BARRIO A BARRIO | Anaga

‘Angelitos del cielo’: la tradición de los niños de Taganana por el día de finados

Niños de este pueblo de Anaga recogen limosna a cambio de 'doblar' las campanas el 1 y 2 de noviembre

Un grupo de niños recoge limosna para doblar por finados.

Un grupo de niños recoge limosna para doblar por finados. / Luján González

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

Niños de Taganana comenzaron el pasado fin de semana su recorrido por los barrios de este pueblo de Anaga para cumplir con una tradición centenaria que se remonta a tantos siglos como tiene de historia este núcleo del Parque Rural, asegura el presidente de la asociación La Voz del Valle, Luján González.

Tan arraigada está esta cumbre en Taganana con motivo de la celebración del Día de Finados que cuando Mateo, Lionel, Daniel, Enzo o Diego, miembros del Cuerpo Nacional de Monaguillos de Taganana –como lo define Luján–, comenzaron a tocar la puerta de los vecinos de Azanos, Lomo Los Lirios y Portugal –los primeros barrios visitados el pasado fin de semana–, se encontraron la sorpresa que los residentes, cuando les abrían la puerta y advertían la presencia de los pequeños, con su vestimenta religiosa, en muchos casos ni esperaban a la salutación que marca la tradición: «Angelitos somos del cielo. Venimos con la Paz de Dios. Limosna pedimos». 

Y es que muchos de los vecinos, casi nonagenarios, tiempo atrás fueron monaguillos y ellos mismo cumplimentaron esta tradición, como un eslabón más de la historia que ahora defiende una nueva generación. Fue el caso de Quico, el esposo de Amalita, la que fue la primera alcaldesa honoraria del pueblo de Taganana.

La tradición por finados comenzó el pasado fin de semana en los barrios de Taganana y se volverá a cumplimentar el próximo, para finalizar el día 31 de octubre. En esta localidad que llegó a tener ayuntamiento propio en el ayer no hay calabazas, sino castañas; la influencia del Halloween poco tiene que hacer mientras los vecinos mantienen viva la tradición de los Angelitos del cielo.

Los niños Taganana quedan emplazados los días antes del 31 de octubre en la iglesia del pueblo, donde se revisten de monaguillos para recorrer las calles con el portapaz, el hisopo y agua bendita –y hasta una reserva en mochila por si se agota– y al menos una campanilla que hacen sonar en su recorrido. Puerta a puerta van tocando, tras abrirles, la salutación es siempre la misma: «Angelitos somos del cielo. Venimos con la Paz de Dios. Limosna pedimos». En unos casos reciben dinero, que los vecinos depositan en la alcancía que portan; en otros, castañas o golosinas, o chocolate para beber. 

Los vecinos cumplimentan la costumbre y entregan a los niños una limosna, como contrapartida del esfuerzo que realizarán los pequeños el 1 y el 2 de noviembre, días de todos los santos y de finados, cuando ellos se encargará de doblar las campanas de la iglesia del pueblo de Taganana.

En el pasado, recuerda Luján González, el toque cadente se realizaba sin tregua durante los dos días, algo que con el paso del tiempo y de los hábitos de los niños, ocurre a partir de las dos de la tarde de ambos días y que sirve de recordatorio a la población de que hay que rezar por los difuntos, además de advertir de la celebración de la misa que se desarrolla en el cementerio del pueblo, momento que marca la finalización de la tradición de los angelitos que bajan del cielo para recorrer las calles de Taganana.

El presidente de la asociación La Voz del Valle calcula que esta tradición se remonta a hace más de cuatrocientos años, si bien precisa que no es la única que mantienen viva los vecinos de Taganana, para recordar las lámparas de aceites o velas que, como marca otra costumbre –de hábito más extendido– se desarrolla con motivo del día de finados.

Luján González asegura que «en Taganana no existen tradiciones importadas, porque este año también el colegio del pueblo ha mostrado su deseo de sumarte a la costumbre». A falta de las conversaciones con el cura de esta zona de Anaga, la comunidad escolar no descarta sumarse a la costumbre de los Angelitos del cielo, que se podrían organizar el día 31 de octubre. El presidente de la asociación La Voz del Valle recuerda que los pequeños que ya iniciaron el recorrido por los barrios el pasado fin de semana, y que volverá a salir los próximos sábado y domingo, así como el 31 de octubre, están implicados en las otras actividades que se promueven desde el colectivo, como la representación del también centenario del Auto de los Reyes Magos, con motivo de la Epifanía del Señor, que se celebra el 6 de enero.

Taganana preserva así una tradición que, si bien cuenta con el desvelo y el mimo de Luján González y la asociación La Voz del Valle, se preserva por la implicación de los vecinos de este pueblo de Anaga que mantiene viva una costumbre que se transmite de generación en generación frente al auge de otras americanadas.

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