Opinión

DeSantis supera incluso a Trump por la derecha

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump / Europa Press/Contacto/Kyle Mazza

Creíamos algunos que por el Partido Republicano de Estados Unidos no podría presentarse a las próximas presidenciales nadie que estuviera a la derecha de Donald Trump, pero nos equivocamos.

Pues eso es lo que ha ocurrido con el que parece el rival más serio del expresidente en la carrera del próximo año a la Casa Blanca: el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis.

Trump, dado a poner motes despectivos a todos sus rivales, ya sean republicanos o demócratas, le ha puesto el de Sanctimonius (en inglés: mojigato).

Actual gobernador de Florida, DeSantis, de 44 años, es ciertamente menos ególatra que Trump, quien ha cumplido ya los ochenta, pero le gana claramente en homofobia y racismo.

Si Trump comenzó la construcción de un muro para cerrar el paso a las decenas de gentes de piel más oscura que tratan de cruzar la frontera con México en busca de una vida mejor, DeSantis le critica por haberlo dejado a medias.

Trump acusa a su vez al gobernador de Florida de traidor por haber osado presentar su candidatura y así se lo hace saber a través de internet a sus millones de incondicionales.

DeSantis no es, sin embargo, el único republicano con ambiciones presidenciales, sino que hay otros posibles.

Se rumorean nombres como el de su exvicepresidente Mike Pence o la que fue embajadora ante la Casa Blanca, Nikki Haley, Pero DeSantis los supera a todos esos posibles rivales en popularidad aunque él mismo esté de momento en todas las encuestas muy por debajo de Trump.

El gobernador de Florida, que estudió en la prestigiosa universidad de Yale, se presenta a los ciudadanos como alguien práctico, capaz de dinamizar la economía y resolver los problemas que puedan surgir como hizo para reparar los destrozos causados por el último huracán que azotó su Estado.

Al mismo tiempo, es el azote de los liberales no sólo en su actitud claramente racista de rechazo de la inmigración, sino también de la ideología woke de la llamada izquierda identitaria.

Ya en su campaña de reelección al gobierno de Florida, DeSantis destacó por sus ataques a todo lo que sonara a izquierda tanto en las escuelas como en las universidades o las bibliotecas públicas.

Una ley por él aprobada bajo el nombre de Stop Woke (Paremos lo Woke) prohíbe debatir en las escuelas asuntos como el racismo, la opresión, la desigualdad económica o cualquier tema relacionado con la llamada «identidad de género».

Incluso la empresa Disney, que gestiona varios parques de atracciones en Orlando, protestó contra esa ley, lo que permitió a DeSantis presentarse como el paladín de la lucha contra un «capitalismo woke», que se dedica a hacer declaraciones «políticamente correctas» en lugar de fabricar cosas que se necesitan.

Al igual que Trump, DeSantis ha buscado el apoyo de grupos archiconservadores y muy influyentes del cristianismo evangélico, a los que ha logrado atraer con sus posiciones radicalmente antiabortistas, asunto éste por el que Trump ha preferido pasar de largo para no asustar demasiado a sus votantes.

La única posibilidad que parece tener el gobernador de Florida de derrotar a Trump, al menos que cambien mucho las cosas, es que el resto de los potenciales aspirantes a la carrera republicana a la Casa Blanca se pongan cuanto antes de acuerdo en un candidato común frente al segundo. Pero parece de momento difícil.

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