Debate de investidura

Sánchez arranca un incierto mandato marcado por la dependencia de ERC y Junts

Nombrado gracias al apoyo de 179 escaños, en primera votación y por mayoría absoluta, Sánchez vuelve a entrar en la dimensión desconocida

Pedro Sánchez es investido presidente del Gobierno.

Pedro Sánchez es investido presidente del Gobierno.

Juan Ruiz Sierra

Pedro Sánchez, un dirigente que fue expulsado del liderazgo de su partido y después lo recuperó cuando lo tenía todo en contra, ha sido reelegido este jueves presidente del Gobierno por tercera vez consecutiva. El secretario general del PSOE ha pisado terreno inexplorado en todas estas ocasiones. En 2018, se convirtió en el primer dirigente en llegar a la Moncloa a través de una moción de censura. En 2020, fue el primero desde la restauración de la democracia en formar un Ejecutivo de coalición. Ahora ha sido el primero, de nuevo, en lograr la investidura tras quedar segundo en las elecciones generales.

Nombrado gracias al apoyo de 179 escaños, en primera votación y por mayoría absoluta, Sánchez vuelve a entrar en la dimensión desconocida. El presidente del Gobierno insiste en que existe en el Congreso una “mayoría progresista” y la legislatura durará “cuatro años”. Lo primero es muy discutible y lo segundo un mero deseo. A diferencia del mandato anterior, los diputados de izquierdas no alcanzan la mitad del hemiciclo, con Junts per Catalunya y el PNV dentro del bloque de investidura. Pero la principal dificultad en el nuevo escenario no es esa, reconocen los colaboradores de Sánchez, sino la continua dependencia de las formaciones independentistas en las votaciones en la Cámara baja. 

La competición permanente

Todo pasará en todas las votaciones por ERC y Junts, dos partidos en competición permanente, que se miran de reojo y suelen decidir su postura en función de la que toma el otro. Las negociaciones del PSOE con ambos para la futura ley de amnistía han fructificado, provocando en su tramo final protestas pacíficas y violentas por parte de la ultraderecha y la ultraderecha. Pero no ha sido fácil. Hubo varios sustos y la firma conjunta de la norma se tornó imposible: los republicanos se echaron atrás en el último momento y los socialistas optaron por registrarla en solitario. 

Junts llegó a dejar en el aire el miércoles su apoyo a la investidura, tras escuchar el primer discurso de Sánchez, en el que justificó el carpetazo judicial al ‘procés’ como la vía "más segura" para mantener la “unidad” de España. Los siete diputados posconvergentes acabaron respaldando este jueves al presidente (junto a los del PSOE, Sumar, ERC, Bildu, el PNV, el BNG y Coalición Canaria, frente al rechazo del PP, Vox y UPN), pero no fue el mejor síntoma del inicio de la alianza. “No pruebe a tentar la suerte”, le advirtió Miriam Nogueras, la portavoz parlamentaria de Junts. En su réplica, el líder socialista aparcó el tono de su intervención inicial. “Tienen derecho a no renunciar a sus posiciones. Se abre ante nosotros una oportunidad histórica que debemos aprovechar”, le dijo. 

Con ERC, tras la experiencia de la legislatura pasada, los lazos del PSOE son mucho más estrechos y están mejor asentados, tras la experiencia de la legislatura pasada, pero Gabriel Rufián también lanzó a Sánchez un mensaje similar al de Nogueras. “No se la juegue”, le avisó. 

La incógnita de Podemos

En el camino del jefe del Ejecutivo también ha aparecido un nuevo y menos esperado obstáculo. Se encuentra en el interior la coalición. Muy molesto porque en principio ninguno de sus dirigentes será ministro en el nuevo Gobierno, Podemos se revolvió este jueves contra ese presunto “veto” por parte del PSOE y Sumar. “Aún hay tiempo de rectificar este error de enorme calado”, dijo su secretaria general y titular de Derechos Sociales en funciones, Ione Belarra, quien no descartó la posibilidad de que a partir de ahora los cinco diputados morados, que están dentro de la formación que lidera Yolanda Díaz, empiecen a ir por libre en las votaciones del Congreso. Es una posibilidad que llevan temiendo los socialistas desde las elecciones generales del 23 de julio.

Pero la coalición y sus aliados cuentan con un pegamento que puede ayudar a resolver toda esta incertidumbre. Lo que tienen enfrente, el PP y Vox, facilita el escenario. Es un tándem tóxico para el resto del Congreso. El líder socialista dedicó buena parte de su discurso inaugural a subrayar cuál era la alternativa, una “ola reaccionaria” que puede “acabar socavando la democracia”, y la tesis se volvió a repetir sin pausa este jueves, durante el debate con los partidos vascos, menos tenso que el del día anterior con los catalanes.

“Somos los independentistas y soberanistas quienes impedimos hoy que el bloque reaccionario llegue al poder. Que nadie lo olvide”, dijo Mertxe Aizpurua, de Bildu. Aitor Esteban, del PNV, acusó a las formaciones de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal de “querer imponer en las calles lo que no se ha conseguido en las urnas” y acabó concluyendo: “Nadie dice que la tarea de Gobierno vaya a ser sencilla en la coyuntura en que nos encontramos, pero no es imposible”.

Las "falsedades"

Ante este complejo panorama, Sánchez aprovechó su último turno para agradecer a los mandos socialistas su apoyo durante estos meses, marcados por la inquietud ante el riesgo de repetición electoral, la opacidad de las negociaciones con el independentismo catalán y lo virulentos ataques de la derecha. “El proceso que nos ha traído hasta este día no ha sido fácil. Tampoco lo ha sido para mí. Es difícil mantener la calma cuando nos hacen las más graves acusaciones y oímos falsedades de toda guisa contra nosotros (...) Cuando incrementemos las partidas de becas, subamos el salario mínimo, aprobemos medidas a favor del planeta y desarrollemos la economía sostenible y tomemos medidas a favor de la igualdad, recordad que todo eso lo habéis conseguido vosotros”.

Con 179 votos a favor y 171 en contra, Sánchez ya es presidente con plenos poderes. Ahora le toca conformar el flamante Gobierno. Díaz y él tienen previsto reunirse esta tarde para terminar de diseñar la estructura. Los nombramientos de Sumar, para asumir entre cuatro y cinco departamentos, ya están bastante perfilados. Pero no los del PSOE: se esperan sorpresas. Este viernes, el líder socialista prometerá su cargo como jefe del Ejecutivo ante Felipe VIy en principio dará a conocer a los ministros a lo largo del fin de semana. El martes de la semana que viene habrá reunión del nuevo Consejo de Ministros, donde es probable que se apruebe por decreto la prórroga de la rebaja del IVA de los alimentos hasta finales de junio del 2024. Pactada la amnistía, Sánchez quiere centrarse en el flanco social. 

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