Se abre el ciclo electoral

Sánchez y Feijóo, a la espera de Galicia para abrir una nueva fase en la legislatura

El examen previsto de los liderazgos este 18F ha pasado a ser una prueba de mayor dimensión: para Feijóo prácticamente en un plebiscito, mientras que Sánchez se expone al primer revés en las urnas por sus alianzas con los independentistas a pesar del incendio político provocado por el PP

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo justo después de que el Congreso invistiera al socialista el pasado noviembre.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo justo después de que el Congreso invistiera al socialista el pasado noviembre. / Javier Lizón

Paloma Esteban / Iván Gil

Aunque son unas elecciones autonómicas siempre estuvo claro que en Galicia se haría el primer examen del panorama político nacional. Las alianzas de Pedro Sánchez, la negociación para una ley de amnistía que sigue encallada y la fuerte oposición desplegada por el PP en las calles y las instituciones, han terminado convirtiendo la cita de este domingo en una especie de plebiscito sobre los dos grandes líderes y sus hojas de ruta. En el caso de Alberto Núñez Feijóo, prácticamente sobre su liderazgo y su capacidad para seguir al frente del PP. Y el socialista, que ya aspira solo a completar la ecuación con un BNG al alza, se expone al primer revés en las urnas como respuesta a su estrategia, según han informado a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica.

Lo que ocurra este 18 de febrero en Galicia puede abrir una nueva fase en la legislatura. Los resultados determinarán si de forma brusca o no. Feijóo y Sánchez buscan esquivar el golpe del contrario. El PP siempre planteó una nacionalización de la campaña a pesar del ecosistema propio gallego para rentabilizar esa oposición a los pactos del presidente y los independentistas. El PSOE acabó sumándose a esta estrategia, convencido de que lograría movilizar más a los suyos si se votaba en clave de generales en vez de autonómicas. Después del titubeo con los indultos provocado por Feijóo, profundizó en la nacionalización de la campaña para intentar revertir el desgaste y trasladarlo al PP.

El líder conservador, que siempre llevará consigo el trauma de haber ganado las elecciones generales y no haber podido gobernar, necesita un éxito en las primeras elecciones tras la investidura de Sánchez. Ese era el objetivo cuando Génova animó a Alfonso Rueda a adelantar la cita lo máximo posible y forzar un pronunciamiento de los ciudadanos con el nuevo año. Por eso, el incendio político provocado por el líder nacional, hablando públicamente de indultos condicionados y aceptando que llegó a estudiar la amnistía exigida por Junts durante 24 horas, ha impactado tanto internamente en el partido.

En la dirección nacional siguen pensando que Alfonso Rueda conservará la Xunta, aunque los números serán más justos de lo que nunca llegaron a pensar en esta cita. Y también en el partido celebran -aunque suene paradójico- que Galicia es más ajena al panorama nacional y que, por eso mismo, este tropiezo que en otras comunidades habría anticipado un vuelco seguro o, como mínimo, una reactivación de Vox, puede afectar menos en el resultado del 18F. Para los socialistas, más allá del debate de fondo de la amnistía, que dudan de su efecto, lo que sí calaría serían las formas. “Cuando se detecta la mentira no se perdona”, subrayan fuentes de la dirección tras cambiar el guion de su campaña poniendo el foco en lo que denominan “la gran hipocresía” del líder de los populares.

Lo que está en juego

La posibilidad de que la izquierda arrebatara al PP tras 15 años de gobiernos autonómicos la Xunta abriría un escenario muy incierto para Feijóo y para el partido. Ese golpe sí podría ser definitivo para el líder conservador, por mucho que el PSOE de Galicia coseche el peor resultado que ha tenido nunca. Sánchez podría exhibir un fracaso de los populares aunque fuera gracias a la candidata del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Ana Pontón.

La prioridad del PSOE, independientemente de sus resultados, es quebrar la hegemonía del PP y empujar un vuelco electoral. Un gobierno progresista que lideraría Pontón, pero que defienden para remar en la misma dirección que el Ejecutivo central. Si se produce este cambio, consideran que impugnarán el discurso del desgaste electoral por los pactos de investidura con los independentistas. Una forma de ratificar su hoja de ruta y desautorizar la de los populares. Tanto es así que su apuesta por el cambio, aun siendo la fuerza subalterna en un gobierno de coalición con los nacionalistas gallegos, lo es también por socavar el liderazgo de Feijóo. En Ferraz apuntan que sería “el gran derrotado” y que si pierde su feudo en Galicia quedará en entredicho su liderazgo. Caza mayor para cambiar de fase la legislatura y afrontar con mayores garantías el ciclo electoral que continuará con las vascas, en el segundo trimestre del año, y las europeas del próximo 9 de junio. 

Para los socialistas, este domingo tienen mucho que ganar y poco que perder. Parten como tercera fuerza frente a un BNG que ha liderado la oposición esta última legislatura. Un vuelco electoral les permitiría volver a la Xunta quince años después y recuperarse orgánicamente desde las instituciones, tras lograr que la candidatura de José Ramón Gómez Besteiro volviese a unir a una federación gallega abonada a las batallas cainitas. El PSOE aprovecharía este cambio para blindarse frente un Feijóo tocado y el presagio de turbulencias internas porque, según vaticinan desde la dirección, para su continuidad “no puede permitirse perder ese feudo”.

Por contra, retener la Xunta sería para el PP un balón de oxígeno que la mayoría de dirigentes de peso sigue situando “en el escenario de lo probable”, explican. Después de días tan complicados, todo el partido necesita una victoria autonómica en Galicia. Sería la única manera de mantener vivo el relato de la oposición hecha hasta ahora contra Sánchez, continúan dirigentes populares, aunque tocará reconstruir la credibilidad de buena parte del discurso por el caos que generó Feijóo con el debate sobre la amnistía y los indultos. “Lo único que importa ahora es este domingo. Y luego ya veremos”, resumen en el cuartel general popular, sin dejar de mirar cómo quedaría la izquierda en este otro escenario: "El PSOE en barrena y Yolanda Díaz, hundida en su tierra", zanjan.