Nuevo proceso electoral | Reloj a cero con el Gobierno central

El pacto CC-PP en Canarias dará un giro a las relaciones con el Estado

La nueva etapa política tras las elecciones del 28-M y del 23-J cambiarán las principales claves de la agenda canaria en Madrid

La ya exdiputada de CC en el Congreso, Ana Oramas, pasa delante de la bancada azul del Gobierno, presidida por Pedro Sánchez, en un debate en la Cámara Baja.

La ya exdiputada de CC en el Congreso, Ana Oramas, pasa delante de la bancada azul del Gobierno, presidida por Pedro Sánchez, en un debate en la Cámara Baja. / EFE

Joaquín Anastasio

Joaquín Anastasio

Las negociaciones entre CC y el PP para conformar un nuevo Gobierno en Canarias tras las elecciones del 28-M avanzan a marchas forzadas y ya tienen esbozadas las líneas programáticas para la nueva legislatura, pero están lejos aún de abordar y acordar una de las cuestiones estratégicas de la acción política y gubernamental desde las Islas como son las relaciones con el Estado, es decir, las claves de la agenda canaria en Madrid. La caída del anterior Ejecutivo del socialista Ángel Víctor Torres, y la más que segura próxima investidura de Fernando Clavijo liderando un gobierno de nacionalistas y populares, con Manuel Domínguez como vicepresidente, conllevará un giro de 180 grados en ese ámbito, que obviamente estará también condicionado por el resultado de las elecciones generales del 23-J.

A nadie se le escapa que el nuevo pacto de centro-derecha en el Ejecutivo regional desea un cambio también en el Gobierno del Estado, y que sea el popular Alberto Núñez Feijóo el próximo inquilino de La Moncloa. Un escenario de victoria de la izquierda en las generales que mantuviera al socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno central, que en todo caso ven poco probable, provocaría una gran frustración y supondría un importante hándicap para los dos socios del pacto en las Islas. No en vano, uno de los principales argumentos de campaña del previsible nuevo presidente regional ha sido precisamente la marginación y el desprecio que considera que ha caracterizado la actitud del Gobierno de Sánchez hacia el Archipiélago, en todos los ámbitos de su acción política.

Dado que el horizonte electoral en el Estado se despejará, si no hay otro bloqueo político en el Congreso como el de hace unos años, apenas unas semanas después de conformado el próximo gobierno en las Islas, esa nueva etapa de relaciones bilaterales no se iniciará de facto hasta después de la investidura del próximo inquilino de La Moncloa. Por tanto, la agenda canaria en Madrid, prácticamente estancada desde hace meses, tendrá que esperar al inicio efectivo de la nueva legislatura estatal y la llegada de otro Consejo de Ministros, independientemente del resultado del 23-J y de si las riendas las mantiene Sánchez o las toma Feijóo. En cualquiera de los dos escenarios, posibles, el reloj de las relaciones Canarias/Estado se ha puesto a cero e iniciará tras el verano un nuevo tiempo con numerosos asuntos sobre la mesa.

Tanto CC como el PP son conscientes de que ese ámbito de la acción de su futuro gobierno al alimón podrá ser un foco de tensiones si son los populares quienes asumen el nuevo Ejecutivo estatal, y no digamos ya si Feijóo se ha visto obligado a incluir a Vox en el Consejo de Ministros. Una de las imágenes que Clavijo no quiere ni imaginarse es tener que negociar o acordar cualquier asunto de la agenda canaria con un ministro de la ultraderecha o incluso con el propio líder de este partido, Santiago Abascal, ante quienes ha trazado una de sus lineas rojas, la otra afecta a Podemos, para negociar la confirmación del Ejecutivo canario que aspira a presidir. Con todo, la verdadera prueba del algodón sobre esas relaciones con un hipotético gobierno del PP en Madrid la constituye la actitud del propio Clavijo, si será tan exigente con Feijóo como lo ha sido con Sánchez, o si será más indulgente para evitar tensiones en el socio popular.

Bloqueo de agenda

A juzgar por la amplia lista de asuntos que tanto CC como el PP de las Islas consideran que están bloqueadas o sin atender por parte del actual Gobierno de Sánchez, ahora en funciones, el próximo Ejecutivo de Madrid deberá afrontar desde ya esa agenda y además con decisiones y medidas de calado en distintos ámbitos. Una de ellas es la inmediata actualización de los costes tipos del transporte de mercancías para intentar rebajar los precios de la cesta de la compra en Canarias, muy afectada por el hecho de que esos costes se han incrementado entre un 300 y un 500%, sin que se haya revisado las subvenciones correspondientes desde el 2019.

La actual ministra de Transportes, Raquel Sánchez, aseguró que la comisión que decide esta actualización se reuniría tras las elecciones autonómicas y locales, pero el adelanto de las generales a julio vuelve a aplazar la convocatoria de este órgano. También decae el proceso para la creación experimental de una Obligación de Servicio Público (OSP) en una ruta aérea entre Lanzarote y Madrid para comprobar su efecto sobre el precio de los billetes y evitar el crecimiento del mismo durante las épocas vacacionales. Iba a ponerse en marcha este verano, pero la propuesta se queda en el limbo.

Los presupuestos de 2024 serán la prueba de fuego de la complicidad con el próximo gobierno

Otros proyectos en tramitación parlamentaria también han decaído al disolverse las Cortes, como la ley de Movilidad Sostenible, en la que CC quería blindar el 75% de descuento aéreo a residentes, o la proposición de ley del Parlamento de Canarias para reformar el REF e incorporar la flexibilización de las operaciones de comercio triangular acogidas a las bonificaciones fiscales de la ZEC (Zona Especial Canaria). Su toma en consideración en pleno se aprobó en febrero pero el Ministerio de Hacienda forzó el bloqueo de su tramitación y la disolución de las Cortes la lleva al punto de partida. En todos estos asuntos de la agenda canaria, CC y el PP han coincidido en ponerlo en el debe del Gobierno de Sánchez con Canarias, por lo que en teoría deberán exigirlo en Madrid en la próxima legislatura gobierne quien gobierne en La Moncloa.

La gran prueba de fuego sin embargo sobre las nuevas relaciones entre Canarias y el Estado en el venidero tiempo político serán los próximos presupuestos del Estado. Aunque difícilmente el gobierno que salga del 23-J pueda tener a punto y remitir al Congreso el proyecto presupuestario en el plazo establecido por ley, el 29 de septiembre, sobre todo si hay cambio de inquilino en La Moncloa, es probable que lo haga antes de final de año, con el próximo gobierno en las Islas en sus primeros meses de rodaje y con las cuentas hechas ya sobre lo que le reclamará al Estado. Un Clavijo presidente si finalmente logra la investidura, por mucho que institucionalice su papel, se verá obligado a echar el resto en sus exigencias a quien gobierne en el Estado después de las que ha expresado en los últimos años frente al Gobierno de Sánchez.

El transporte y la movilidad han quedado en suspenso por el adelanto electoral

Si el socialista lograr mantenerse en el poder, el relato entre nacionalistas y populares en las Islas tiene el guion hecho, pero si es Feijóo el que debe hacer los presupuestos de 2024, los socios se verán obligados a gestionar las diferencias al respecto para evitar tensiones. Nadie entendería que CC y el propio Clavijo aceptaran del PP unos presupuestos que no superen la ficha financiara para Canarias que contenían los ahora en vigor elaborados por el Ejecutivo «socialcomunista», o que un hipotético Gobierno popular en el Estado no transfiera de manera inmediata los recursos pendientes de este año.

Por otro lado, se supone que en la próxima legislatura tendrá que aprobarse por fin un nuevo sistema de financiación, un terreno en el que CC y PP también han compartido críticas el Gobierno de Sánchez, pero en el que los populares tendrán que acomodarse a lo que diga su partido en el ámbito estatal, sobre todo si gobiernan. Muchas claves cambiarán o deberán ajustarse en esta nueva etapa de relaciones con el Estado con el pacto de centro-derecha para gobernar en el Archipiélago, y muchas dudas habrá que despejar sobre cómo gestionarán los socios las contradicciones que en esta materia van a surgir si al PP le toca estar en los dos lados de la mesa.

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