Política espacial

Rusia da marcha atrás y anuncia ahora que se quedará en la Estación Espacial Internacional hasta 2028

La agencia espacial rusa amenazó con abandonar este proyecto en 2024 y lanzar uno propio

La Estación Espacial Internacional con la Tierra detrás.

La Estación Espacial Internacional con la Tierra detrás. / DPA

Valentina Raffio

Hace al menos dos años que Rusia amenaza con marcharse de la Estación Espacial Internacional: la plataforma extraterrestre que desde hace 25 años aúna los esfuerzos de las cinco grandes agencias espaciales del planeta y que, hasta ahora, había supuesto uno de los proyectos de colaboración internacional más grandes de la historia. En abril de 2021, portavoces del gobierno ruso anunciaron su intención de abandonar el programa porque "la estación está muy obsoleta". En julio de 2022, el Kremlin puso como límite para su retirada el 2024. Esta semana, en un giro inesperado del guión, Rusia ha anunciado que finalmente se quedará a bordo del proyecto hasta como mínimo 2028.

La noticia ha sorprendido, y mucho, a la comunidad internacional. Sobre todo porque en el último año, tras la invasión de Ucrania y la escala internacional de tensiones, Rusia había amenazado más de una vez con 'sabotear' los programas de colaboración espacial "en respuesta a las sanciones impuestas contra nuestras empresas". En febrero de 2022, por ejemplo, el director de la Agencia espacial rusa Roscosmos, Dmitry Rogozin, ordenó la retirada de todo su personal científico y técnico de la base espacial europea de Kourou, en la Guayana Francesa; canceló varias misiones espaciales conjuntas con NASA y con Europa; y hasta llegó a amenazar con 'estrellar' la plataforma internacional contra la superficie terrestre.

En el último año, Rusia ha cancelado varias misiones y programas de colaboración espacial

Los responsables del programa espacial ruso explicaron entonces que su plan de futuro pasaba por lanzar más programas independientes como, por ejemplo, una misión propia a Marte y el desarrollo de una estación espacial propia. Este último proyecto, anunciado como la joya de la corona del programa ruso, debería empezar a desplegarse a partir del 2025 y, si todo va según lo previsto, tendría que estar operativa en 2035. Rogozin afirmó que la estación rusa serviría principalmente para misiones científicas propias pero que, llegado el caso, también podría "cumplir con propósitos militares". Por el momento, según apuntan desde la agencia Sputnik, el diseño de este proyecto sigue en marcha aunque aún no está claro cómo y cuándo despegará.

El futuro de la estación internacional

Hace tiempo que todas las grandes agencias a bordo de la Estación Espacial Internacional discuten sobre el futuro de este proyecto. En las últimas semanas, según han anunciado al unísono, la NASA, la Agencia Espacial Canadiense (CSA), la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) acordaron extender la vida útil de la estación hasta 2030 y, a partir de ahí, empezar a desmantelarla. Todo apuntaba a que Rusia no iba a participar en la recta final de este programa pero, finalmente, Roscomos ha accedido a firmar una prórroga del acuerdo de colaboración de 2028.

"Se trata del proyecto internacional más grande y exitoso en el campo del espacio y nos complace pensar que un laboratorio tan único pueda continuar su trabajo", ha afirmado Yuri Borisov, el nuevo responsable de la agencia espacial rusa, tras anunciar la decisión de Rusia de quedarse a bordo de la plataforma internacional. El administrador de la NASA, Bill Nelson, por su parte, expresó sus deseos de que "rusos y estadounidenses trabajen juntos hasta que la estación sea completamente desmantelada". "Este proyecto lo construimos juntos y tenemos que operarlo juntos", afirmó Nelson al ser interpelado sobre los futuros planes de colaboración con Rusia en este proyecto espacial.

"Este proyecto lo construimos juntos y tenemos que operarlo juntos"

Bill Nelson

— NASA

La Estación Espacial Internacional, de hecho, empezó a diseñarse como un proyecto de cooperación internacional enfocado, sobre todo, a "limar asperezas" entre Estados Unidos y Rusia tras décadas de competencia desenfrenada por la 'conquista' de la Luna y la escalada de tensiones de la Guerra Fría. En estos momentos, tras casi 25 años de recorrido (y polémicas), esta plataforma ha acogido a 266 astronautas de 20 países y se ha convertido en un verdadero símbolo de colaboración transfronteriza

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