El Cabo transforma su colegio en un parque temático de Navidad y tradición

El colegio recrea en su Nacimiento los oficios tradicionales

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Zaida González, concejala del Distrito Salud-La Salle, no se habría perdonado la representación del Nacimiento en el colegio de El Cabo, donde padres y madres trabajaron a destajo para transformar el centro en un parque temático de Navidad, donde oficios tradicionales se alternaron con el ambiente más nórdico, en la zona de Educación Infantil. «Alucino. Nunca pensé que fuera tan brutal». Fue el sentir de la la concejala y de la comitiva del PP, partido que acaparó la visita al colegio, liderada por el propio consejero de Educación del Gobierno canario, Poli Suárez, y su nutrido equipo, junto al consejero insular de Cultura, José Carlos Acha, o su homólogo municipal, Santiago Díaz Mejías.

En el colegio de El Cabo, con Tanausú Cabrera por quinto año en la dirección, la comunidad escolar hizo una joya que debería estar abierto al público en general, con visitas guiadas, más allá del pase reservado a las autoridades y otros dos, para padres y madres.

Si el año pasado el Nacimiento se recreó en los principales edificios, iconos de la arquitectura chicharrera, en esta edición El Cabo se reinventó con una recreación de los oficios tradicionales. La visita arranca en el patio del colegio, donde su coro –una de las joyas del centro– recreó una parranda de Lo Divino, para dar paso al recorrido por las instalaciones.

La canción Nube de hielo recordó que esta actividad se ajusta a los objetivos de desarrollo sostenible que pretenden poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar la calidad de vida.

En un brindis por la libertad, los alumnos recrearon desde una mecánica –con el coche levantado para repararlo– a un ventorrillo en el que se jugaba al domino, mientras al lado unas niñas fabricaban velas, se hizo sitio a la apicultura o a la confección de mermelada artesanal que hacía Daniela, hija de Patri, profesora del cole, y Jorge, hijo del director, y con quien Felipe Cordero, exdirector del centro y uno de los cargos de confianza del consejero, departió sobre las vacaciones en la localidad gomera de Playa Santiago.

Más altares del ayer en El Cabo: lavanderas que colgaban calados, una cooperativa agrícola, una chocolatería, un puesto de cuchillo canario... hasta rezo para quitar el empacho o el sol en la cabeza. O venta de almendras garrapiñadas a dos pesetas el paquete y hasta se hizo sitio al edificio central de la ULL que recreó una graduación. Eso en el colofón de la adoración de los Reyes Magos y antes de adentrarse a una parte nórdica, donde los pequeños eran figuras de una caja de música que seguían el compás de Maijo, entre otras profes, o los niños de Magaly, que recreaban Los Gorgoritos. Un Belén mágico.