La Junta de Gobierno del Consejo Insular de Aguas aprobó por unanimidad iniciar el proceso administrativo para dotar, en unos casos, o mejorar, en otros, los tranques o cierres de galerías con el objetivo de evitar de esa manera la salida de caudales innecesarios. Con este acuerdo, en primer lugar, se determinará con un estudio técnico un orden de intervenciones, para posteriormente intervenir técnicamente en aquellas que son susceptibles de proceder a sus cierres temporales y, finalmente, se redactará y ejecutará el proyecto. Todos estos pasos los realizará el propio Consejo Insular de Aguas.

Hay que tener en cuenta, destaca el consejero de Aguas del Cabildo insular, Carlos Cabrera, que, a pesar de las últimas lluvias y nevadas, la Isla continúa inmersa en un largo periodo de sequía, en el que se hace necesario proseguir el trabajo desarrollado por el Consejo Insular de Aguas y el Cabildo de La Palma en pro de un aprovechamiento racional y un uso controlado de los caudales, evitando cualquier tipo de merma, tanto en el transporte como en los lugares de generación o almacenamiento.

Un total de 16 galerías

En concreto, existen 16 galerías con estos cierres hidráulicos instalados, incluidas las dos bocas del Túnel de Trasvase, con lo cual la iniciativa que comienza su andadura administrativa persigue ejecutarlos en aquellas zonas donde no se utilicen todos los caudales que drenan sus captaciones o que cuenten con tranques que no cumplen con su objetivo.

“Es irrenunciable la ejecución de esta acción que ha de venir acompañado por otra forma de entender la gestión de las aguas. Hoy tenemos más alternativas de transporte eficiente para aprovechar esa agua en distintos puntos de la isla”, señala en consejero.

Igualmente, Carlos Cabrera hace hincapié en que es “inadmisible perder ni una gota más de agua”, por lo que desde el Consejo Insular de Aguas se mantiene el trabajo, primero de concienciación, y después, “actuando con contundencia”, manifestó, para evitar cualquier gestión anómala de los recursos hídricos. Se trata, en definitiva, de una apuesta para colocar en el siglo XXI a las infraestructuras de almacenamiento, captación y distribución de agua en la Isla, poniendo de relieve una gestión racional, razonable y adaptada a las circunstancias.