Opinión | La cantina ilegal

Chiquito Carnaval

Antonio Rivero

Antonio Rivero / E. D.

Como suele ocurrir cada domingo, el de ayer fue un día relativamente tranquilo en mi Cantina, tanto fue así que tuve la oportunidad de echar una buena conversa con mi amigo Julian, carnavalero de antaño, de esos que muchos catalogamos como un romántico del carnaval. Venía el hombre un poco embajonado ya que le acababan de comunicar el fallecimiento del amigo Antonio Rivero, más conocido como el Chiquito del Carnaval, un clásico entre los personajes que se vio obligado a abandonar nuestra fiesta por una terrible enfermedad.

Hablamos de Chiquito, de sus chistes, de sus bromas, de su amor por el carnaval, del cariño que profesaba, tanto dentro de su colectivo, como del público en general. Julián y yo, en un momento de nostalgia profunda, comentamos el año aciago que llevamos en el que nos han dejado Sergio García, Geni Afonso, Juan Galarza, Lali Sierra, El Pana, Angelita González o Luís Dávila y, para colmo de males, empezamos este año con la partida de Chiquito, que subió en búsqueda del Vadita, Miss Peggy, Tom Carby, Doña Croqueta o Pedro Gómez Cuenca. Los años van pasando y es ley de vida que nuestra fiesta por excelencia se vaya vaciando de todos aquellos nombres de personas que la han hecho grande y que ya no están entre nosotros. El Suspi, El Cotena, Borja Reyes, Enrique González, Jackie Romero, Esteban Reyes, Manolo Expósito, Jesús Fariña y un largo e interminable etcétera de referentes que, de seguir así, conseguirán que el Carnaval del cielo reciba muy pronto el título de Fiestas de Interés Turístico Internacional. Seguro que Opelio Rodríguez Peña se encargará de promover tal nombramiento. Tanto fue nuestro anhelo por el viejo Carnaval que, con una cuarta en la mano brindamos, mirando con profunda admiración hacia arriba, diciendo: ¡Chiquito Carnaval!