Opinión

Maite F. Valderas

Marca Mujer

Mujer pensativa durante las fiestas de Navidad

Mujer pensativa durante las fiestas de Navidad / I have to think it out

Marca Mujer, MM; es sentirse satisfecha de ser mujer; la Marca Mujer es un privilegio. Me encanta sentir todo ese valor que desprendemos y aportamos a otras personas, a la sociedad en general y quizás a la política en particular.

Y digo quizás porque el papel de la mujer en la política se ha llenado de emocionalidad, minimizando la profesionalización. Me gusta que me valoren por lo que soy y represento, más que por el estigma de cierto simplismo que, en algunas ocasiones, nos llevan o pueden forzarnos a liderar. El concepto de sentirse mujer es plural, amplio y no sexista. Realmente, defender el futuro y el presente de la mujer desde una determinada corriente o ideología en exclusiva solo esclaviza a la mujer y la posiciona detrás de unas siglas o estilos partidistas; que, además, te pueden vincular como identitarios o no.

Eduquemos e informemos muchísimo más de lo que actualmente hacemos desde las instituciones públicas. Tenemos que aprender a distinguir la manipulación, el abuso, «ese valor de machismo caduco», el no progreso, la falta de promoción (impulsada en ocasiones por otras mujeres), el equilibrio y el amor propio; para distinguir enfermedades de índole emocional que nos puedan destruir desde amistades a parejas desde familias a entornos laborales.

No es suficiente contar con medios o centros de acogida; por ejemplo, es necesario preocuparnos por un sistema que funcione y sea atractivo para que la toma de decisión no sea un camino difícil. Y, por supuesto, hacer los sistemas de servicios y amparo propios. Es valorar infinidad de variables situacionales, factores judiciales y psicológicos; en muchísimas ocasiones, se sufre y se evitan las rupturas para no dejar al desamparo a nuestros hijos e hijas.

Vayamos mucho más allá, y generemos un sistema de oportunidades reales y a favor de la mujer por su propia condición no sexista, sino genética. La función de desarrollar, potenciar e incrementar la sociedad es nuestra, y para ello el sistema tiene que impulsar ayudas específicas y concretas; excedencias especiales y prolongadas, sistemas de incentivos diferenciados para las empresas, tramos diferenciados de jubilación, jornadas diferenciadas, potenciar los puestos dentro de las administraciones públicas (por razón de conciliación), y un sinfín de cambios estructurales mucho más sustanciales que un cambio gramatical de conceptos.

Liderazgo Femenino; mucho más que feminismo.

Muchos varones fomentan el liderazgo femenino en las empresas y nos llenan de oportunidades; contribuyen a mejorar nuestras vidas y sus criterios son meramente ejecutivos. Podríamos contar muchas historias y anécdotas, incluso trasladar las experiencias y vivencias en las Direcciones femeninas sobre los criterios de trato a otras mujeres, valores aplicados y un etcétera de vicisitudes. A nivel internacional, tengo la fortuna de poder colaborar regularmente con el Observatorio Mundial de Mujeres Políticas, y es muy interesante la repetición y sucesión de valores diversos con relación al trato a la mujer.

La mujer no le pertenece a nadie, solo a sí misma. La independencia es un concepto a desarrollar desde edades tempranas; por eso, es un deber potenciar la protección desde el ámbito escolar porque ahí, ya desde la infancia, se inician muchos procesos de desprotección que marcarán un futuro de desequilibrio y malestar. Seamos exigentes durante el camino que desarrolla la mujer y todo lo que se encuentra en su hoja de ruta.

Abordar el concepto de seguridad vs inseguridad es fundamental y nos llevará a una sociedad más justa; las medidas que se aplican no son las que en justicia correspondería, y eso nos debilita y nos frena para enfrentarnos a sistemas que sentimos débiles. Sin ir más lejos, a estos cambios legales de última hora que solo nos desprotegen más. Es sencillo diseñar una campaña publicitaria con cuatro elementos para comunicar y manejar fácilmente a la ciudadanía; lo complicado es diseñar un sistema de desarrollo real para la vida de la mujer; evitemos caer en la paridad simplista y vayamos a lo realmente importante. La paridad simplista puede proyectar la falsa imagen de que se ha conseguido lo importante, y entonces se deje de luchar por ello.

Sustituyamos ese concepto feminista y dirijámonos al liderazgo femenino, eso que sí supone identidad y diferenciación. No queremos ser como los hombres, varones o como cada uno quiera denominarlo, porque terminaremos perdiéndonos por el camino; no se trata de comparaciones, se trata de Marca, de diferenciación y reconocimiento de nuestra realidad; es una cuestión de potenciar todo lo bueno y real. Y yo, como mujer, quiero a las más preparadas, profesionales y equilibradas en los mejores puestos, porque esas acciones nos darán valor real, autoconcepto, visión y futuro. Por encima de la paridad, está la autenticidad.

No es lo que decimos, es lo que hacemos, repetido una y otra vez… En la política, en la elaboración de listas se suele caer en criterios simplistas con respecto a la percepción ejecutiva y directiva de la mujer, que nos aleja de ese objetivo, de poner a las mejores en lo mejor. Cuidémoslo y preguntémonos qué valor está ponderando con más fuerza nuestra decisión.

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