BARRIO A BARRIO | Anaga

La gran familia de Taganana prepara la Navidad más canaria

Las nuevas generaciones se entremezclan con vecinos de solera para preparar el Autosacramental de la Adoración de los Pastores, con cuatrocientos años de historia

Parte del grupo de la representación del Autosacramental de la Adoración de los Pastores, en Taganana.

Parte del grupo de la representación del Autosacramental de la Adoración de los Pastores, en Taganana. / El Día

Humberto Gonar

Humberto Gonar

«En Taganana no celebramos el Nacimiento de Cristo por tradición sino por convicción», asegura Luján González, presidente y albacea del costumbrismo y los valores etnográficos de este pueblo de Anaga, donde personalmente se pone al frente desde hace 37 para que el Autosacramental de la Adoración de los Pastores sea una realidad y de esta forma ser un eslabón más, fundamental en estos tiempos, para que continúe una tradición centenaria de la que incluso obra documentación gráfica de finales del siglo XIX, tanto de esta ceremonia que se desarrolla en la parroquia de Nuestra Señora de Las Nieves, como del autosacramental de los Reyes Magos que se hace el 5 de enero por la noche.

«Sabemos que un día alguien trajo esta costumbre a Taganana, pero durante tantos años ha acabado por ser nuestra; nosotros no solo la hemos incorporado sino adaptado a nuestros usos y costumbre», añade Luján.

El presidente de la Voz del Valle encarna la defensa de los valores de este pueblo. Y habla no solo con solemnidad sino con el peso del respeto a la tradición y la entrega de los vecinos. «La noche del 24 cada familia celebra en su casa la festividad de la Navidad y luego todos juntos nos reunidos para festejar la gran familia del pueblo de Taganana este acontecimiento», donde se une lo religioso con lo populares, que acaba cuando la parranda Malvasía, convertida en la ceremonia en Lo Divino, interpreta los villancicos de la tierra para dar paso al brindis con vino dulce, rosquetes y galletas que aportan los residentes.

Esa ceremonia es el resultado de años de fidelidad a la tradición; sirva la ejemplo el caso de quien hace de posadero, que comenzó hace 37 años como niño Jesús, para luego pasar a encarnar el papel de pastor –como hoy hay hacen sus dos hijos–, y custodiar esta Navidad la Posada que visitarán san José –que en Taganana se llama en realidad Alberto–, mientras que Alejandra hace de Virgen María.

De Finados a Navidad

Casi del tirón, en Taganana el grupo de niños que integran Los Angelitos del Cielo que recogen limosna para sufragar el esfuerzo de doblar por el día de todos los finados enlaza con los preparativos de la representación de Navidad, que se celebra en la parroquia de Las Nieves, con más de cuatrocientos años, a partir de las once del 24 de diciembre.

Bajo la tutela de Luján González se desarrollan los ensayos en la que los pequeños se preparan para encarnar el papel de pastores: caso de Lionel, Diego, Mateo, Enzo, Onésimo, Daniel, Yoel, Nayara, Saúl, Elisa..., mientras que Imanol hace de pregonero y Luján es la voz que, como si fuera el Tamborilero, marca la representación.

Un momento del ensayo, entre los escaños de la parroquia de Las Nieves.

Un momento del ensayo, entre los escaños de la parroquia de Las Nieves. / El Día

La Voz de Taganana insiste en la necesidad de poner a salvo el verdadero sentido de la Navidad, máxime frente a las injerencias, en auge, de quienes ahora se decantan por nomos, duendes y ciervos y dejan de lado la niño Jesús.

Luján González no está solo en ese empeño por mantener viva la tradición. Aunque no acaparan personajes en el reparto del Autosacramental de la Adoración de los Pastores que se representa el 25 de diciembre, Mari Cabrera e Isabel Martín juegan un papel funamental en el vestuario, o Marta, que con la ayuda de Imanol, envuelve de magia la representación con música y sonido desde que arranca con el Ángelus.

Si importante es el resultado final, a la medida de la gran familia del pueblo de Taganana, cada ensayo, como los que se han celebrado estos días festivos, es una oportunidad para disfrutar de la inocencia y la ingenuidad de los pequeños, como Lionel, de 5 años, que ya se sabe la frase que pronuncia cuando ve a la Virgen María y san José con el niño Jesús: «Es aquí, pastorcito, es aquí. Carajo, puñeta, es aquí», como así volverá a ocurrir esta Nochebuena.

No se trata de una cita baladí, sino con la tradición, con el peso de la costumbre y el respeto con una representación que se ha transmitido de padres a hijos desde hace más de 400 años y con especial ímpetu en las últimas cuatro décadas. Luján habla con la solemnidad de quien es conocedor de la tradición, como cuando encontró las crónicas de los periodistas que inmortalizaron su visita a Taganana en las crónicas editadas en El Guanche, en 1862, y que ha permitido retomar La Librea de este pueblo con identidad propia.

Con el mismo peso de la cita con la historia, los niños han vuelto a preparar la representación estos días festivos para que Taganana presuma de su tradición, capaz de suscitar el interés hasta el bisnieto de Amalita Negrón, la primera alcaldesa honoraria de Taganana, cuando escucha la frase de Bartolo que ya ensaya de cara a la Nochebuena. Como hicieron sus mayores en el pasado.