Opinión

Una gala del montón

Un momento de la coronación de la Reina del Carnaval de Santa Cruz.

Un momento de la coronación de la Reina del Carnaval de Santa Cruz. / Andrés Gutiérrez

¡Que paliza me dieron anoche en mi Cantina! Hubo un momento en el que me asomé al fondo a ver si es que estaba cantando Juan Luis Guerra porque hubiese jurado que, en mi negocio, había más de cuatrocientas mil personas. Acabé con mi cabeza como el bombo de la FUFA, entre la escandalera, y la tabarra que me dio Miguelito el Chola hablándome de la gala del miércoles pasado.

El Chola, apasionado en sus opiniones, me llegó a asegurar que incluso quiso esperar al director en la puerta para pedirle explicaciones; una exageración. Lo malo es que su criterio coincide con el de muchos de mis clientes que piensan que, la de este año, no será una gala que recordaremos en el futuro; no se si el problema es que teníamos las expectativas muy altas o es que somos muy exigentes pero, como dice el Chola, a la Gala le quitas a Aaron... y se queda en nada. Por momentos dio la sensación de que Jep Meléndez no le puso el cariño que el espectáculo merece, un evento en el que lo que destacó fue el gran nivel que nos ofrecieron los diseñadores en sus fantasías y el rap del humorista en la obertura en el que, cual retahíla bambona, nombró a todos y cada uno de los más de cien grupos que hacen nuestra fiesta.

Actuaciones conjuntas que para nada mejoraron a aquellas a las que estamos acostumbrados, comparsas sin parrandas, excesos de diálogos, una drag sin sentido, una Mónica Naranjo que no se sabía la letra de sus canciones o una actuación conjunta de murgas que parecía haber sido preparada media hora antes... vamos, que de no ser por el alto nivel de los trajes, El Chola estaría hablando de una gala del montón.