Zonas verdes y 1.680 viviendas para una nueva ciudad entre Añaza y Hoya Fría

El Ayuntamiento somete a consulta el borrador del Plan Parcial del Barranco del Muerto, promovido por los dueños del suelo, e inicia el procedimiento de evaluación ambiental

Zona del Barranco del Muerto, vista desde la vía de servicio que conecta el barrio de Añaza con la autopista del Sur, en Santa Cruz de Tenerife.

Zona del Barranco del Muerto, vista desde la vía de servicio que conecta el barrio de Añaza con la autopista del Sur, en Santa Cruz de Tenerife. / E. D.

La zona del Barranco del Muerto, la extensa superficie de terreno situada entre Añaza y Hoya Fría, en el Distrito Suroeste de Santa Cruz, hoy totalmente abandonada, se convertirá en una nueva ciudad formada por zonas verdes, 1.680 viviendas, actividad comercial y dotaciones públicas. Así lo recoge el borrador del Plan Parcial de Ordenación del Sector Urbanístico Barranco del Muerto, promovido por los propietarios del suelo, Las Chafiras S.A. y Elcana Promociones y Construcciones S.L., y que el Ayuntamiento ha sometido al trámite de consulta pública, al iniciar el procedimiento de evaluación ambiental estratégica de las actuaciones propuestas.

Las administraciones públicas afectadas y las personas interesadas en el plan que desarrollará este suelo tienen un plazo de 30 días para presentar las alegaciones que consideren oportunas, tal y como se recoge en el anuncio publicado ayer en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) de Santa Cruz de Tenerife. En dicho anuncio, el Consistorio capitalino informa del inicio, por parte de la Comisión Municipal de Evaluación Ambiental, del procedimiento de evaluación ambiental del Plan Parcial del Barranco del Muerto, en concreto, del sector de suelo urbanizable SO-25. Tanto el borrador del plan como su «documento inicial estratégico» pueden ser consultados en el enlace https://www.santacruzdetenerife.es/web/servicios-municipales/sostenibilidad-ambiental-y-sanidad.

El ámbito de actuación abarca una superficie de 393.000 metros cuadrados, lo que equivale a unos 50 estadios de fútbol, «quedando definido, al norte, por la vía de servicio de la autopista del Sur (TF-1); al suroeste, por Barranco Grande y el núcleo consolidado de Añaza; al sureste, por el frente acantilado, y al noreste, por el barranquillo Cueva la Viuda, que linda con la urbanización de Los Moriscos». En concreto, la propuesta de actuación para esta superficie incluye un total de 1.680 viviendas, zonas verdes, 13.894 metros cuadrados edificables de uso comercial, 1.529 metros cuadrados de uso religioso y 3.156 metros edificables de dotación pública.

El Plan General de Ordenación (PGO) de Santa Cruz remite el desarrollo de este suelo a un plan parcial, aunque sí impone un sistema general viario para el mismo, que «garantice la continuidad urbana por el litoral, superando la segregación jerárquica Suroeste-Centro a través de un elemento estructurante básico, que es la prolongación de la Rambla de Añaza». Asimismo, el PGO establece que se trata de un suelo urbanizable para uso residencial y de equipamiento comunitarios.

Infografía que muestra el ámbito objeto del Plan Parcial del Barranco del Muerto, en la capital tinerfeña.

Infografía que muestra el ámbito objeto del Plan Parcial del Barranco del Muerto, en la capital tinerfeña. / E. D.

Según se explica en el borrador del citado plan parcial, el uso predominante en estos terrenos fue, en las partes planas del mismo, el agrícola, «aunque la totalidad de los mismos se encuentran sin explotar o en estado de abandono desde hace más de 50 años». El resto son eriales, bancales de secano y pequeñas zonas de extracción de áridos, igualmente, en estado de abandono. Existe también un «aparcamiento» de contenedores, sin uso desde hace años, y una zona formada por las laderas del barranco y el cantil costero, ocupado por tabaibal dulce, rabos de gato y otras «especies arbustivas».

«Los citados terrenos carecen de recursos naturales de interés más allá de algunos enclaves de tabaibal dulce, que la ordenación deberá tratar de preservar, y de algunos yacimientos arqueológicos, a los que la ordenación ha de proteger y poner en valor».

El sector engloba el «vacío urbano» que queda entre dos zonas urbanizadas ya consolidadas, por un lado, la urbanización Los Moriscos, y, por otro lado, el barrio de Añaza-Acorán, «por lo que es un enclave que está abocado a ser urbanizado». La concejala de Urbanismo, Zaida González, del PP, destaca la «importancia» de este plan para Santa Cruz, pues, añade, se trata de un área de expansión de la ciudad, por el Suroeste.

«Siempre es positivo seguir desarrollando el municipio, en este caso, de mano de propietarios privados que deben actuar en este suelo siguiendo las directrices del PGO. Además, el plan parcial incluye dotaciones públicas, zonas verdes y actuaciones en beneficio del interés general», agrega.

De todas las alternativas analizadas para el desarrollo de este suelo, finalmente se ha escogido aquella que opta por crear dos ramblas, una horizontal que prolonga la Rambla de Añaza y la lleva hasta Los Moriscos, y una vertical que conecta a la anterior y el enlace de la TF-1 a Añaza.

Asimismo, se apuesta por generar zonas verdes que «rescatan los ámbitos de aquella vegetación que debe ser protegida», y por contar con una parcela de equipamiento comercial que «pueda servir de motor económico que viabilice el desarrollo urbanístico». Las parcelas de edificación residencial serán de baja densidad, «tipo Ciudad Jardín».

También se crearán recorridos peatonales que conectarán el viario rodado y un peatonal «de borde, para facilitar el uso y disfrute de éste no sólo por los habitantes del ámbito, sino también por los visitantes». Esta ordenación garantiza la puesta en valor de los yacimientos arqueológicos existentes en la zona, tal y como se asegura en el plan parcial.