Opinión | Análisis

Amós García Rojas

La gripe, ¿un déjà vu?

Ante los problemas de salud, no parece razonable que se ofrezcan discursos políticos diferentes

Eso crea dudas en la ciudadanía y hunde el discurso científico

Un sanitario revisa una lista para llamar a consulta a un paciente.

Un sanitario revisa una lista para llamar a consulta a un paciente. / María Pisaca

El gran Cole Porter lo escenificó de manera magistral y sublime: Begin the beguine y es que efectivamente, con la gripe se trata de eso: «Volver a empezar», aunque en este caso, alejado de la armonía del tema de Porter. Y si, para muchos todo esto es un déjà vu. Y no, no hay porqué caer en el miedo, en la alarma, Lo lógico, lo racional, lo sensato es situarnos en el contexto de la alerta. Más que preocuparnos, ocuparnos.

Lo primero: ¿Qué está pasando con las infecciones respiratorias agudas? Hay que explicar que todos estos virus compiten entre sí. Durante la pandemia había uno predominante, el SarsCov2, el responsable de la covid 19. Y es que claro, circulaba muchísimo porque estábamos en, eso, pandemia. Es por lo que en ese ejercicio de competencia con otros procesos similares, prácticamente yuguló la presencia de gripe, etc. Además la mascarilla, uno de los elementos fundamentales en la lucha contra la covid 19, también tenía impacto sobre estos otros microrganismos.

Lo segundo: ¿Y el escenario?: Pues ya no tenemos mascarilla, y además el Sars-Cov-2 ya no es predominante, porque lo hemos ido domesticando con las vacunas, ergo el resto de los microorganismos respiratorios vuelve a recuperar el espacio perdido. Y con muchas ganas. Además, el no haber tenido apenas presencia de éstos durante la pandemia, ha supuesto que se pierda ese recuerdo derivado del contacto natural con los mismos. Y la vacunación. La campaña para la presente temporada ha tenido, hasta el momento, una cobertura más baja que en otras ocasiones. Este hecho ha venido, sin duda, condicionado por la pandemia, que une a una situación de perplejidad, confusión y temor de sectores amplios de la ciudadanía, los mitos existentes desde hace mucho tiempo, sobre esta vacuna. El hastío, la disminución de la percepción de riesgo al pensar que una vez superada la fase más terrible de la covid, ya todo el pescado está vendido, son elementos que claramente han influido en esa bajada de cobertura.

Lo tercero: ¿ Y cuáles pueden ser los riesgos? Los procesos gripales que estamos teniendo, no difieren mucho de los que teníamos antes de la pandemia. Eso sí, hay que sumarles los covid y demás. Además, están los miedos. ¿Y cómo no vamos a tener miedo? Venimos de una situación de emergencia sanitaria terrible que será imposible olvidar. Y seguimos con un sistema sanitario en el que los profesionales están agotados y desalentados. Un sistema que se satura, y nos satura. Y algo tremendo, unos partidos políticos que politizan hasta el uso de la mascarilla. Ante los problemas de salud, no parece razonable que se ofrezcan discursos políticos diferentes. Eso crea dudas en la ciudadanía, desapego y hunde el discurso científico y profesional.

Lo cuarto: ¿Y el futuro? Pues ojalá vaya acompañado de lo que aprendimos durante la pandemia: Que el sistema sanitario no debe ser objeto de recortes, sino de atención y apoyo. Que hay que potenciar las estructura de salud pública y de atención primaria. Que hay que cuidar a sus profesionales. Que hay que recordar que siempre es importante vacunarse contra la gripe. Uno de los colectivos vulnerables a sufrir complicaciones por padecer esta enfermedad, son los mayores de 60 a 65 años. En este grupo las coberturas vacunales que se consiguen habitualmente oscilan entre un 53 a un 57%. Con estos resultados, todos los años tenemos, complicaciones, hospitalizaciones, UCI’s y fallecimientos por gripe o sus complicaciones. Si a este escenario le sumamos las complicaciones, hospitalizaciones, UCI’s y fallecimientos derivados del Sars-Cov-2, el panorama se complica. Además, se sometería a un riguroso estrés al sistema sanitario y crearía situaciones de saturación. Y esperemos que se entienda que por mucho que nos vaya la crispación como estrategia, es necesario que el debate político en relación a la salud sea coherente, consensuado y adaptado al conocimiento científico.

Dentro de poco no estaremos hablando de esto. Ojalá no olvidemos que en el próximo invierno se volverá a producir una situación similar, cuyo impacto va a depender, a todos los efectos, de que nos tomemos en serio las enseñanzas de ese gran drama que fue la pandemia. Y ojalá que cuando hablemos de déjà vu nos estemos refiriendo a ese gran disco de Crosby, Stills, Nash y también Young, y no a otra cosa.