Adiós a un agitador cultural

Premio Canarias de Comunicación 2004, susgrandes conquistas culturales dieron una nueva dimensión a las Islas

Martín Rivero, en una imagen compartida por José Manuel Bermúdez.

Martín Rivero, en una imagen compartida por José Manuel Bermúdez. / E. D.

La muerte de Martín Rivero es una mala noticia para la cultura del Archipiélago. Premio Canarias de Comunicación 2004, el hombre que lo apuntaba todo en una pequeña libreta que siempre guardaba en el bolsillo trasero de su pantalón

Martín Rivero Ferrera murió en la tarde-noche de ayer a los 68 años afectado por una inesperada enfermedad que le sobrevino en la capital de España, la ciudad de su amado Real Madrid. Profesional curtido en miles de batallas periodísticas y culturales, debajo de una apariencia algo «despistada» habitaba una persona buena; buena en el desarrollo de un oficio que nunca dejó de lado y buena en el vis a vis con los que se acercaban a él intimidados por la leyenda de ser un PremioCanarias de Comunicación (2004). Campechano hasta decir basta, era complicado no agotar una conversación con él sin que apareciera la libreta en la que hacía números y germinaban ideas como esos castillos en el aire que aparecen relucientes, pero que siempre corren el riesgo de venirse abajo con el primer contratiempo.

Martín Rivero era «cabezón» a la hora de pensar a lo grande y, aunque en días como este sólo fluyan las cosas buenas que hizo, su capacidad de acierto era alta, tanto a nivel de periodismo como cuando decidió apostarlo todo por una cultura que agitó sin parar durante décadas. Periodísticamente fue codirector de La Gaceta de Canarias (1989) [escuela para muchos de los que hoy lamentan su adiós], pero también derramó su conocimiento multidisciplinar en las redacciones de La Tarde, ELDÍA y Diario de Avisos. 

Y el periodista también fue corresponsal, un grado que en el pasado suponía firmar un cheque en blanco con una vocación en la que no hay horarios ni fiestas en el calendario. La M.R. llenó crónicas de la revista Triunfo, un proyecto tardofranquista en el que vertía su visión progresista, y en las páginas del Diario de Barcelona y El País. Pero Martín Rivero también fue un comunicador radiofónico que repartió sus conocimientos con los oyentes de Radio Club Tenerife /Cadena Ser y Radio Nacional de España. Amplitud de miras, dedicación y buen humor... Ésos, probablemente me falte alguno, eran los ingredientes que construyeron a un ser que dio un paso más a la hora de expresar emociones escritas cuando de la mano de su hermano, Carmelo Rivero, empezó a construir capítulos literarios alrededor de Valdano, Sueños de fútbol, Iñaki Gabilondo. Ciudadano en Gran Vía Los Sabandeños. El Canto de las Afortunadas y Santa Cruz en blanco y negro. 

A pesar de que el periodista nunca se marchó del todo, hay un Martín Rivero que sacudió los cimientos culturales delArchipiélago con proyectos tan estelares como Son Latinos [aliado con Leopoldo Mansito convirtió esa cita en una referencia cultural y social internacional que fue capaz de atraer hasta el municipio de Arona al mismísimo Gabriel García Márquez, a Don Mario Benedetti o Carlos Fuentes], cita que trató de levantar una y otra vez sin éxito cuando los ecologistas pusieron el grito en el cielo y apretaron las clavijas a los políticos. Pero lejos de parar, Martín Rivero no se rindió y volvió a soñar a lo grande para ser el motor de macroconciertos por los que pasaron figuras internacionales como Marc Anthony y Jennifer López, Maná, Luis Miguel, Richy Martín o Juan Luis Guerra. Él y otros como él fueron los que dieron ese salto internacional en el que hoy sigue Canarias. Su capacidad camaleónica para adaptarse a los nuevos tiempos le llevó a pensar nuevas aventuras en las que ya no solo estaban incluidas Canarias, Europa y América. Y es que un ser tan creativo no podía resistirse a mirar hacia el continente africano para activar iniciativas como Mumes o, incluso, apostar por una cultura mucho más sostenible agitando la bandera delArona SOS Atlántico.

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«Consiguió colocar a Canaras en una dimensión cultural que era desconocida»

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«Deja una huella importante en la historia reciente de losmedios»

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«Recuerdo sus trabajos periodísticos y su vocación permanente por la cultura»

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«Él, siempre juntoa su libreta, era una fuente inagotable de grandes ideas»

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