Opinión

¿La España de todos?

Archivo - Luis de la Fuente, seleccionador nacional, durante una rueda de prensa

Archivo - Luis de la Fuente, seleccionador nacional, durante una rueda de prensa / Guillermo Martinez / Afp7 / Europa Press - Archivo

No saben qué significa la selección. Creen que han llegado para quedarse, para perpetuarse en el cargo, para hacer de la Federación su cortijo particular. No piensan en el futuro, se trata de ganar y de hacerlo ya. Es cierto que en España la selección no se vive como en Argentina o Brasil, donde el combinado nacional es casi una religión, pero lo ocurrido aquí con Brahim sería imposible en otros lugares donde el seleccionador ya estaría en la calle por su dejadez y egoísmo. Cuando le ha interesado, se ha movido (él u otras personas de la Federación) para que otros jugadores sean ‘parte’ de la selección española. Con Brahim, nada. Cero cariño. Seguramente, no le interesaba, pero que lo diga claramente. No le gusta el futbolista lo suficiente y punto. Pero, claro, hay un problema: De la Fuente podría ser cesado si no hacemos un buen papel en la Eurocopa. Entonces, ¿qué pasaría? Brahim, que tiene 24 años, un gran margen de crecimiento y muchos años de fútbol por delante, ya no será una opción para el próximo seleccionador. La gestión de un futbolista potencialmente internacional ha sido nefasta. Le han dejado escapar. Que se lo hagan mirar, pero el problema es que no hay nadie al frente de la nave. El presidente de la Federación quiere mantenerse en el cargo por inacción, pasando desapercibido. A ver si nadie se da cuenta de que está ahí y puede seguir en el sillón presidencial.

Madrid y el resto

 Me llamó la atención lo que dijo el otro día De la Fuente en rueda de prensa. Eso de que “en Madrid nos creemos el centro de todo” buscaba el aplauso de la España periférica y mandaba un mensaje contra el supuesto poder de Madrid. Lo sacó para reforzar su postura en el caso Brahim, pero eso no hace más que demostrar que lo de unir no va con él. El divide y vencerás suena a estrategia de tiempos pasados, de victimismo tras los palos que está recibiendo por dejar escapar a Brahim o por el ostracismo de Sergio Ramos, otro asunto espinoso para el seleccionador. El central del Sevilla está completando una gran temporada en su regreso a la Liga. Titular indiscutible, buen rendimiento y sin problemas físicos, De la Fuente no lo lleva porque le haría sombra en el vestuario y, supuestamente, por la edad, pero en cambio convoca a Jesús Navas, que es de su quinta. En fin.

El futuro

 Son algunas incongruencias de un seleccionador que aplaudía a Rubiales cuando anunció que no dimitía y a las horas se bajó del barco cuando observó el jardín en el que se había metido. Está claro, Luis es un superviviente de manual que ve en la selección su gran oportunidad para reivindicarse. Está en su derecho, claro. Puede aprovechar el momento para lucirse y tomar decisiones en contra de la lógica, pero creo que su actitud no ayuda a que nos emocionémos con la selección. Con ese equipo que debería ser de todos pero que hace tiempo que se ha convertido en el asunto de unos cuantos. Seguro que algún día llegará alguien con voluntad de ilusionar, un equipo que transmita pasión por jugar con España y un seleccionador que entienda que representa a un país con muchas sensibilidades y que todas deberían caber en una camiseta roja con franjas amarillas. Seguro que es demasiado pedir…