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Luis Prieto, secretario del Pleno de Santa Cruz: "Nunca he votado al ayuntamiento para mantener mi independencia"

Luis Prieto, secretario del pleno de Santa Cruz, cierra se jubila después de dedicar la mitad de los 42 años como funcionario

Luis Prieto, secretario del Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Luis Prieto, secretario del Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. / Andrés Gutiérrez

Humberto Gonar

Humberto Gonar

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife celebrará el viernes 28 de julio no sólo el último pleno antes de las vacaciones sino, en el particular de su secretario Luis Prieto González, la última sesión antes de su jubilación, municipio al que ha dedicado la mitad de los 42 años de su vida profesional.

Natural del pueblo de Santa María del Páramo (León), Luis Prieto (1959) puede presumir de que de casta le viene al galgo, pues el ahínco de su padre en que siguiera sus pasos en la abogacía le llevó a descartar Filosofía, Literatura o Historia de Arte.

El mayor de tres hermanos, su padre, abogado; su madre. Don Luis, como todos le llaman por la admiración y respeto que le profesan, aprendió sus primeras letras en la escuela pública de su pueblo natal, para seguir su formación en el instituto que se puso en marcha gracias a Martín Villa, nacido en la misma localidad. Se trasladó a la Universidad de Oviedo para lograr su licenciatura en Derecho para poco después, con 22 años, contraer matrimonio, del que que nacieron sus tres hijos, de ellos, solo la más pequeña siguió sus pasos y es letrada de la Comunidad Autónoma, la única que reside en Canarias.

Tras un corto período trabajando como abogado, superó las oposiciones se secretario de tercera categoría, como se le llama popularmente, que le dio acceso a desarrollar su labor en municipios de menos de 5.000 habitantes, una labor que desarrolló en dos o tres pueblos de la zona durante casi siete años. «Aprendí muchísimo porque tenía que hacer labores no solo de secretario e interventor, sino era el administrativo y el ordenanza que abría y cerraba el ayuntamiento».

Lo mejor, el aprendizaje que adquirió de los vecinos porque en esas administraciones de tan pocos habitantes se impone el servicio directo, «como si tienes que rellenar al residente la solicitud para acceder a una beca». «Nunca se debe despreciar la experiencia», advierte, a la vez que la recomienda a las generaciones venideras.

Bajo la dirección de la asesoría jurídica Santa Cruz invirtió la tendencia a perder el 80% de los pleitos

Transcurridos casi siete años, superó las oposiciones para la misma labor en municipios de entre 5.000 y 20.000 habitantes. Fue entonces cuando tuvo que tomar lo que considera una decisión drástica. En la provincia de León no había muchos municipios de estas características y, a la hora de buscar destino, descartó Galicia y Cataluna por el uso del gallego y el catalán y... puso rumbo a Canarias. La única relación con el Archipiélago la tuvo a raíz de unas vacaciones que disfrutó en Tenerife, donde quedó maravillado –y sigue– del paisaje y sus gentes, y a eso se suma las referencias que no eran sus positivas de compañeros que le advertían de la dificultad de desarrollar la labor en Galicia o Cataluña, donde algún interlocutor le expresó que se sentía como un intruso.

Tomada la decisión tomó su plaza de secretario en el Ayuntamiento de Güímar, en 1989, siendo alcalde Víctor Pérez, a quien luego sucedió Rigoberto González y Vicenta Díaz, quien a título personal y en agradecimiento le regaló un bolígrafo que todavía conserva en su labor diaria.

En la tarea de secretario municipal, Luis Prieto reconoce que no solo hay que conocer leyes sino también «hay que tener dos manos izquierda». Y entre las virtudes fundamentales para el desempeño del cargo: prudencia, neutralidad e independencia, hasta tal punto que cuando se celebran las elecciones locales, siempre ejercita su derecho al voto al Parlamento canario y al Cabildo, pero nunca lo hace a nivel municipal porque parte de la máxima que los concejales son los que eligen al alcalde, por designación indirecta de los vecinos. «Cuando me jubile, entonces votaré al candidato a la Alcaldía», cuenta con una sonrisa.

Ser funcionario le da ventaja cuando asegura que nunca ha recibido presiones desde que ingresó en la carrera, en 1989, hasta el punto que asegura que en su día a día remite los informes al alcalde con la firma, sin establecer consulta.

Para ser político valora más el sentido común y la prudencia que la formación académica

Luis Prieto recala en Santa Cruz de Tenerife en 2002 como Oficial Mayor del Ayuntamiento, en la época en la que era alcalde Miguel Zerolo, convirtiéndose así en la mano derecha del secretario municipal, José Eugenio de Zárate, a quien sustituyó en 2008 tras el correspondiente concurso de méritos. En sus 21 años de entrega a la capital, destaca la importancia que supuso el desarrollo de la Ley de Grandes Ciudades que se llevó a cabo en 2004 y que asemejaba la vida administrativa de Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, La Laguna y Telde a una Comunidad Autónoma, donde el pleno es el equivalente del parlamento; la junta de Gobierno, al consejo de Gobierno y el alcalde es el presidente... En su caso, pasaba de ser secretario municipal a secretario del Pleno. El objetivo fundamental: descentralizar la administración y dar voz a los vecinos con redistribución de los doce distritos de Santa Cruz en cinco, y cada uno con su consejo al que se denomina Tagoror, como concibieron el entonces concejal Guillermo Núñez, el letrado Carlos de la Concha y el propio Luis Prieto.

Más allá del asesoramiento legal, Luis Prieto asegura que los políticos «luego hacen lo que quieren», como corresponde a un cargo de estas características, siempre desde el asesoramiento y el respeto. Y recuerda que «los informes que emiten no son vinculantes». En sus 21 años en Santa Cruz, ha trabajado con tres alcalde: Miguel Zerolo, José Manuel Bermúdez –en dos etapas– y Patricia Hernández, con todos ha mantenido una cordial y respetuosa relación. Hace un alto en el camino cuando recuerda que Patricia Hernández perdió el bastón de mando por una moción de censura, un mecanismo legítimo para acceder al gobierno de forma traumática y que deja cicatrices, generando el desconcierto entre los funcionarios. En su caso, ha vivido dos mociones de censura: una en Güímar, con Vicenta Díaz, y otra en Santa Cruz de Tenerife.

En el día a día, afirma salir airoso en la relación con los grupos políticos de diferentes tendencias, desde la izquierda a la derecha, gobierne o esté en la oposición, advirtieron que la clave del éxito es la trasparencia, en la que Santa Cruz es líder en Canarias con una nota de un nueve, afirma.

Junto a la puesta en marcha de la Ley de Gran Ciudades, Luis Prieto muestra su especial satisfacción con la creación de la asesoría jurídica en Santa Cruz, en cumplimiento de la ley a partir de 2004. Hasta ese momento el Ayuntamiento acudía a contratar abogados externo para su defensa en contenciosos o a funcionarios de la Casa, a los que se les pagaba una gratificación.

Bajo la dirección de Luis Prieto se crea la asesoría jurídica en Santa Cruz. Hasta ese momento, el 80% de los pleitos los perdía el ayuntamiento, una tendencia que desde que se puso en funcionamiento el servicio bajo su dirección se ha invertido. «Cuando el ciudadano tiene razón, no tengo por qué ir a juicio, sino que tengo que actuar conforme a la ley». Bajo esa máxima, Luis Prieto cree que la Corporación local comenzó a ganarse también el resto de los jueves a sabiendas de que si el Ayuntamiento iba al litigio era porque tenía claro que le asistía el derecho. En la actualidad, Santa Cruz se enfrenta al año a unos trescientos contenciosos.

En sus 42 años como secretario asegura que «he visto más buenos alcaldes que malos», para añadir que «he visto muy buenos políticos y muy malos gestores». Eso sí, «es posible que haya concejales sobrecogedores, pero yo nunca los he visto; de haber tenido conocimiento, habría acudido a denunciarlo a la Justicia», sentencia.

Cuando se le plantea si los políticos deben de tener una formación académica mínima, admite que «todos vienen con ganas de trabajar». Respecto a la titulación, asegura que «te garantiza el conocimiento técnico», pero no otras condiciones fundamentales en el desempeño de esa labor como el sentido común y la prudencia para hacer las cosas bien, sin pasar por alto el respeto a la Ley, la ecuanimidad y la no discriminación como fija el artículo 14 de la Constitución española.

Ese respeto con todos los signos políticos preside también la relación con los tres representantes de Vox en el Ayuntamiento de Santa Cruz, con lo que mantiene un trato personal magnífico, al igual que el resto de miembros de esta y anteriores Corporaciones. 

Tres premisas cree que marcarán el nuevo mandato municipal, que vendrá acompañado de más estabilidad, ideas claras y planificar a largo plazo una ciudad de la que nuestros hijos se puedan sentir tan orgullos como el propio Luis Prieto se siente ahora.

De sus 42 años en la administración, los últimos 20 los ha compaginado por vocación con su condición de profesor de la Universidad de La Laguna. «Aunque la docencia está muy mal pagada, el trato con los alumnos es muy gratificante», hasta el punto de que lo considera la mejor recompensa tal vez porque ha sido en numerosas ocasiones padrinos de las promociones que han salido de la ULL.

Y otra máxima. «Todo lo que he aprendido en el ayuntamiento lo aplicado en las clases». De cara al futuro, consejos para quien sea su sucesor como secretario: neutralidad política y lealtad institucional. Tienes que ser como un árbitro en un partido; cuando menos se vea, mejor». Sin duda, reconoce que le ha sido más difícil lidiar con los políticos que con los alumnos».

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