros organismos marinos, es un reto para el campo de la Química Analítica, ya que se necesita desarrollar metodologías muy selectivas y sensibles capaces de medir concentraciones muy pequeñas en el medio ambiente.

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El grupo de investigación que dirige José Juan Santana, de Análisis Químico Medioambiental del Instituto de Estudios Ambientales y Recursos Naturales (iUNAT) de la ULPGC, es uno de los más especializados a nivel internacional en el estudio de contaminantes emergentes -procedentes de filtros solares, fármacos, hormonas, desinfectantes, fungicidas...-, que son aquellos que no están incluidos en la legislación y por tanto no se rigen por normativa europea. Para este tipo de compuestos se suelen usar los valores de la US EPA como referencia. Tras una amplia trayectoria en el estudio de estos contaminantes en aguas y sedimentos, han ampliado la investigación a la cadena trófica, centrándose en el estudio de peces y cetáceos, además de algas, moluscos, crustáceos... | M. J. H.

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