Texenery Moreno, Ángel Ramos y Juanjo Coello comenzaron de mascota en grupos y hoy transmiten la tradición de los actos patronales y las carnestolendas a nuevas las generaciones.

La plaza de la Candelaria acoge esta noche, desde las 21:00 horas, la gala de las Fiestas de Mayo, que no solo son los actos patronales que rememoran la fundación de Santa Cruz el 3 de mayo de 1494 sino que son una demostración de la implicación de los vecinos, que han transmitido de generación en generación los valores por cuidar la tradición de un pueblo.

Detrás de las 35 candidatas que optan esta noche a suceder a Andrea Fernández, la única reina de las Fiestas de Mayo que ha mantenido tres años el cetro, se descubre la ilusión de las madres que, como en el caso de Lizett Ramos –mascota, componente y ahora directora de Carricitos– anhelaron con ver a su hija sobre el escenario con el traje de maga. Ahí está su padre, Ángel Ramos, para cumplir ese sueño y dedicarlo al cielo.

La frase hecha en boca de políticos cuando destacan que el Carnaval es el mayor movimiento de participación ciudadana tiene rostros y años de tradición, gracias a la fidelidad y el empeño de personas como el recordado Esteban Reyes, uno de los pioneros del concurso de comidas típicas que arrancó hace 44 años, y que un año después continuó Angelita González Ledesma, fundadora a la postre de la murga infantil El Cabito, y referente en la participación ciudadana del barrio de El Cabo, incluso cuando en la época más baja de la rondalla de Faustino Torres fue un valor destacado para que fuera realidad y no se perdiera, sin olvidar su entrega en Los Caberos.

El buen gusto, las mañas y el arte lo heredó de su tía Ángel Ramos, que a sus 51 años recuerda sus inicios en el Carnaval con El Cabito para luego independizarse y fundar Carricitos, colectivo de la cantera que hoy dirige su hija Lizett y que el próximo año celebrará treinta años. También a Angelito se le debe el origen de la adulta Trabachines, que con el paso de los años se convirtió en Trabas y ahora es Trabachones y que si sorprendía con disfraces que parecían imposibles, como motos de Correos o camiones de bomberos, no se queda atrás con su colección de trajes típicos: más de 200. Del 27 de mayo al 7 de junio expondrá una parte en Granadilla. Santa Cruz le debe a Ángel Ramos la organización y dirección de la primera gala infantil de mayo, en 2016 –en la que resultó elegida Carlota Benítez Ramos–, justo el año antes de que se eligieran la romera y el romero infantil, lo que supuso la desaparición desde 2017 de los concursos de trajes típicos que protagonizaban los más pequeños de la casa, tanto a nivel individual como por grupos.

Atrás quedó la primera vez que presentó un grupo, en 1989, cuando el concurso se celebró en el parque Viera y Clavijo.

Del Viera y Clavijo a La Salud

En el local de la murga infantil Guachipanduzy trabajan codo con codo también los presidente de la sociedad, Juanjo Coello y su esposa Carolina Padrón, los anfitriones, acostumbrados a hacer hueco entre los trajes típicos cuando llegan los ensayos de la murga infantil que celebra 31 años, a la que dirige Víctor Asensio. Sus hijas, Raquel y Lara, llevan mayo y Carnaval en la sangre. La primogénita –mascota y componente de Guachi y luego en las filas de Triquikonas– nació en noviembre y ya en febrero estaba en el escenario en cochito. Y como se quedó con ganas de Carnaval, fundó la agrupación coreográfica Funkyguachi, junto a Mónica. Algo similar le ocurre a su hermana, Lara, componente y directora de Guachi que le cede este año la dirección porque está embarcada en prácticas de Náutica este junio de Carnaval. Heredan la pasión por la fiesta de su padre, Juanjo Coello, quien militó en Rebeldones para luego ser durante cinco años director de El Cabito y fundar Guachipanduzy. Aunque su esposa, Carolina Padrón, venía del mundo del deporte –jugadora de Balonmano (él fue también de Baloncesto), luego árbitro nacional y presidenta de la federación–, juntos declararon también su amor al Carnaval que se materializa no solo en sus hijas sino en su otra familia: Guachi.

Otro soportal de Fiestas de Mayo, sinónimo también de Carnaval: Texenery Moreno. Sus padres, Poli Moreno (que ayudó a Justo Gutiérrez) y Cane Pérez, militaron en la agrupación musical Gavilanes hasta que fueron cofundadores de la comparsa Tabajaras, en 1984, para al año siguiente incorporarse a Cariocas, hasta 1989. Nacida en 1980, con diez años ya Laly Sierra, presidenta de la agrupación Chaxiraxi la presentó a reina infantil del Carnaval; en 1991 saldría como mascota en Zorroklocas y continuaría como componentes hasta que se transformó la murga que ensayó en El Recreo en Supernovas, para sumarse desde 1997 a las filas de la agrupación musical Chaxiraxi. pasión que combina desde 2009 con su condición de componente de la comparsa Los Cariocas, a lo que suma que desde 2018 presenta también candidatas a reinas en Mayo.

Y no se queda solo en el escenario de las galas adultas e infantiles, sino que Carolina Padrón es una incondicional, con sus Guachi, del concurso de comidas típicas.

Esta noche, Texe presenta tres trajes, igual que Carolina y Ramón Rodríguez, y también se dejará notar su mano y buen hacer en la elección de romeros del sábado, en la que participa Ángel Ramos con tres niñas –una de ellas la soberana de la última edición–, más tres niños de los cinco que desfilarán. Son los referentes de una generación que ha mamado tradición y Carnaval, un testigo que mima de cara al futuro.