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Jorge Bethencourt

EL RECORTE

Jorge Bethencourt

Conejillos de indias

Les voy a contar un caso muy, muy cercano. Una persona que se pone la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus y a los cuatro días sufre una hipoacusia súbita severa. Dicho en cristiano: se queda sorda como una tapia de un oído. ¿Causa? Nadie se lo puede explicar pero más de un médico le dice –cuando pregunta– que no se puede descartar que haya sido efecto de la vacuna.

El lunes de esta semana, se celebró en el Parlamento Europeo una comisión especial para el análisis de la compra de las vacunas contra el Covid-19 en el Parlamento Europeo. En la sesión intervinieron distintos representantes de compañías farmacéuticas a las que se compraron millones de viales por miles de millones de euros.

La sesión se convirtió en un tiroteo en el que los eurodiputados preguntaban y las farmacéuticas escurrían el bulto. Muchas preguntas aludieron a la falta de transparencia de los contratos millonarios firmados con las empresas. Pero hubo una intervención muy destacada; la del eurodiputado holandés Robert Roos, del Grupo de los Conservadores Reformistas Europeos. Gracias a una de sus preguntas se puede tener la razonable sospecha de que las vacunas nunca fueron testadas para comprobar su capacidad de evitar o frenar la transmisión del virus.

Una de las directoras de Pfizer, titubeante, vino a admitir que la vacuna nunca había sido testada para frenar la transmisión del virus. Eso implica un montón de cosas. Una de ellas que el Pasaporte Covid fue una tomadura de pelo y un fraude. «El Pasaporte Covid ha permitido una discriminación institucional masiva, haciendo que la gente perdiera acceso a ámbitos esenciales de la sociedad. Me parece que esto es chocante, incluso criminal», aseguró el diputado.

«¿Fue la vacuna de Pfizer contra el Covid testada para frenar la transmisión del virus antes de ser lanzada al mercado?» fue la pregunta directa lanzada por el eurodiputado. Y la respuesta de la señora Small, directiva de Pfizer, fue de todo menos clara: «Respecto a la pregunta sobre lo que nosotros sabíamos sobre la paralización-inmunización antes de lanzar las vacunas al mercado, no… haha. Esto, emmm, ya sabe usted, tenemos que movernos a la velocidad de la ciencia para entender realmente cómo funciona el mercado».

Contratos opacos. Información confusa. Y Gobiernos que presionaron a los ciudadanos para que se vacunaran, llamando antisociales a quienes se negaban a ser conejillos de indias. Incluso los que se quedaron sordos después de vacunarse empiezan a escuchar el ruido de un monumental engaño.

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